“Nada indica que se lea menos, pero sí que mermó el consumo de libros”

El sello de la UNVM está cumpliendo diez años. Su director desde entonces, Carlos Gazzera, hizo un balance y una proyección a futuro de una industria atravesada por las nuevas tecnologías y la incertidumbre cultural

Trescientos veinte títulos. Traducciones al inglés y al francés;  sueco y alemán. Más de cien autores locales, varios internacionales y un buen mix entre libros universitarios y literarios; pero también libros especializados y “grand puiblic” tanto en papel como en formato digital. Y escritores argentinos clásicos y modernos; Leopoldo Lugones, Esteban Echeverría y Alejandra Pizarnik en el primer pelotón; Mariana Enriquez, Ariel Magnus y Sergio Gaitieri en el segundo. Y una buena pléyade de directores de colecciones de todo el país: María Teresa Andruetto con sus narradoras argentinas; Fernando López con novelas policiales, Carlos Dámaso Martínez con los clásicos argentinos,  Alejo Carbonel con los poetas locales, Rodolfo Alonso con la poesía clásica, Hernán Brienza y sus “libros para kiosko” y Hernán Arias con sus narrativas del Bicentenario...

Acaso estos nombres, números y colecciones alcancen para resumir la actividad que ha venido llevando a cabo Eduvim, la editorial de la Universidad Nacional de Villa María, en su primera década de vida. Y sobre todo para definirse de cara al porvenir del incierto mercado del libro y la cultura.

Por eso que en la conferencia de prensa que se llevó a cabo en la Medioteca en celebración de esta primera década, el director del sello, Carlos Gazzera, inició su charla diciendo que “tenemos expectativas de un futuro largo y promisorio; pero a decir verdad, la actualidad es compleja en los tiempos que corren. Lo es para todos los rubros comerciales pero muy especialmente para las industrias culturales”.

-¿Son optimistas con respecto al futuro de la lectura?

-Nada indica que en el mundo se lea menos, pero sí que mermó el consumo de libros. Así que nuestro desafío pasará por compatibilizar la demanda de la lectura con las posibilidades de sustentabilidad de una editorial.

-¿Las editoriales deberán acomodarse a los tiempos?

-Las empresas editoriales van a tener que seguir modificándose. Hoy la supervivencia pasa por tener buenos meta datos y ser capaces de transformaciones permanentes. Pero los contenidos siguen siendo el centro de cualquier proceso comunicativo. Y por cierto que eso no cambia en el corazón de una editorial.

Un sello nacido y criado en la “era tecnológica”

-Esta editorial nació y creció en y desde Villa María ¿Sus objetivos siguen siendo los mismos que en 2008?

-Hay algo que no ha cambiado nunca y es la misión de la editorial. Eduvim fue creado para dotar a la Universidad de un sello capaz de producir libros académicos y culturales. Y esta esa misión permanece. Pero los objetivos para lograr esa misión no son los mismos. Y no lo hubieran podido ser, porque en estos diez años la situación cultural global se ha transformado de manera determinante.

-¿La tecnología fue decisiva?

-Sí, porque nosotros nacimos en junio de 2008 y dos meses antes, “iPhone” lanzó su primera generación de “smartphones” cambiando toda la lógica de la comunicación. Unos meses antes había salido la primera “tablet” y aparecieron las primeras tiendas “on line”. Estas novedades empezaron a definir la existencia del libro digital ni bien nacimos. Cuando fuimos por primera vez a la Feria de Frankfurt en 2010, nos dimos cuenta que toda la industria del libro estaba en proceso de revisión. 

-¿Los libros digitales son el fuerte actual de la editorial?

-No, porque el canal digital no monetariza como el libro de papel, ya que los costos son mucho menores. Hoy, de cada cien libros vendidos en librerías, vendemos 25 en forma digital. Y si bien casi todo nuestro catálogo está digitalizado, ahora estamos yendo camino al “print of the man”, es decir al libro impreso de a uno y por pedido, que es una suerte de síntesis. Ahora hay tecnología para vender de este modo, sin necesidad de hacer una tirada previa. Eso también es lo que viene en edición. 

-¿Y ya están vendiendo libros “print of man”?

-Sí, pero todavía no tenemos el sistema muy aceitado; aunque a fin de año lo tendremos. De momento estamos vendiendo para mercados muy acotados, una parte para Europa y otra con Amazon para los Estados Unidos.

Con Edith y sin poesía

-¿Cuál es el criterio editorial del sello para publicar un libro?


-Tenemos tres criterios de publicación fijos. El primero es el derecho que tiene todo ciudadano de presentarnos un libro a través de la web, tanto en obras de ficción como académicas. El segundo es el poder que le delegamos a los directores de colecciones, que para nosotros son el mejor “scouting”. Y el tercero son los compromisos que, en calidad de la editorial internacional que somos, hemos asumido con las colecciones de otros sellos del mundo.

-O sea que no hay un criterio absoluto de calidad ¿no?

-No, porque un libro puede ser muy bueno y no por eso entrar en nuestro catálogo, que requiere además de otras condiciones. De todos modos, a lo largo de estos diez años hemos hecho muchos libros buenos y algunos bodrios o de menor calidad. El hecho de haber publicado de los dos, permite identificar mejor tu propuesta; porque de estos claroscuros están hecho los catálogos del mundo entero. 

-Algunos géneros no ingresan en el criterio de publicación de Eduvim...

-Totalmente. No hacemos, por ejemplo, libros de autoayuda ni de cuentos ni de poesía. Por más que vengamos de publicar “Las dos naranjas” de Edith Vera o estemos editando una colección de seis poetas locales por los 150 años de la ciudad. Ese género no es nuestra injerencia; salvo en la colección de poesía clásica que dirige Rodolfo Alonso. Consideramos que la poesía contemporánea tiene un circuito muy bueno en Argentina y nosotros no hacemos falta. 

-¿Y el cuento?

-Los libros de cuento directamente no se venden en las librerías del país; a menos que sean antologías de clásicas como de Bioy Casares, por ejemplo. Es paradójico que en un país donde el escritor más importante es Borges y la literatura nació con “El matadero” de Echeverría, los cuentos no se vendan...

-Tampoco apuestan por los autores noveles...

-No. Digamos que nuestra función no es descubrir autores. De hecho, los narradores jóvenes que publicamos, ya tienen dos o tres libros en su haber.

-Nadie en el mundo publica nouveles y Eduvim sacó una colección del género ¿Cómo les fue?

-En lo económico, muy mal. Salvo los libros de Mariana Enriquez y Ariel Magnus que lograron vender 300 ejemplares, de los otros no vendimos. A esa colección se la habíamos pedido a Hernán Arias para editar autores que, según su criterio, serían importantes en el siglo veintiuno. Y en ese aspecto Hernán no se equivocó. Porque de los 8 títulos que publicamos, 5 se tradujeron y esa colección sigue siendo el futuro. 

-¿Qué significó publicar “Las dos naranjas” de Edith Vera?

-Lo más importante fue destrabar la situación jurídica que parecía sin solución. Apareció un heredero y firmó el contrato. Estuvimos tres años ayudando en ese proceso a la familia. Ahora tenemos el derecho de toda la obra y la iremos publicando de a poco. Será en tres tomos de tapas dura. Un lujo para nosotros y también para Villa María.

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