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En medio de la congoja, el clamor vecinal para exigir más seguridad en Vicuña Mackenna

"Queremos salir a la calle tranquilos" fue el pedido de los vecinos ante el jefe de la Departamental, Walter Huerta. "Tuvieron que matar al cura para que el pueblo se despertara", lamentaron otros en una marcha masiva

En silencio y bajo una lluvia copiosa. De esa manera amaneció Vicuña Mackenna ayer, después de una noche sin paz por el asesinato del cura párroco Jorge “Coqui” Vaudagna. Transcurrieron varias horas de vigilia a la espera de alguna respuesta para una historia inaudita.

Con los primeros resultados de la investigación judicial, la comunidad fue encontrando cierta calma pero seguía el sinsabor, que cerca del mediodía quedó reflejado con el clamor para exigir más seguridad en la segunda ciudad más poblada del departamento.

Justo cuando la lluvia dio una tregua, los vecinos fueron acercándose timoratos hasta el frente de la cochera de la casa parroquial donde el martes a la noche mataron al padre Coqui y el punto de concentración fijado en los mensajes que circularon durante toda la mañana en Mackenna. Como en efecto contagio, primero llegaron una decena y después miles de mackennenses para recorrer las calles de la ciudad.

Multitudinaria marcha en Vicuña Mackenna

“Creo que hemos sido hasta ahora un pueblo que está dormido y nos venimos callando y callando, esto no es así acá, no hay idea política ni nada de eso”, expresó Amalia Etcheverría, una de las mujeres que encabezan un grupo de autoconvocados que lleva meses trabajando en buscarle una solución a la problemática de la inseguridad.

La vecina explicó que la propuesta que llevaron al Departamento Ejecutivo Municipal, al Concejo Deliberante y al Juzgado de Paz es para elaborar un protocolo de intervención a nivel local y la zona rural. Ese mismo petitorio entregó ayer al jefe de la Departamental Río Cuarto, Walter Huerta, al interpelarlo en la puerta de la comisaría local. “Esto ya no es como un pedido, sino como una exigencia”, acentuaron.

“Estamos desolados”, manifestó a Puntal Laura Suárez, otra de las personas que se dieron cita en la marcha. “Es un pueblo todavía chico, que puede salir adelante de toda esta tragedia y de toda esta inseguridad que estamos viviendo”, agregó.

Mensaje Directo, desde la marcha en Vicuña Mackenna

“Basta, la Policía sabe dónde están los que acá roban pero no hacen nada”, cuestionó Eduardo, otro de los presentes en la convocatoria. “Esto rebasó el vaso, Mackenna es un pueblo grande y han pasado muchas cosas”, declaró al pedir que se sume personal a la fuerza de seguridad.

Manifestación popular

Pasadas las 12.30, una multitudinaria manifestación pasó en silencio frente a la parroquia San José y cien metros después llegó hasta la Municipalidad, donde, entre aplausos, pidieron justicia exhibiendo una imagen del padre Vaudagna.

La marcha continuó otras tres cuadras hasta detenerse en la comisaría. Allí los vecinos descargaron toda su indignación: “Den la cara”, “Queremos más seguridad”, “¿Cómo les explicamos a nuestros hijos lo que le pasó al padre Coqui?”, “Mataron a una institución”, enfatizaron.

El padre Ariel D’Andrea, párroco de General Levalle, intercedió para tranquilizar a los más exaltados y aprovechó para recordar a Vaudagna. “Seguramente el mensaje del padre Coqui sería que nos cuidemos, que nos ayudemos y que defendamos los derechos pero sin violencia”, invocó.

Respuesta policial

El comisario mayor Walter Huerta fue quien finalmente respondió ante los vecinos aglomerados frente a la dependencia policial. El titular de la Departamental evitó explayarse sobre los detalles de la causa judicial que instruye el fiscal Daniel Miralles, pero destacó el avance de la investigación de un caso que los “tomó por sorpresa”.

Huerta apeló al compromiso ciudadano para denunciar a través de las distintas vías digitales y de manera anónima los hechos delictivos y señaló que corresponde a la Justicia actuar ante casos como la circulación de droga, uno de los aspectos sobre los que insistieron los manifestantes.

VICUÑA MACKENNA RECLAMÓ MÁS SEGURIDAD

“A mí me amenazaron, cuando quise denunciar me terminaron pintando los dedos a mí”, aseguró uno de los presentes. “Si necesitan ayuda, acá tiene todo un pueblo para ayudarlo”, replicaron.

El jefe policial aseguró que, desde que asumió el cargo, en febrero de 2019, se reforzó con 31 efectivos la comisaría de Mackenna y eludió la queja de los ocurrido antes de su llegada.

Huerta recibió el petitorio y, lentamente, la marcha comenzó su desconcentración, a la espera de que esta vez la movilización no haya sido en vano.

En la oportunidad, recordaron recientes episodios delictivos que fueron denunciados y no tuvieron esclarecimiento.