Alegremente se acusa a los productores de retener la soja y no querer vender, especulando a una potencial mejora en el tipo de cambio que pueda mejorar su ingreso y el margen de su negocio.
De la misma forma se acusa a los exportadores de no querer liquidar divisas como si fuera su voluntad liquidar hoy o mañana.
Primera reflexión: "La incertidumbre paraliza las decisiones". Lo que está sucediendo desde el punto de vista de la economía doméstica no es ninguna novedad, esto ya lo hemos vivido y lo viene padeciendo el país (la sociedad civil en su conjunto) durante estos últimos 50 años.
Estamos en medio de una crisis que todavía no se ha superado.
¿Qué operador económico toma decisiones en un momento de incertidumbre? Unicamente los actores financieros que están posicionados en Lebac, Letes o Fondos comunes de inversión.
El ciudadano de a pie lo máximo que puede hacer es renovar un plazo fijo o cancelarlo y comprar dólares, y los más sofisticados tendrán un fondo común de inversión que deberá analizarse cómo se han comportado ante esta crisis.
Sin minimizar de ninguna forma lo sucedido en el país en esta última semana, me permito analizar la coyuntura agropecuaria desde el punto de vista del negocio, la micro economía, su impacto en la actividad en el medio urbano-rural y la conducta social de los productores.
Partimos de una cosecha de soja que se vio reducida en 20 millones de toneladas por efectos de la sequía: en términos económicos globales, una caída en el ingreso de divisas de US$ 8.000 millones.
En términos socioeconómicos en los medios urbano-rurales, esta pérdida en la producción de soja equivale a una brusca caída y freno en la actividad en el interior que, solamente en concepto de fletes del transporte de granos equivale a una merma 800.000 viajes de camión.
A un precio promedio de 40 dólares la tonelada transportada, en una media de 350 km, el sector camionero tendrá una merma en sus ingresos de US$ 32 millones. Habrá menor consumo de combustibles, menor trabajo para los contratistas de cosecha, menor actividad en las rutas, hoteles, restaurantes, gomerías. Toda la actividad que gira alrededor de una hectárea de soja está sufriendo una de las peores crisis de la última década.
Segunda reflexión
Segunda reflexión: "Ningún productor vende su cosecha si todavía no la ha cosechado" .
En estos momentos quedan por cosechar 6 millones de hectáreas, que equivalen a 13 millones de toneladas; estas hectáreas han sufrido las excesivas lluvias de las últimas tres semanas. En estos momentos todavía se están evaluando las pérdidas tanto en cantidad como en calidad que han ocasionado las últimas lluvias a los cultivos de soja.
Todo hombre de campo sabe que lluvias superiores a 100 mm sobre un cultivo, como la soja, que estaba listo para cosecharse, es imposible de cosechar hasta que paren las lluvias.
Entendemos que todo hombre de ciudad no conoce de lo que estamos hablando, y por este motivo le otorgamos la presunción de inocencia cuando dice "el productor no vende porque es un especulador y espera que el dólar suba".
Y el productor no vende, pues si todavía no ha cosechado lo que está en el campo, no sabe cuánto va a cosechar, no sabe cuánto ha sido perjudicada la calidad de su soja por las excesivas lluvias.
Todo hombre de campo sabe que una lluvia sobre un cultivo de soja sin cosechar, al impedir la cosecha, y dejar el cultivo en el campo, produce apertura de chauchas y los granos se caen al suelo, se pierde entonces rendimiento y cantidad.
A igual fecha del año anterior los productores habían vendido 9 millones de toneladas sobre una producción total de 55 millones de toneladas, es decir, un 16% de la cosecha.
La realidad es que hoy los productores ya han vendido 11 millones de toneladas de soja de una cosecha probable de 37 millones, es decir que ya han comercializado el 30% de la producción total.
Tercera reflexión: "Los exportadores no liquidan divisas por voluntad propia, liquidan divisas cuando el productor les vende la soja y deben cambiar los dólares por pesos para poder pagar la compra de la soja".
Todo operador de granos sabe que los exportadores liquidan divisas cuando ya tienen comprada la soja y le deben pagar al productor, y además ya han vendido la soja, el aceite o la harina, a sus clientes del exterior.
En la jerga del trading esto quiere decir que ninguna empresa exportadora especula liquidando divisas sin tener como contraparte la compra de la soja; sería 100% especulación y una jugada muy arriesgada de su gerente financiero.
Estamos ante un círculo vicioso, incertidumbre-dólar-tasas-Lebac-FMI-déficit comercial-déficit fiscal-gasto público, y el productor no está alejado de esta realidad.
Pablo Adreani
* Analista de mercados
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Primera reflexión: "La incertidumbre paraliza las decisiones". Lo que está sucediendo desde el punto de vista de la economía doméstica no es ninguna novedad, esto ya lo hemos vivido y lo viene padeciendo el país (la sociedad civil en su conjunto) durante estos últimos 50 años.
Estamos en medio de una crisis que todavía no se ha superado.
¿Qué operador económico toma decisiones en un momento de incertidumbre? Unicamente los actores financieros que están posicionados en Lebac, Letes o Fondos comunes de inversión.
El ciudadano de a pie lo máximo que puede hacer es renovar un plazo fijo o cancelarlo y comprar dólares, y los más sofisticados tendrán un fondo común de inversión que deberá analizarse cómo se han comportado ante esta crisis.
Sin minimizar de ninguna forma lo sucedido en el país en esta última semana, me permito analizar la coyuntura agropecuaria desde el punto de vista del negocio, la micro economía, su impacto en la actividad en el medio urbano-rural y la conducta social de los productores.
Partimos de una cosecha de soja que se vio reducida en 20 millones de toneladas por efectos de la sequía: en términos económicos globales, una caída en el ingreso de divisas de US$ 8.000 millones.
En términos socioeconómicos en los medios urbano-rurales, esta pérdida en la producción de soja equivale a una brusca caída y freno en la actividad en el interior que, solamente en concepto de fletes del transporte de granos equivale a una merma 800.000 viajes de camión.
A un precio promedio de 40 dólares la tonelada transportada, en una media de 350 km, el sector camionero tendrá una merma en sus ingresos de US$ 32 millones. Habrá menor consumo de combustibles, menor trabajo para los contratistas de cosecha, menor actividad en las rutas, hoteles, restaurantes, gomerías. Toda la actividad que gira alrededor de una hectárea de soja está sufriendo una de las peores crisis de la última década.
Segunda reflexión
Segunda reflexión: "Ningún productor vende su cosecha si todavía no la ha cosechado" .
En estos momentos quedan por cosechar 6 millones de hectáreas, que equivalen a 13 millones de toneladas; estas hectáreas han sufrido las excesivas lluvias de las últimas tres semanas. En estos momentos todavía se están evaluando las pérdidas tanto en cantidad como en calidad que han ocasionado las últimas lluvias a los cultivos de soja.
Todo hombre de campo sabe que lluvias superiores a 100 mm sobre un cultivo, como la soja, que estaba listo para cosecharse, es imposible de cosechar hasta que paren las lluvias.
Entendemos que todo hombre de ciudad no conoce de lo que estamos hablando, y por este motivo le otorgamos la presunción de inocencia cuando dice "el productor no vende porque es un especulador y espera que el dólar suba".
Y el productor no vende, pues si todavía no ha cosechado lo que está en el campo, no sabe cuánto va a cosechar, no sabe cuánto ha sido perjudicada la calidad de su soja por las excesivas lluvias.
Todo hombre de campo sabe que una lluvia sobre un cultivo de soja sin cosechar, al impedir la cosecha, y dejar el cultivo en el campo, produce apertura de chauchas y los granos se caen al suelo, se pierde entonces rendimiento y cantidad.
A igual fecha del año anterior los productores habían vendido 9 millones de toneladas sobre una producción total de 55 millones de toneladas, es decir, un 16% de la cosecha.
La realidad es que hoy los productores ya han vendido 11 millones de toneladas de soja de una cosecha probable de 37 millones, es decir que ya han comercializado el 30% de la producción total.
Tercera reflexión: "Los exportadores no liquidan divisas por voluntad propia, liquidan divisas cuando el productor les vende la soja y deben cambiar los dólares por pesos para poder pagar la compra de la soja".
Todo operador de granos sabe que los exportadores liquidan divisas cuando ya tienen comprada la soja y le deben pagar al productor, y además ya han vendido la soja, el aceite o la harina, a sus clientes del exterior.
En la jerga del trading esto quiere decir que ninguna empresa exportadora especula liquidando divisas sin tener como contraparte la compra de la soja; sería 100% especulación y una jugada muy arriesgada de su gerente financiero.
Estamos ante un círculo vicioso, incertidumbre-dólar-tasas-Lebac-FMI-déficit comercial-déficit fiscal-gasto público, y el productor no está alejado de esta realidad.
Pablo Adreani
* Analista de mercados