La normalidad tal cual la conocíamos hasta el 20 de marzo (o el 13, para algunos) ya no volverá. La sociedad global y nacional cambiará radicalmente sus hábitos a partir de un virus que no distinguió países, clases sociales, grupos etarios ni nada de aquello que categoriza a los seres humanos.

La cuarentena de apenas 15 días planteada por el gobierno nacional en el inicio de la emergencia sanitaria entra en su cuarta fase. Al menos hasta mediados de mayo. Ya nadie piensa en el retorno de la famosa “normalidad”, sino en cómo adecuarse a los nuevos tiempos. El Estado, en sus diferentes esferas, y la sociedad civil se preparan para un largo período gradual para restablecer por ramas una actividad económica fuertemente golpeada por la paralización de la economía. La famosa curva de contagios no llega, ahora se espera en junio, aunque dependerá en gran medida de la extensión de la cuarentena. El confinamiento da buenos resultados en materia sanitaria, basta con establecer comparaciones con países que lanzaron una cuarentena tardía o directamente nunca la obligaron, como Brasil o Estados Unidos.

A fuerza de controles, la ciudad alteró su ritmo en el microcentro. Hubo quejas y reajustes sobre la marcha. Se anunciaría un nuevo esquema para los próximos días.

En ese marco general, la ciudad transita por diferentes caminos en materia sanitaria y económica, los temas que dominan la agenda dentro de la pandemia. También hay otros, menos mediáticos, pero sumamente importantes como la educación, las problemáticas sociales y las consecuencias psicológicas individuales y colectivas que deja y dejará el coronavirus.

A fuerza de controles, la ciudad alteró esta semana el ritmo de vida en la zona céntrica. La flexibilidad en la cuarentena, sea por la mayor apertura de actividades como por el relajamiento de los operativos, alertó a las autoridades municipales sobre una circulación superior a la debida en el microcentro.

Por eso, el intendente interino Pablo Rosso y su secretario de Gobierno, Eduardo “Tati” Rodríguez, lanzaron el lunes un fuerte operativo de control vehicular en el corazón económico de la “city”.

El martes, un día después, se vieron desajustes. Inicio tardío, pocos agentes en cada control, largas colas de autos y motos para atravesar cada puesto. Los vecinos hicieron oír su reclamo en los medios y en las redes sociales.

El propio Rodríguez admitió errores (operativos y comunicacionales) y al día siguiente avanzaron en correcciones. Fuerzas federales y provinciales apoyaron los controles y la dinámica tuvo otra velocidad en la acción. A pesar de las complicaciones del primer día, las cifras oficiales indicaron que un 40% menos de vehículos circularon entre los bulevares Sarmiento, Vélez Sarsfield, Alvear-España y Mitre-Sabattini. Lo mismo para los días subsiguientes. Sólo hubo cuatro puntos de acceso, el resto de las calles fueron cortadas con vallas de seguridad.

Las críticas de los primeros días se vieron aplacadas hacia el final de la semana. Los reajustes redujeron cuestionamientos, inclusive de la oposición. El propio secretario tuvo que dar explicaciones ante los concejales vía teleconferencia.

Para esta semana se aguarda un nuevo esquema de controles. Continuará en el microcentro, pero con algunas diferencias. El Municipio dará precisiones en las próximas horas. Ojalá con mayor tiempo y mejor comunicación sobre las esquinas de cortes.

Sanidad y comercio

En materia sanitaria, no hubo casos sospechosos de coronavirus en el departamento San Martín. Casi una semana con tasa cero. Los confirmados son importados, por suerte no hay circulación comunitaria. Sí hubo anuncios de obras para el sistema sanitario municipal. El secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill, habló vía Facebook Live con Rosso y le informó sobre recursos del Estado para mejorar 10 centros de salud y la Asistencia Pública.

A dos meses del vencimiento de la licencia de Gill, nadie en el oficialismo quiere hablar públicamente del tema para no desenfocar el desarrollo de la gestión, centrada en la pandemia y sus derivaciones. Por lo bajo, la mayoría coincide en que el paso siguiente del mandatario en uso de licencia será pedir una prórroga por seis meses más. Veremos.

Con relación al comercio, un rubro central de la economía local, ampliará sus fronteras a partir de mañana. El Municipio permitió (hasta hoy) comercializar alimentos elaborados a través del sistema de delivery, pero ahora sumará otras ramas como indumentaria, calzado, marroquinería, regalería y pinturería. Otros, como la venta de electrodomésticos, siguen imposibilitados por el gobierno nacional.

A través de venta por delivery, esta semana se retoman las actividades vinculadas a la regalería, calzado, marroquinería, indumentaria y pinturería.

El sistema es idéntico. La venta es a través de plataformas virtuales o telefónicas y un cadete lleva el producto a la casa del cliente. Sólo permanecen abiertos con atención directa al público los negocios que comercializan alimentos y productos de primera necesidad.

La medida fue acordada por la Comuna y las cámaras empresariales Aerca y Acovim. Para el comercio es un “respiro”, aunque descartan que las ventas vía delivery permitan cubrir los costos de alquileres, servicios y sueldos.

Para esta semana, el Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) se reunirá con peluqueros y otras ramas de la estética personal para avanzar en la creación de un protocolo sanitario que les permita funcionar rápidamente una vez que la Nación lo autorice.

Construcción, peluqueros y comercio minorista son los empleos con más demanda de reapertura. Lo señalan las autoridades y lo corroboran los mensajes en los medios. La salud es la prioridad para Alberto Fernández y por ahora no tomará riesgos.

La cuarentena es la nueva normalidad.