Si alguien representa fielmente al prototipo del futbolista de Alem, sin dudas que es Antonio Mazzini. Reúne todas las condiciones.
Cuatro veces campeón como jugador, y otra como DT. Ídolo indiscutible. Ese jugador sanguíneo, de gran técnica, capaz de poner, meter, morder y tirarse al piso, pero inmediatamente después levantarse, proyectarse, pedirla, tirar una pared, un caño, meter un desborde y abastecer con un centro a un delantero.
Ese es el “Mono” Mazzini, un jugador técnicamente muy bueno, pero con “licencia para matar” si alguien se mete con el “león”.
“Alem es muy especial, no es para cualquiera. Es gente humilde, buena, pero con la que no se jode. Si sos de Alem, sabés de lo que hablo. Afuera de la cancha hice miles de amigos, y aún hoy me invitan de todos lados para que vaya a visitarlos, pero adentro no se podía dejar que te pinten la cara, porque Alem es un club muy grande, que lleva mucha gente. No se jode con Alem”, advierte.
Reconoce que “alguna vez tuve que hacerle sentir el rigor a algún delantero, porque había punteros rápidos y hábiles. Me acuerdo de Argüello o Beltramo en Alumni, de ‘Pachi’ Martina en Colón, de ‘Zapallito’ Aimar en Playosa. Grandes tipos afuera de la cancha, pero adentro era una guerra”.
Fanático de River Plate, enfrentó con Alem a Boca en Plaza Ocampo en 1981, y recuerda que “no se la hicimos fácil. Yo jugué siempre para ganar. No sabía hacerlo de otro modo, y me tocó marcar a ‘Mono’ Perotti, y después a ‘Tigre’ Gareca, pero además por mi banda estaba Mario Zanabria y se proyectaba ‘Cacho’ Córdoba. Los arrimé un poco, y si no hubiésemos errado un penal al final, no sé qué hubiese pasado (ganó Boca 2-1)”.
La selva necesitaba al “Rey Mono”
Si algo le faltaba a Antonio Mazzini en Alem después de ganar los títulos de 1976, 1980, 1981 y 1983, era ser campeón como DT, y lo logró en 2012 goleando 3-0 a Rivadavia de Arroyo Cabral con Néstor Pittana como árbitro, en una Plaza Ocampo colmada y una Liga rendida a los pies del “león”.
El “Mono” es tan grande para el hincha de Alem que como dice con el chiste rápido y fácil que lo identifica: “Me recibí de Gorila”.
El “Mono” es Rey de la Selva en Villa Nueva. “Acá salgo de mi casa y no paro de saludar a la gente. Todos me conocen en Villa Nueva. En Alem todos saben que nunca me guardé nada, y en la ciudad me reconocen porque saben qué clase de persona soy. Con humildad, de frente, y mirando a todos a los ojos con la frente en alto por la vida”.
Sostuvo que “me gustaba jugar. El fútbol me apasionó desde chico. Tuve un maestro como Mario Requena que en Alem me enseñó a jugar, y me decía que yo no sólo era un marcador de punta o un defensor, sino que debía soltarme al ataque. Cuando vino Coria, un exBelgrano, me puso de wing derecho. Ya estaba acostumbrado”.
Reseña que “Alem me dio amigos como ‘Lungo’ Abate Daga, mi cuñado Blanda, Agüero, Gianandrea y ‘Pipío’ Martínez, con quienes hicimos una gran defensa. Pero además jugué con ‘Cachorro’ Lupo y ‘Pelado’ Montes, que jugaron en Belgrano, Víctor Carlomagno, que jugó en Talleres, Bella y Schibli que eran cracks, los hermanos Vaca, Miguel Angel Ludueña, que te la daba redonda siempre, que por algo llegaron lejos”.
Resalta que “hubo gente como ‘Chacho’ Peñaloza, con quien fui campeón en Hernando, que es un hermano. Gran persona, que me dio una mano, y después fue mi DT como también ‘Chueco’ Alonso, que me condujo a mi primer título, ‘Tonio’ Carpinteiro. Son gente que no olvidaré. Hoy me llama Reartes de Almafuerte, Gómez Pedernera de Monte Buey, Torres de Leones, y me dicen: ¿Cuándo venís, cuando nos vamos a juntar? Eso te deja el fútbol”.
Sus primeros pasos en “la Escuelita”
Aclara que “soy de Alem, pero me inicié en ‘La Escuelita’. Así le decían a Rivadavia, por la calidad de fútbol que se jugaba. Me llevó el ‘Cuellito’ Vázquez. Jugué poco en inferiores, también en reserva, y debuté a los 15 años en 1973”.
Resalta que “le cuento a mis nietos que antes era bravo jugar en Primera. Adelante mío tenía al papá de Martín Gill, el “Gringo’ Bissio, ‘Gigio’ Ramos, Kamalita, Núñez y me acuerdo que me toca debutar justo en el año que Rivadavia dejó de hacer fútbol. Vázquez me llevó a Alem en 1973”.
Recuerda que “jugué dos partidos, y el tercero fue el clásico contra Alumni en ‘La Leonera’. Me tocó jugar de 2, y marqué al 9 rival, que era el ‘Nene’ Miranda. No lo podía dejar dar vuelta, porque era un ropero, y pateaba como una mula. Lo anticipé todo el partido, porque si recibía la pelota me mataba. Yo era chiquito de físico, pero me crié en los potreros con zapatillas de plástico o en patas”.
Destaca que “en el ‘74 me fue a buscar Renato Sansinanea para jugar en Sarmiento, y ese año tuve la suerte de jugar con Rivadavia de Arroyo Cabral el primer torneo Provincial de la historia. Fui con Guillermo Castro, Levis Schiavi y ‘Cacho’ Pelliza como refuerzo”.
Aclaró que “estaban los Moitre, Caporgnio, Merlo. El DT era León y el masajista era ‘Peladilla’ Rodríguez. No me olvido de ese equipo, fue una gran experiencia, y conocí a muy buena gente, además de jugadores que por algo habían ganado el título en la Liga”.
Insiste en que “oficialmente nunca se había jugado un Provincial. Ese torneo termina con una ‘entregada’ increíble en Río Cuarto. Estudiantes nos había ganado 2-0 en Plaza Ocampo. Pero en Río Cuarto ganábamos 3-0 a los 25’. Nos empezaron a echar jugadores por cualquier motivo, y nos tuvimos que retirar porque quedamos 4 jugadores en la cancha. Nos echaron 7. Así quedamos afuera”.
Explicó que “habíamos pasado a Cruz del Eje goleando. Me quedé todo el año a jugar en Rivadavia, pero me vendieron a Independiente de Hernando, donde se armó un gran equipo con muchos villamarienses como ‘Chueco’ Araya, ‘Chacho’ Peñaloza, Arnaudo, Carpinteiro, Garay, que jugaba en Belgrano, Farías de Monte Buey, ‘Cacho’ Ferreyra, Gómez Pedernera, Dimaría y Conti. El DT era ‘Chueco’ Alonso, y allí fui campeón por primera vez en 1975”.
Insiste en que “en esa Liga conocí a Mario Requena, que estaba dirigiendo a Huracán de Tancacha, donde ya había salido campeón con el ‘Negro’ Viera de arquero”.
Su lugar en el mundo: “La Leonera”
Antonio Mazzini afirma que “me volví para jugar en Alem y salí campeón en 1976 con Ferreyra”.
Se ilusiona con que “estaban Abate Daga, Agüero, Jorge Gómez, Gianandrea, que era chico, ‘Cachula’ Márquez (padre de Gabriel y Leandro, que luego también fueron campeones con Alem) y varios jugadores de Córdoba. En Arroyo Cabral jugué de 5, en Hernando había jugado de 8, pero en Alem volví a jugar de 4”.
Indicó que “salimos campeones en cancha de Rivadavia, y fue mi primera vuelta olímpica con Alem”.
Insistió en que “me fui a jugar un Provincial con Colón, que tenía como DT a Ramón Conti. Nos ganó en semifinales Alianza de Cabrera, después de eliminar a Alumni”.
Recuerda que “atajaba Pisaroni, que después me llevó a Unión de Morrison con Donatti, Vilella y ‘Lora’ Arce (exUnión Central)”.
Recalcó que “pocos saben que yo estuve entrenando en Alumni en el 75, y tenía todo arreglado cuando volví de la colimba. Estaba Hernán Ríos de DT. Pero me puso plata el “Manco” Soria y fui a Alem. Luego Gianetti me dio una casa”.
“Salimos campeones con Mario Requena en 1980 y 1981, cuando se armó un equipazo, Lupo, Montes, Carlomagno, Miguel Bella era un carrilero espectacular, ‘Beto’ Schibli un 10 como ninguno, ‘Mosquito’ Rojas, los hermanos Vaca, y arriba ‘Kiky’ Etrat, Arturo Ramallo, Kapustensky. Atrás jugábamos con Abate Daga, ‘Pipío’ Martínez, Gianandrea y Agüero. En 1983 fui campeón con Abate Daga como DT”.
No olvida los torneos superiores, Regionales y Provinciales con el “león”. “Jugué un Provincial muy recordado por la cantidad de gente que fue a la cancha contra Estudiantes de Río IV, el año que echaron a Miguel Ludueña. Un Regional nos tocó ir a Santiago y Añatuya”.
Señala que “Mario Requena armó un equipo tremendo en 1980, y le imprimió disciplina. Armó un gran grupo. Nos citaba individualmente, nos hacía ir una hora antes para hablar de fútbol y de nuestras vidas. Era DT, entrenador y psicólogo”.