Internacionales | Beirut | país | calles

Renunció el premier libanés y la crisis crece sobre los escombros

Hassan Diab llevaba ocho meses en el poder. Siguen las protestas en Beirut.

A casi una semana de las explosiones que arrasaron con parte de Beirut, el primer ministro del Líbano, Hassan Diab, renunció ayer y acusó a la "élite del país" de haber obstaculizado su Gobierno para "tapar sus errores" y su responsabilidad en la devastación en la capital, lo que alimentó aún más la incertidumbre y los reclamos de cambio en las calles.

Desde más temprano, grupos de manifestantes protestaban en las calles de Beirut, pese a la represión con gases lacrimógenos de la Policía, y tras conocerse la renuncia de Diab algunos festejaron, mientras otros redoblaron sus pedidos de elecciones anticipadas.

Al caer la noche, las corridas, la represión y los gritos de manifestantes pidiendo un cambio político de verdad seguían resonando en las calles de la capital.

Primero a cuentagotas y luego con más velocidad, embajadores, diputados y ministros renunciaron en estos seis días en abierto rechazo a lo que consideraron un Estado y una clase dirigente cómplices con la peor devastación que haya sufrido el país en un sólo día, con al menos 220 muertos y más de 7.000 heridos, pese a tener una historia reciente y dolorosa de guerras e invasiones militares.

El sábado Diab había prometido presentar ayer un proyecto de ley para convocar elecciones anticipadas, en medio de una multitudinaria protesta en Beirut, que pidió un cambio profundo en la política sectaria del país y llegó hasta tomar cuatro ministerios, antes de que el Ejército fuera desplegado y los manifestantes reprimidos.

La gran incógnita era si el congreso, símbolo del sectarismo basado en la representación de las comunidades religiosas que dominan la política del país, iba a apoyar la convocatoria electoral de Diab. El discurso de renuncia del premier parece indicar que no.

"El sistema de corrupción es mayor que el Estado. Un ejemplo explotó en el puerto de Beirut”, manifestó Diab, quien había asumido hace sólo ocho meses como jefe de un Gobierno denominado “independiente”, pero designado por el mismo congreso que había apoyado a su antecesor, Saad Hariri, el expremier que se vio obligado a renunciar el año pasado tras multitudinarias protestas contra su gestión, en particular, y el sistema político dividido por comunidades religiosas, en general.

Las protestas comenzaban a multiplicarse nuevamente en las calles de Beirut y otras ciudades. Pero las dos explosiones en el puerto el día martes parecen haber sido la gota que rebalsó el vaso para gran parte de la sociedad.