Las constantes subas en los alimentos ha golpeado en forma directa a los comercios de proximidad. Los almacenes de los barrios de Villa María vienen sintiendo la caída en el consumo, a raíz de la alta inflación y la pérdida del poder adquisitivo ante innumerables aumentos de servicios.
En los almacenes, el rubro alimentos cayó aproximadamente el 20% en comparación al mismo mes de 2023 y, según cuentan los propios comerciantes, los clientes financian la compra de alimentos.
La tarjeta de crédito canaliza prácticamente la mitad de las compras y los gastos.
“La gente se queja constantemente de los precios en todos los productos, si bien se vende y sobre todo al paso, es decir compras menores, la preocupación se nota todo el día”, comentó Antonella, comerciante de barrio Ameghino.
El derrumbe del consumo de alimentos básicos como consecuencia del franco deterioro del poder adquisitivo de las familias es notable y evidente.
Los últimos aumentos impactaron de lleno en los bolsillos de las familias que, poco a poco, lo hacen notar en las ventas de los comercios.
“Los clientes no hacen grandes compras y vienen con lo justo. Las remarcaciones han golpeado a todos. Por la tremenda inflación y la gente se cuida en todo”, deslizó Marcela de barrio Almirante Brown.
Una de las características históricas de los almacenes en la libreta o el fiado. Aquella costumbre de confianza hoy ya no es tal y se ha perdido con el tiempo y sobre todo con la actualidad que vive la economía del país.
Los clientes están preocupados por los precios y se quejan. Las compras son muy pequeñas y de paso. Ya no se utiliza el fiado como era costumbre.
“Antes de la pandemia se fiabamás”, dicen desde los comercios, la apariciones de billeteras virtuales y la financiación que dan las mismas hizo que también ayude a la desaparición de la histórica libreta almacenera.
El fiado se refleja en casos esporádicos de clientes desde hace mucho, que llevan poca mercadería y sobre todo que pagan y cancelan la deuda en la inmediatez.
El tradicional fiado, que era característico en las despensas barriales, desapareció porque ningún dueño de almacén está dispuesto a absorber el costo de la actualización de la mercadería.
Otro de los puntos que comentan es que nadie hace compras grandes. Dejaron de comprar alimentos para la semana y ahora llevan lo justo. Esa situación complica a los almacenes, ya que la rotación de sus productos lleva más tiempo.
La situación es compleja y los comerciantes están en alerta y sobre todo preocupados.