Ornella Pérez tiene 17 años y está en el último año del secundario, mientras que Agustino Vicario tiene 20 años. La vida de estos dos jóvenes oriundos de Ucacha está atravesada por el bulliyng, una experiencia que, más allá de los sinsabores, les dio la oportunidad de encontrar una salida. Volcaron sus historias en escritos, convertidos en sendos libros.
Tras años de sufrir bullying, dos jóvenes plasmaron sus historias en sendos libros
Con 17 años, Ornella Pérez escribió “Queridos demonios internos”, cartas en las que expone su padecer ante el acoso. Agustino Vicario encontró en la literatura su refugio y en su novela “La última confesión” aborda esta problemática
Fue el camino que encontraron para desahogar todo el dolor que les ocasionó el acoso sufrido. Pero, a su vez, pretenden dar un mensaje y ayudar a otros jóvenes que sufren el acoso.
“Queridos demonios internos”
Ornella Pérez cursa el sexto año del Ipet Nº 409 de Ucacha y días atrás presentó ante sus compañeros su primer libro: “Queridos demonios internos”.
“El libro se basa en mi experiencia. Yo estuve el año pasado muy mal, con mucha ansiedad y ataques de pánico, y decidí escribir el libro para liberarme de alguna manera”, comenta la adolescente.
Asegura que por el acoso que sufría comenzó a aislarse, a cortar lazos de comunicación con sus pares y familiares, y fue la escritura la que le dio las herramientas para expresarse.
Ornella dice que además su objetivo es poder ser útil y “concientizar a los chicos sobre el daño que se puede ocasionar hostigando o burlando a otra persona”. En su caso, el maltrato verbal por su aspecto físico o su forma de ser disparaba la agresión de los otros.
Admite que muchas personas no sabían lo que ella estaba pasando, ni allegados o profesores. Y fue ese encerrase en sí misma lo que disparó problemas en su salud e hizo mella en su autoestima.
“Me introdujo a todo este mundo de la ansiedad, de la fobia social y esas cosas que me han hecho mucho daño. Terminé con ataques de pánico y tengo la suerte de poder haber salido, pero hay muchos otros chicos que no. Ahora quiero poder ayudar con mi escrito”, resalta.
Hoy afirma haber superado todo aquello, pero indica que no la pasó bien, que estuvo internada y que fue la escritura su liberación.
“Por eso las cartas que escribí a mis demonios internos, eso me fue dando la posibilidad de liberarme, de desahogarme”, puntualiza.
Sin mayores pretensiones que las de poder expresarse fue encontrando la salida. “Sufrí bullying toda la vida, desde que me acuerdo. Y se puede salir. Cuando escribía esas cartas a la depresión, a la fobia y a lo que me atormentaba de a poco me iba liberando”, destaca.
A cada una de esas cartas en las que plasmó su dolor, sus sufrimientos y algo de ficción, Ornella la cierra con un “Atentamente: la chica infeliz” y expone en dicha frase todo su sentir.
Convertir el dolor en arte
“La última confesión” es el título del libro que escribió Agustino Vicario en el año 2018. Tenía en ese entonces 19 años.
También este joven sufrió acoso y sus escritos son más ficcionados, pero abordan la problemática del bullying a través de sus historias y otros personajes.
Agustino Vicario es un joven con inquietudes que lo distinguen y sale del “molde social”. Sus modos, presencia y vestimenta delatan un perfil refinado. Con claras inquietudes culturales, desarrolla su pasión por la literatura y el arte en general.
A los 19 años publicó su primera novela, "La última confesión", que presentó en septiembre del año anterior en Ucacha y posteriormente en la Feria del Libro en Córdoba.
Sobre su publicación dice que “contiene misterio, filosofía y religión” con hechos de ficción que transcurren en escenarios reales, lugares en algunos casos que pudo conocer, ya que visitó Europa y algunos sitios emblemáticos donde se inspiró.
Detalla que en su obra hay alusiones al bullying y que comenzó a sumar testimonios de otros jóvenes que padecieron situaciones similares. “Pude canalizar el dolor para expresarlo en arte”, recalca.
Agustino ha recorrido diferentes partes del mundo y hoy encuentra en el arte, en todas sus formas, un modo de expresarse y mostrarse tal cual es, dejando de lado los prejuicios que tanto lo marcaron siendo chico.
Continúa preparando material para seguir abordando en sus charlas, “con el propósito de acercar a los jóvenes al arte y concientizar sobre el mal que produce el bullying a toda la sociedad”, y pide que se respete a todos en su diversidad y se dejen de lado los prejuicios sociales.
Gustavo Perusia. Redacción Puntal
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“Queridos demonios internos”
Ornella Pérez cursa el sexto año del Ipet Nº 409 de Ucacha y días atrás presentó ante sus compañeros su primer libro: “Queridos demonios internos”.
“El libro se basa en mi experiencia. Yo estuve el año pasado muy mal, con mucha ansiedad y ataques de pánico, y decidí escribir el libro para liberarme de alguna manera”, comenta la adolescente.
Asegura que por el acoso que sufría comenzó a aislarse, a cortar lazos de comunicación con sus pares y familiares, y fue la escritura la que le dio las herramientas para expresarse.
Ornella dice que además su objetivo es poder ser útil y “concientizar a los chicos sobre el daño que se puede ocasionar hostigando o burlando a otra persona”. En su caso, el maltrato verbal por su aspecto físico o su forma de ser disparaba la agresión de los otros.
Admite que muchas personas no sabían lo que ella estaba pasando, ni allegados o profesores. Y fue ese encerrase en sí misma lo que disparó problemas en su salud e hizo mella en su autoestima.
“Me introdujo a todo este mundo de la ansiedad, de la fobia social y esas cosas que me han hecho mucho daño. Terminé con ataques de pánico y tengo la suerte de poder haber salido, pero hay muchos otros chicos que no. Ahora quiero poder ayudar con mi escrito”, resalta.
Hoy afirma haber superado todo aquello, pero indica que no la pasó bien, que estuvo internada y que fue la escritura su liberación.
“Por eso las cartas que escribí a mis demonios internos, eso me fue dando la posibilidad de liberarme, de desahogarme”, puntualiza.
Sin mayores pretensiones que las de poder expresarse fue encontrando la salida. “Sufrí bullying toda la vida, desde que me acuerdo. Y se puede salir. Cuando escribía esas cartas a la depresión, a la fobia y a lo que me atormentaba de a poco me iba liberando”, destaca.
A cada una de esas cartas en las que plasmó su dolor, sus sufrimientos y algo de ficción, Ornella la cierra con un “Atentamente: la chica infeliz” y expone en dicha frase todo su sentir.
Convertir el dolor en arte
“La última confesión” es el título del libro que escribió Agustino Vicario en el año 2018. Tenía en ese entonces 19 años.
También este joven sufrió acoso y sus escritos son más ficcionados, pero abordan la problemática del bullying a través de sus historias y otros personajes.
Agustino Vicario es un joven con inquietudes que lo distinguen y sale del “molde social”. Sus modos, presencia y vestimenta delatan un perfil refinado. Con claras inquietudes culturales, desarrolla su pasión por la literatura y el arte en general.
A los 19 años publicó su primera novela, "La última confesión", que presentó en septiembre del año anterior en Ucacha y posteriormente en la Feria del Libro en Córdoba.
Sobre su publicación dice que “contiene misterio, filosofía y religión” con hechos de ficción que transcurren en escenarios reales, lugares en algunos casos que pudo conocer, ya que visitó Europa y algunos sitios emblemáticos donde se inspiró.
Detalla que en su obra hay alusiones al bullying y que comenzó a sumar testimonios de otros jóvenes que padecieron situaciones similares. “Pude canalizar el dolor para expresarlo en arte”, recalca.
Agustino ha recorrido diferentes partes del mundo y hoy encuentra en el arte, en todas sus formas, un modo de expresarse y mostrarse tal cual es, dejando de lado los prejuicios que tanto lo marcaron siendo chico.
Continúa preparando material para seguir abordando en sus charlas, “con el propósito de acercar a los jóvenes al arte y concientizar sobre el mal que produce el bullying a toda la sociedad”, y pide que se respete a todos en su diversidad y se dejen de lado los prejuicios sociales.
Gustavo Perusia. Redacción Puntal