El exintendente local, en rigor, está imputado por el delito de lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género, por hechos que se habrían dado en 2022 y 2023, respectivamente.
El funcionario provincial, que pidió hace casi dos meses licencia sin goce de sueldo, es investigado por episodios que se dieron en el ámbito privado y que fueron denunciados después de que la relación se terminó.
El funcionario provincial, que pidió hace casi dos meses licencia sin goce de sueldo, es investigado por episodios que se dieron en el ámbito privado y que fueron denunciados por su expareja, Lourdes Astudillo.
La investigación de esta causa recayó en la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, a cargo de Juliana Companys, funcionaria que a mediados del año pasado imputó a Gill, aún cuando éste se encontraba al frente de la intendencia de Villa María.
Durante el proceso, Gill fue citado a declarar dos veces ante la Justicia, oportunidades que utilizó para mantener su inocencia.
Después de la última indagatoria, que tuvo lugar en marzo del presente año, Companys solicitó que la causa sea elevada a juicio, medida que recién ayer encontró el aval del Juzgado de Control, luego de varios planteos que hizo la defensa, representada por el abogado y exsecretario local, Eduardo “Tati” Rodríguez.
Lo último que se conoció fue el pedido de licencia sin goce de sueldo que hizo Gill a mediados de septiembre de este año.
Cabe precisar que el exmandatario local enfrenta cargos por situaciones que se tipifican como violencia de género y que se dieron primero en el departamento de Gill y luego en el domicilio de Astudillo.
El primero de los hechos, acaecido el 3 de diciembre de 2022, habría tenido su origen en una discusión de pareja que finalizó con Astudillo siendo zamarreada, situación que la llevó a sufrir lesiones leves que demandaron unas dos semanas de recuperación.
El siguiente hecho que se le enrostra a Gill tuvo lugar casi dos meses después, el 28 de enero del 2023. La Justicia dice que esa jornada existió otra discusión que la dejó a ella con otra serie de heridas, causadas presuntamente por un empujón que le dio él contra la pared.
En declaraciones a este matutino, la víctima había dicho que las agresiones recibidas no eran solamente físicas sino también psicológicas.
“Él (por Gill) me hacía sentir responsable de todo; tenía que hacer lo que él me decía y me aisló de mis amistades y mi familia. Solo éramos él y yo, me costó salir”, expuso en una entrevista realizada por este medio a mediados de agosto.
En el marco de esa nota, Astudillo había comentado que tuvo que buscar ayuda profesional para “salir del pozo” en el que se encontraba.