La titular de la Asociación Civil Familias por la Educación Córdoba, Soledad Cabral, advirtió que cada vez son más los estudiantes que necesitan de clases particulares para salvar el año, situación que trae preocupación a padres y madres, quienes en algunos casos, no tienen cómo afrontar el pago de academias y clases de apoyo.
“Ahora que estamos llegando a fin de año, las familias salen desesperadas a buscar apoyo escolar porque los contenidos priorizados por el gobierno a comienzos de año no fueron aprendidos”, afirmó la mujer en diálogo con Puntal Villa María.
Según explicó, los problemas de aprendizaje en niños, niñas y adolescentes “se potenciaron” y “se profundizaron” tras la pandemia, con la vuelta a la presencialidad.
“Era obvio que los coletazos de la pandemia iban a salir a la luz en algún momento. Hace algunos meses, tuvimos los resultados de las Pruebas Aprender y Prisma. Esas evaluaciones demostraron que el desempeño pedagógico en la provincia es desastroso”, aseveró.
Y añadió: “Los resultados dicen que 4 de cada 10 chicos comprenden operaciones matemáticas sencillas. También sostienen que tan sólo 24 de cada 100 alumnos cordobeses empiezan y terminan sus estudios en el tiempo esperado”.
En efecto, sostuvo que “la pandemia profundizó y potenció los problemas que ya se veían desde antes. Esa decadencia quedó reflejada en las pruebas pedagógicas estandarizadas”.
Problemas para el bolsillo
Cabral destacó que en la actualidad, son muchas las familias que tienen complicaciones para llegar a fin de mes, lo que hace aún más difícil el pago de clases de apoyo.
“Hemos averiguado que la hora de particular está entre los 400 y los 900 pesos. Eso significa que no es apto para todos los bolsillos. En los sectores vulnerables es donde más se ve la decadencia educativa”, manifestó la titular de la asociación civil.
La mujer reconoció que “en algunas escuelas públicas existe un sistema de tutorías donde los chicos de grado o de cursos más altos enseñan y contienen a los de grados inferiores”.
En esa línea, aclaró que tal situación “tampoco termina siendo de mucha ayuda, porque quienes brindan las clases no son profesionales. En esos casos, vuelve a verse el tema de la desigualdad”.
Pérdida del hábito de estudio
En otra parte de la charla, Cabral afirmó que tras la pandemia muchos chicos y chicas perdieron el hábito de estudio.
“En el aula se ve una gran heterogeneidad, situación que se presenta como un gran desafío para los docentes. Después de la pandemia, eso se vio potenciado, el docente se encuentra en una disyuntiva”, comentó Cabral.
“A principios de año, cuando se volvió a la presencialidad, desde la organización solicitamos que haya un plan, un recurso, una estrategia para nivelar a todos los chicos”, precisó.
Y sumó: “Para llegar a ese objetivo harán falta más horas docentes, o más trabajo personalizado, o darles lugar a equipos multidisciplinarios. Hay que recordar que no solo se perdió en lo pedagógico, sino también en lo social. No hemos visto por parte del Gobierno una estrategia seria en apuntalar esa clase de situaciones”.