“En situaciones críticas afloran las actitudes generosas o las miserias humanas”. Esta frase la dijo días atrás un excombatiente de Malvinas, Edgar Díaz, que vivió en carne propia los avatares de la guerra.

En los primeros días de la pandemia, y ya situando el análisis en nuestro tiempo, oficialismo y oposición a nivel nacional compartían una visión sobre los pasos adecuados y necesarios para enfrentar el temido virus internacional.

Ese mensaje bajó a provincias y municipios y la tregua política ganó terreno en medio de un contexto nuevo, inédito y amenazante. A lo largo de los días, lamentablemente, esta sensación de “cerrar la grieta” de forma temporaria pareció diluirse.

Volvieron los trolls, los debates inútiles, las chicanas innecesarias en un contexto de emergencia sanitaria. Estos “cruces” no suman, no les interesan a la gente.

Volvieron los trolls, los debates inútiles, las chicanas innecesarias en un contexto de emergencia sanitaria. Hasta algunos medios participaron de este cruce virtual de oficialistas y opositores. Hay que ser claros en la definición: estos “debates” no suman, no le interesan a la población y sólo traen confusión y enojo.

Por suerte, esta incontinencia verbal en medio de la pandemia no tuvo impacto en la política doméstica. Aquí el oficialismo y la oposición forman parte del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) creado por el gobierno provincial y el pasado viernes el intendente interino Pablo Rosso se reunió con los principales dirigentes del Pro, Darío Capitani y Juan Zazzetti. Del encuentro además participaron los concejales del macrismo Karina Bruno, Natalia González y Carlos Primo.

No se trata de dejar de lado convicciones políticas y visiones sobre el Estado. De hecho, en las decisiones que tomó en su momento el macrismo, que bajó de rango el área de Salud (de ministerio a secretaría), y en las medidas que tomó y sigue tomando el peronismo versión Alberto Fernández (vale aclararlo) se puede observar con nitidez la importancia de las políticas públicas para un espacio y otro.

No lo juzgo, sólo lo describo. Cada lector se ubicará en una u otra posición de la política nacional y en la visión sobre el Estado. Lo que no se puede dejar de subrayar es que las políticas públicas en materia sanitaria, educativa, social y económica requieren de la presencia de un Estado ordenador y que atienda las desigualdades y las necesidades de la ciudadanía.

No se podría imaginar una emergencia sanitaria semejante sin participación del Estado (en cualquiera de sus órdenes, nacional, provincial o local), dejando a la comunidad librada a su suerte. A veces el Estado (o los gobiernos, para ser más específicos) genera distorsiones y burocracia, no hay dudas, aunque hay materias como las mencionadas que no pueden delegarse al mercado.

Si esta crisis sanitaria estuviera en manos de resoluciones emanadas por el “dios mercado”, la realidad tendría mucho más que ver con Estados Unidos, Brasil, Ecuador o gran parte de Europa. Por suerte Argentina transita otros caminos.

Allí están las diferencias políticas. En las acciones, en los hechos. No hacen falta debates estériles. Las energías deben concentrarse en la prevención y en la adecuación del sistema sanitario para la atención de casos (se espera el pico de contagios para mayo).

Donación de sueldos

El grueso de la dirigencia entendió el mensaje de la sociedad, que en su gran mayoría apoyó la cuarentena, más allá de las dudas res-pecto del futuro económico. Es mejor dejar (o mitigar) las diferencias políticas por unos meses y trabajar en pos de un solo objetivo. Es grande el problema como para enroscarnos en nimiedades.

Esta semana algunos funcionarios municipales y provinciales decidieron bajarse el sueldo como un gesto hacia la comunidad y donarlo al sistema de salud. Si la dirigencia le pide un esfuerzo a la gente, está bien que la dirigencia también lo haga. Tal vez no ayudan demasiado desde el punto de vista económico, pero sí en los gestos. Por caso, funcionarios y concejales de Villa María y Villa Nueva donarán un 20% de sus sueldos (en Villa Nueva el bloque radical se recortó el 50%). Todavía se esperan precisiones sobre el porcentaje en la Provincia. Se habla del 30% ¿La Nación seguirá el mismo ejemplo?

Jubilados y algo más

Las políticas públicas están enfocadas en el combate contra el virus. Todo el Estado (en sus tres estamentos) dispuso su maquinaria para contener el avance de la pandemia. Entonces no se entendió el motivo de juntar en un mismo día el pago de jubilaciones y de asignaciones, que generó un caos en la puerta de los bancos. El panorama que mostraron los noticieros nacionales también se reflejó en la ciudad. Al mediodía, frente a un reconocido bar céntrico, a media cuadra de una entidad crediticia, una señora cayó al suelo. Imagen triste de la realidad vivida el viernes. Otros se enteraron por la Policía de que el banco cerraba sus puertas y otros resistían bajo el sol sentados en un asilla.

Funcionarios de la Municipalidad de Villa María y de Villa Nueva decidieron donar el 20% de sus salarios al sistema sanitario. En la Provincia sería del 30% ¿Y Nación?

Ni toda la organización dispuesta por el Municipio y la Policía pudo opacar una situación dramática e inexplicable. Desde horas muy tempranas las colas en las puertas de los bancos se extendieron por más de una cuadra. A veces se respetaba la distancia sugerida, otras veces no. Jubilados y jóvenes, todos en una misma fila. ¿Dónde quedó el mensaje sobre el cuidado de los abuelos?

Se corrigió ayer y hoy con la apertura de bancos a partir del ordenamiento por terminación de documentos. Esta pandemia deja varias enseñanzas, para el Estado y para la comunidad, pues educar en el uso de las herramientas tecnológicas es el paso siguiente para evitar situaciones dramáticas.