El Ipet N° 49 “Domingo F. Sarmiento”, exEscuela del Trabajo, celebró ayer un nuevo aniversario.
Se trata de un cumpleaños muy particular, el número 90 de la institución que desde 1929 se dedica a la educación formando parte de la historia de Villa María y la región.
Con presencia de los inspectores, que han acompañado la última gestión por más de 14 años, profesores, alumnos y comunidad educativa del establecimiento, se descubrieron placas conmemorativas.
Luego del acto se realizó un recorrido por las instalaciones ubicadas en Juan Müller 651, que incluyen los talleres que permitirán aprender oficios a muchos villamarienses.
El primer año, allá por 1929, la escuela contaba con tan sólo 32 alumnos. Hoy, con casi un siglo de por medio, los estudiantes que transitan el piso del Domingo Faustino Sarmiento ascienden a 1.028.
En la actualidad cuentan con seis especialidades, entre ellas, una de las más demandadas es siempre “automotores”. Además, cuenta con 140 alumnos que viven en el internado de lunes a viernes.
“Hoy para todos es la ‘Escuela del trabajo’, pero nació como ‘de Artes y Oficios’, fue Ipet N° 2, luego Ipem y por el 2012 nos devolvieron el título de técnicos”, sostuvo la directora de la institución, Mónica Scarafía.
“Me siento feliz, el crecimiento fue enorme en estos años”, dijo la docente y agregó que lograron adquirir “muchísimo material para los talleres y laboratorios”.
Resaltó que hoy es la directora, pero los logros con los que hoy cuenta la exEscuela del Trabajo se llevaron adelante junto a la exdirectora Myriam Saura. La “profe Myriam” se jubiló en abril del año en curso, luego de 13 años en el timón de la institución.
“Le sumamos a la mano de obra calificada, la gestión. Hoy los estudiantes pueden liderar un grupo de operarios al mando”, comentó orgullosa.
Interés
Scarafía se refirió a cómo orientaron a los estudiantes a tener interés no sólo en el taller. En ese sentido, dijo: “El interés estaba en el taller, pero no en el aula, no en la geografía, no en la historia, química o la lengua”.
Desde la dirección, se planteó que los profesores trabajaran de manera articulada.
“Hay que voltear las paredes del aula y llevar los profes de aula al taller para evitar esa grieta”, afirmó. En su consideración, de esta manera se comprende la utilización de los conocimientos del aula también en el taller.
Roque Guzmán. Redacción Puntal
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Con presencia de los inspectores, que han acompañado la última gestión por más de 14 años, profesores, alumnos y comunidad educativa del establecimiento, se descubrieron placas conmemorativas.
Luego del acto se realizó un recorrido por las instalaciones ubicadas en Juan Müller 651, que incluyen los talleres que permitirán aprender oficios a muchos villamarienses.
El primer año, allá por 1929, la escuela contaba con tan sólo 32 alumnos. Hoy, con casi un siglo de por medio, los estudiantes que transitan el piso del Domingo Faustino Sarmiento ascienden a 1.028.
En la actualidad cuentan con seis especialidades, entre ellas, una de las más demandadas es siempre “automotores”. Además, cuenta con 140 alumnos que viven en el internado de lunes a viernes.
“Hoy para todos es la ‘Escuela del trabajo’, pero nació como ‘de Artes y Oficios’, fue Ipet N° 2, luego Ipem y por el 2012 nos devolvieron el título de técnicos”, sostuvo la directora de la institución, Mónica Scarafía.
“Me siento feliz, el crecimiento fue enorme en estos años”, dijo la docente y agregó que lograron adquirir “muchísimo material para los talleres y laboratorios”.
Resaltó que hoy es la directora, pero los logros con los que hoy cuenta la exEscuela del Trabajo se llevaron adelante junto a la exdirectora Myriam Saura. La “profe Myriam” se jubiló en abril del año en curso, luego de 13 años en el timón de la institución.
“Le sumamos a la mano de obra calificada, la gestión. Hoy los estudiantes pueden liderar un grupo de operarios al mando”, comentó orgullosa.
Interés
Scarafía se refirió a cómo orientaron a los estudiantes a tener interés no sólo en el taller. En ese sentido, dijo: “El interés estaba en el taller, pero no en el aula, no en la geografía, no en la historia, química o la lengua”.
Desde la dirección, se planteó que los profesores trabajaran de manera articulada.
“Hay que voltear las paredes del aula y llevar los profes de aula al taller para evitar esa grieta”, afirmó. En su consideración, de esta manera se comprende la utilización de los conocimientos del aula también en el taller.
Roque Guzmán. Redacción Puntal