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Uber divide a los taxistas villamarienses: ¿oportunidad o competencia desleal?

La reciente irrupción del servicio de transporte en Villa María ha provocado un quiebre en el sector: mientras un grupo lo considera una amenaza ilegal, otros lo ven como una solución frente a la crisis, abogando por su regulación y por ajustar tarifas para ser más competitivos. Aún no hubo postura por parte del Legislativo

La irrupción de Uber en Villa María ha desatado un conflicto que divide al sector de los taxistas, un sector tradicional que se encuentra en una encrucijada ante los desafíos de la modernidad y la crisis económica que golpea al país. Desde su llegada, la plataforma de transporte ha generado una ola de protestas y debates, tanto en las calles como en los despachos de las autoridades locales.

Por un lado, un sector se opone vehementemente a la presencia de Uber, argumentando que la aplicación opera al margen de la ley. “Es una competencia desleal que pone en peligro nuestras fuentes de trabajo”, señaló Raúl Gaitán uno de los referentes del sector.

Este grupo sostiene que Uber no cumple con las normativas vigentes que regulan el transporte de pasajeros, como la obtención de licencias, el pago de impuestos y las revisiones técnicas de los vehículos.

Gaitán sostuvo su negativa ante el desembarco ya que no cuenta con ninguna autorización vigente. “El señor intendente se expresó en una reunión y prometió que se haría respetar la ordenanza. También nos confirmó que en la ciudad se van a respetar todas las ordenanzas”, declaró con preocupación.

División en el sector

Sin embargo, no todos los taxistas comparten esta postura. Un sector ve en Uber una oportunidad en lugar de una amenaza. Estos conductores, sostienen que la crisis económica que atraviesan es tan grave que cualquier herramienta adicional para generar ingresos es bienvenida. “Estamos trabajando menos horas y ganando menos dinero. La situación es insostenible”, comentó Claudio Toledo con más de diez años de experiencia al volante.

“Como taxista me baje la aplicación para tener otra alternativa de trabajo en el que no fue bien visto en las centrales y quienes manejan las centrales. Solo representan sus intereses”, señaló el trabajador quien fue sancionado, según expuso y recibió una nota en la que era expulsado de todas las centrales.

Toledo hizo una lectura de la situación y postuló una reflexión:“Viendo la condición de trabajo y la cantidad de viajes al día que han bajado, de hecho no facturamos y esta muy duro hacer la calle”, indicó.

El taxista explicó que si bien comenzará a realizar viajes a través de la aplicación, no desea dejar de utilizar el sistema local. “Pero si hablamos de ilegalidad, también trajeron autos de Villa Nueva a trabajar a Villa María y lo hacen dentro de la ciudad, pero están habilitados por el Municipio de Villa Nueva”, cerró.

Regulación

Este sector de taxistas propone una solución diferente: en lugar de prohibir Uber, abogan por la regulación de la plataforma para que opere dentro de un marco legal claro y equitativo.

La propuesta de regular Uber no es nueva y ha sido implementada en varias ciudades del mundo, donde la aplicación coexiste con los taxis tradicionales bajo un esquema normativo que busca proteger tanto a los consumidores como a los trabajadores del sector. Sin embargo, en Villa María, la discusión recién comienza y promete ser intensa.

“Escuche que en Córdoba solicitaron que se regule solo para los taxistas, ya que somos los únicos habilitados y tenemos todo en condiciones para poder trabajar con la aplicación”, dijo y agregó: "Dijeron que las recaudaciones se incrementaron entre un 50 y 60%”, explicó, nuevamente justificando el desembarco de la empresa de transporte como una opción positiva.

“Yo quiero trabajar con otra alternativa”, completó.

Crisis en el sector

Por lo pronto, la pelota está en el campo de las autoridades municipales, quienes deberán encontrar un equilibrio entre la innovación y la protección del trabajo local. Lo que está claro es que el conflicto de Uber en Villa María no solo es un reflejo de la tensión entre lo nuevo y lo viejo, sino también de las dificultades económicas que enfrentan miles de trabajadores en todo el país.

“La situación es catastrófica y la cantidad de viajes ha bajado, de hecho la gente se queja del precio del taxi, pero sabemos que todo en este país es caro”, opinó.

Toledo además sugiere una solución que podría beneficiar tanto a conductores como a pasajeros: la reducción de las tarifas. Según este enfoque, aunque bajar los precios significaría un menor margen de ganancia por cada viaje, permitiría realizar más recorridos diarios, lo que en última instancia podría traducirse en mayores ingresos. “Nos estamos fundiendo mientras trabajamos”, completó.