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Deflación en Brasil: la mayor baja de precios de los últimos 42 años

La caída fue de 0,68% en julio. La reducción del valor de los combustibles, la clave

Brasil anunció una baja de precios mensual de un 0,68% para julio, marcando así la deflación más fuerte desde 1980.

En línea con la suba de precios a nivel internacional, la inflación en el país vecino reúne un avance del 10,07 por ciento en los últimos 12 meses.

El hito se dio a raíz de la fuerte política para regular el valor de los combustibles aplicada por el presidente Jair Bolsonaro. Este estableció una reducción de impuestos al sector para llevar los precios finales a la baja, los cuales finalmente cayeron un 14,15 por ciento en julio.

Esto empujó una fuerte reducción en el sector del transporte, cuyos precios cayeron un 4,51%: así lo informó el Instituto de Estadísticas (IBGE) ayer a través de un comunicado que indica que "el mayor impacto negativo", de -1%, fue de este rubro.

El descenso contrasta con el proceso inflacionario que Brasil está sufriendo durante este año en línea con el contexto internacional afectado por la guerra en Europa: en junio, los precios avanzaron 0,67%, sumando un 11,89% de aumento interanual que ahora se redujo a 10,07%.

Bolsonaro apuesta al repunte de la economía brasileña para conseguir su reelección en los comicios presidenciales del 2 de octubre próximo.

Su gestión ha atacado la inflación con constantes subas de las tasa de interés. Esta herramienta, junto a la baja de impuestos a los combustibles y los recortes aprobados por la nueva gestión de Petrobras, llevó a la primera baja en los precios desde mayo de 2020.

En sintonía con los cambios en el sector energético, otro de los rubros que más redujeron sus precios en Brasil fue el de la energía eléctrica residencial, tarifa que cayó 5,78 por ciento a raíz de una reducción de impuestos y, consecuentemente, de los valores finales.

En contraste, el sector de los alimentos y las bebidas, uno de los que más afectan a la población general, continúa con subas, esta vez del 1,30% para julio y con un acumulado interanual del 14,72%. En este caso, productos como la leche larga vida observaron incrementos desmesurados de hasta un 25,46%.

De esta forma, la inflación en Brasil durante los primeros siete meses del año se ubica en torno al 4,77%, a poco de llegar al límite impuesto por el Banco Central para todo 2022: un 5%.

Este panorama inflacionario pone en una encrucijada a Bolsonaro ante las próximas elecciones presidenciales, en las que su oponente principal, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, presenta una amplia ventaja.

Es por ello que, ante la suba de precios, el actual presidente brasileño intensificó su política social a través de incrementos en los programas sociales ligados al programa Auxilio Brasil: el valor de la asistencia pasó de 400 a 600 reales, un aumento extraordinario que se prolongará hasta diciembre de 2022, beneficiando a 20,2 millones de familias.