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“Debemos mostrar el rol de la Universidad en la sociedad”

El docente “Lalo” Rangone encabezó junto a Francisco Bianchi la recolección de choclos en el campo experimental que fueron donados al comedor Caritas Felices de La Calera

Para el docente “Lalo” Rangone, la chocleada solidaria realizada en el campo experimental de la Universidad Nacional es un paso más en la tarea de articulación que la entidad educativa debe tener con la sociedad, pero principalmente en la necesidad de interiorizarse en lo que ocurre en los barrios de la ciudad. Y grafica con un claro ejemplo: “en el taller de huerta -se dicta en La Calera- aprendemos más de los chicos que lo que les enseñamos, sobre todo de cómo se vive porque muchas veces nos pasa que no comprendemos lo que ocurre en esos lugares, porque no vamos nunca al barrio”.

Rangone es profesor de la materia Introducción a la Agronomía, y junto al docente Francisco Bianchi encabezó la chocleada solidaria, que permitió recolectar unas 4 bolsas de choclos que fueron donadas al comedor Caritas Felices de barrio La Calera.

“Es una actividad que hicimos con alumnos de primer año de Agronomía. Son estudiantes que ingresaron este año y transcurrirán toda la carrera dentro de la Universidad. Dentro de un espacio de práctica que hacemos los días jueves, voluntariamente los invitamos a participar de una cosecha manual en el campo experimental”, graficó sobre la actividad desarrollada días atrás.

Relató además que “además de contarle algunas cuestiones generales del cultivo, hicimos la recolección, no en gran cantidad porque no era un maíz que se consume como choclo basicamente, sino más bien para destinarlo a sopa o humita”, precisó. 

Consultado sobre la posibilidad de ampliar la actividad al resto de la sociedad y sumar otros actores en la recolección de choclos, Rangone manifestó que “lo hicimos hacia adentro de la UNVM, pero la idea es poder sumar a otros estudiantes, docentes, a la comunidad universitaria en general y a la ciudad también, porque ahí se puede cosechar una gran cantidad”.

El desafío es que la propuesta crezca año a año. Para el docente, la actividad más que solidaria forma parte del compromiso “que debe tener la universidad pública con la sociedad, que permite que sus estudiantes y trabajadores puedan estar en ella”.

De la iniciativa resultó beneficiada el comedor de barrio La Calera, con cuyos responsables “tenemos relación porque llevamos adelante algunas actividades, como una huerta con los chicos que allí asisten. Deben ser más de 100 niños del barrio que cenan, y creo que también meriendan. Más allá del apoyo que tienen de la sociedad, cada vez se les hace más difícil porque es una tarea voluntaria, con todo lo que implica”.

Manos solidarias

“La idea es poder hacer -la propuesta de la chocleada- más amplia, buscando manos solidarias, no para suplir al Estado. La universidad es parte del Estado y sobre todo los que están adentro deben entender cuál es su rol, y quienes lo reciben lo tomen de esa forma. No es voluntarismo, es la idea de entender cuál es la acción de la universidad sobre el territorio”, sostuvo.

Cabe consignar que de la propuesta participaron estudiantes que llevan un mes cursando en la casa de altos estudios. Al respecto, Rangone entendió que los alumnos “empiezan a vivir los primeros pasos de la carrera, y este tipo de hechos los tiene que alentar y sobre todo ponerlos en contexto de cuál es el rol del ingeniero agrónomo en función de una sociedad. Estando en una universidad pública, que es bancada por toda la sociedad. Eso es lo que queremos transmitir. Nos sentimos muy contentos que estudiantes que hace un mes entraron hayan participado de una jornada de este tipo”.

Comedores comunitarios que organizan al barrio

Rangone insiste en hacer extensivo y mucho más visible el compromiso que debe existir de la Universidad en su conjunto para con la sociedad: “tiene que ser un ida y vuelta. Por ejemplo, en la feria de Economía Social que se realiza en la Universidad siempre que podemos traer a uno de los chicos lo hacemos ya que en la huerta que trabajamos en el barrio tenemos plantines, o producimos lechugas o verduras de hojas, entonces cuando tenemos el permiso los traemos a la UNVM así la conocen, y la gente se interioriza con el trabajo de los barrios”. 

Sobre el rol que terminan cumpliendo los comedores comunitarios, entendió que va más allá de la alimentación y contención de los pequeños, “ya que en cierta medida organiza al barrio, con talleres de música, de baile, pintura, la huerta. Eso nos parece que es la tarea de articulación que debe tener la Universidad hacia ellos, y es importante que un alumno desde primer año lo entienda para que en su profesión lo pueda practicar”.

“Es difícil que la gente entre a la Universidad, pese a que las puertas estén abiertas y la Universidad sea pública. Somos nosotros los responsables de ir a los espacios y poder mostrar qué cosas se pueden hacer con la universidad, y el rol que tiene”, reflexionó. 

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