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“El 30% de los proyectos tienen hoy como eje a la transferencia”

Lo dijo Jorge Anunziata, director del Instituto de Investigación de la UNVM, quien además habló de la necesidad de dar respuesta desde los claustros universitarios a los problemas y las demandas de la región

Hay una gran noticia para el Instituto de Investigación de la UNVM por estos días: 95 proyectos y 17 programas investigativos “made in Villa María” fueron presentados y aprobados por Nación. Así, el presupuesto por estas 112 iniciativas fue calculado en unos cuatro millones trescientos mil pesos ($4.300.000) y vienen de ser depositados para la casa de altos estudios.

El director del Instituto de Investigación, doctor Jorge Anunziata, es palabra autorizada a la hora de hablar de la generación del conocimiento desde los claustros.

“Cada vez que se presentan a convocatoria los proyectos de investigación, es decir cada dos años, vienen evaluadores externos. Pueden ser docentes de otra universidad o personal de organismos del propio Conicet. Y ya tenemos los resultados de este bienio: se aprobaron 95 proyectos individuales y 17 programas. Lo cual es una gran noticia para nosotros”.

-¿Ha crecido la cantidad de proyectos con respecto a la convocatoria anterior?

-Hemos crecido en programas aprobados. Y esto es algo muy positivo también. Nuestra política es que haya más programas porque así se consolidan los grupos. Y es que los programas, implican un conjunto de estudiantes, profesionales y algunos egresados. Esa convivencia es muy buena para transmitir la iniciativa de investigar.

-¿Cómo se ha conseguido ese dinero para financiar a 112 emprendimientos investigativos?

-Estos $4.300.000 salieron de dos fuentes de financiamiento: la primera es la caja de inversión en Ciencia y Técnica de nuestra propia Universidad, más la partida que viene de Nación. A ese monto se le sumó este año un Programa de Fortalecimiento de la Investigación, proveniente de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU).

-¿Ese monto fue importante?

-Te diría que fue decisivo. Sin ese monto yo hubiera tenido que bajar a la mitad los proyectos, cosa que hubiera sido muy contraproducente para nuestra universidad.

-¿Esta ayuda de la SPU será permanente?

-No. Tenemos que presentarnos cada año a este programa para revalidarlo. Para eso hay que contar qué tipos de proyectos interesan financiar o declarar que vas a poner plata en infraestructura y equipamiento. 

-¿Y qué priorizaron para este bienio?

-Hicimos un planteo global donde nos aprobaron la propuesta para este año. A una parte de ese monto lo pusimos en proyecto de investigación y a la otra en el equipamiento de uso común y un laboratorio que estamos montando en el Campus. Los $4.300.00 son para los directores de proyectos y ellos nos rinden cuentas  a fin de año.

Menos presupuesto para Ciencia 

-¿Ha bajado el presupuesto de Nación en Ciencia y Tecnología?


-Más que bajar se ha mantenido. Pero con los costos crecientes y la inflación, esa plata no alcanza. Un proyecto al que le dabas 20 mil pesos, ahora le tenés que dar 30. Con el aporte de la SPU pudimos mantener ese equilibrio.

-¿Cuáles son las prioridades de la UNVM a la hora de analizar un proyecto?

-Desde 2016 hemos definido siete áreas estratégicas: Agroalimentos, Desarrollo Territorial, Educación,  Estado y Sociedad, Salud, Energía y Medioambiente, y Artes. La idea es fortalecer las industrias culturales y dar respuesta a las demandas regionales, que no son pocas.

-¿Habrá transferencia social de estos proyectos?

-Totalmente. Porque además de los proyectos que se presentan a convocatoria nacional, otros van al Ministerio de Ciencia de la Nación, al de la Provincia y también al Conicet. Son ámbitos muy competitivos donde te medís con todo el sistema científico nacional o provincial. Y en muchos está muy presente la idea de que haya resultados que tengan vínculo con demandas locales o regionales. 

-¿Cómo?

-Quiero decir que priorizamos la transferencia. Pensá que el 75 por ciento de los proyectos están dentro del área prioritaria. Y más de la mitad están vinculados a necesidades de Villa María y la región.

-¿Por ejemplo?

-Muchos proyectos trabajan con las demandas del sistema agroalimentario de la región, mastitis y tuberculosis bovina; producción vegetal o bioinsecticidas sobre plantaciones de tomate. Unos chicos están buscando optimizar la producción de frambuesas, otros desarrollan biocensores para detectar la preñez bovina temprana y otros trabajan sobre calostro bovino. También sobre el lactosuero o probiótico para los cerdos cuando nacen.

-Eso es en lo que se refiere a los agroalimentos...

-En educación hay grupos trabajando la creatividad en las escuelas o producciones audiovisuales generadas en la región. Desde hace diez años, viene creciendo muchísimo la pertinencia de la investigación, además de la calidad.

-¿Qué es “pertinencia”?

-En este contexto, quiere decir que no sólo se mide la calidad del proyecto sino que esté dirigido a solucionar demandas que uno detecta de la propia sociedad o a dar respuestas a preguntas puntuales.

-¿Cuáles son esas demandas?

-Algunas son explícitas; esas que te manifiestan la necesidad de investigar sobre un tema puntual. Pero también están las demandas implícitas, esas donde el investigador puede proponer soluciones en base a puntos no formulados. El 30 por ciento de los proyectos tienen, hoy, como eje, la transferencia.

-¿Y cómo resuelve la investigación esas demandas?

-La respuesta se puede dar de forma inmediata, o con el tiempo empiezan a aparecer datos poco a poco. Muchas veces hay que reformular el proyecto de investigación. Lo que yo espero es que con el tiempo y teniendo en claro este vínculo con la demanda, demos cada vez más respuestas. Y eso es crucial para la universidad.

-¿Qué importancia tiene la investigación en una universidad pública?

-Siempre defino a la universidad como una institución educativa que genera conocimiento; o sea que enseña pero que también investiga. Hasta no hace mucho, la mirada era sólo de avance en el conocimiento disciplinar. Pero ahora, además de la disciplina, están las demandas de la gente o de la sociedad. 

-¿Y esto qué significa?

-Que la investigación debe dar respuesta no sólo a la demanda disciplinar sino también a la social; o sea, generar una transferencia más real.

-¿Y cómo se trabaja para lograr ese cometido?

-La universidad tiene que formar profesionales para insertarse en el mercado laboral con todos los adelantos que eso implica. Pero también para que puedan incursionar en el área de investigación. Hoy, la proporción de gente que se recibe en la universidad y queda en el sistema educativo es apenas el 15 por ciento. El otro 85 por ciento se inserta en el campo profesional. 

-¿Y qué pasa con ese 85 por ciento?

-Cuando ese porcentaje vaya a trabajar a una empresa o municipio, Pyme u ONG, debe ser capaz de generar innovaciones. Y eso sólo se logra si ha sabido lo que es la investigación universitaria.

-¿Y cómo está hoy la universidad en ese rubro?

-Tenemos cerca de 400 estudiantes en proyectos de investigación, de los cuales cien tienen algún tipo de beca. Si la universidad deja de investigar, pierde mucho. Por eso los docentes deben estar actualizados con las innovaciones científicas del mundo. Y Villa María está despegando maravillosamente en ese sentido. 



Iván Wielikosielek. Redacción Puntal Villa María

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