Es que, un punto polémico del Presupuesto 2025 fue el de la estimación de recaudación por derechos de exportación. El Gobierno puso allí que de las retenciones, que este año aportarían 5,3 billones de pesos, alcanzarían los 10,7 billones de pesos. Eso se lograría con un 18,3% de devaluación –siempre según el presupuesto- más un 9% de incremento en los volúmenes de exportación. Se suma que, de acuerdo a la explicación posterior del Gobierno, los 5,3 billones de pesos de este año fueron menguados por adelantos de Declaraciones Juradas realizadas en 2023 por diferentes incentivos del Gobierno anterior y especulaciones sobre posibles cambios económicos a partir del último 10 de diciembre. En ese punto hay parte de verdad. De todos modos, la duplicación de ingresos el año próximo, con esas variables, siguen siendo difíciles de explicar.
Más allá de eso, lo que el sector agropecuario esperaba del Presupuesto no era justamente eso, sino que incorporara un programa de eliminación de los derechos de exportación, tal como se había comprometido Milei ya desde la campaña. Pero eso no ocurrió.
De allí que Cartez se desmarcara del resto de las entidades del agro y emitiera un comunicado el lunes pasado, a pocas horas de la presentación que el Presidente hizo del presupuesto en el Congreso. Allí manifestó “su profundo malestar, desconcierto y estupor, frente a la presentación del Proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2025 efectuada por el presidente de la Nación Argentina Javier Milei, en el cual los Derechos de Exportación que pesan sobre los productos agropecuarios, lejos de desaparecer o cuanto menos disminuir categóricamente, aspiran a duplicar su recaudación”.
Vale insistir en que Cartez representa a las rurales de Córdoba y el sur de San Luis. Luego agregó: “Esta realidad, choca de frente contra la promesa de campaña del ‘Milei candidato’ que declaraba sin eufemismos la urgente necesidad de eliminación de este impuesto, que no hace otra cosa que limitar y condicionar la producción agropecuaria desde hace más de 20 años, relegando de esa manera, toda posibilidad de crecimiento sustentable del principal sector exportador y aportante de divisas genuinas que el país necesita para salir de la crisis recurrente en que sucesivos gobiernos, con sus despilfarros obscenos y escandalosos, han condenado vivir a todos los argentinos”.
Finalmente Cartez aportó el contexto productivo y las razones por las cuales entiende que los productores no pueden seguir esperando: “En un escenario de precios internacionales de commodities preocupantemente deprimidos, una sequía interminable y un nuevo pronostico climático de escases de precipitaciones para la campaña que se avecina, la única posibilidad de crecimiento productivo depende de la capacidad de inversión del productor agropecuario, la que al persistir la vigencia de los Derechos de Exportación, se encuentra fuertemente limitada y condicionada, condenando en consecuencia no solo a los productores sino al país, a un nuevo año de agonía económica”.
Tras ese comunicado, el dirigente agropecuario de Oliva, ex presidente de Cartez y exvicepresidente de CRA, Gabriel De Raedemaeker, publicó este fin de semana una columna de opinión que luego difundió por sus redes planteando: “Liberen al campo! El adiós a las retenciones no tolera más postergaciones: hay que salir del círculo vicioso”.
El artículo, publicado en La Nación, destaca que “la quita o cuanto menos su drástica disminución acompañada de un corto cronograma de descenso hasta su desaparición, ya no debería ser objeto de reiterados y recurrentes reclamos, sino motivo del anuncio de una política de Estado”, advierte el dirigente de Oliva.
Pero luego deja una frase que inquietó a más de un dirigente del agro: “No hay políticas equivocadas que puedan verse bien con un gobierno y mal con otro, siempre serán equivocadas”, sugirió De Raedemaeker.
Y luego de aclarar que “no ser obsecuente” no lo ubica en la oposición porque pretende que “a este Gobierno le vaya bien”, el exvicepresidente de CRA remató: “Si se trata de un candidato en campaña, la promesa de rebaja impositiva se grita como plataforma de gobierno, pero si el candidato efectivamente llega al ejercicio del poder, su discurso y acciones viran con inusitada rapidez a la conocida actitud de rapiña con que los diferentes gobiernos asfixian a toda actividad productiva hasta volverla inviable. Tal parece ser la lógica de los ‘estadistas argentinos’ contemporáneos”, sugirió.
El posteo de su columna en la red social X sumó el acompañamiento con un “like” de un representante de Sociedad Rural Argentina en Córdoba: Guillermo Vitelli. El representante de Adelia María agregó un comentario en línea con De Raedemaeker: “Lo malo siempre es malo, no depende si el verdugo es Sergio Massa, Cristina Fernández o Javier Milei”, reflexionó. A su vez, este último comentario de Vitelli fue compartido por otra dirigente del agro cordobés: Vanesa Padullés, presidenta de Coninagro Córdoba.
No fue la única intervención de la dirigente de Leones sobre las retenciones. Antes que saliera la publicación de De Raedemaeker, Padullés había escrito en X: “Todos en campaña fueron ‘populistas’ con el agro, prometiendo quitar la presión impositiva, apoyando al sector, y bla, bla. Y luego zas! Se contradicen…. Y la decepción pesa”, destacó la productora agropecuaria, en sintonía con lo planteado por el exvicepresidente de CRA.
Luego agregó: “Si no sabían las herencias, entonces al menos no hubieran prometido y sacar en campaña alícuotas que repondrían apenas ganaban… Gobernar debe ser dificultoso, pero caer en lo mismo que se denosta, la complica aún más”, enfatizó Padullés.
Ayer, completó su referencia a las retenciones con una pregunta a colegas productores: “¿Qué hubieras hecho vos como productor con los pesos sino te los robaban con las retenciones los gobiernos durante todos estos años?”.
Así, y en particular luego de conocerse los detalles del Presupuesto 2025, que evidentemente implicaba una esperanza de al menos una rebaja de derechos de exportación para los productores, las voces cordobesas del agro empezaron a levantar su tono, aun cuando a nivel nacional la Mesa de Enlace no termina de alinearse en el mismo sentido.