Los resultados de la campaña gruesa en Córdoba siguen sin encontrar piso y las estimaciones continúan recortándose a medida que las cosechadoras avanzan en los lotes y se encuentran con menores toneladas de las esperadas.
Por eso ayer la Bolsa de Cereales de Córdoba publicó un nuevo informe que dio cuenta de un desplome aún mayor de la cosecha de soja en la provincia. A mediados de abril, esa misma entidad había difundido un dato en el que se calculaban 5,7 millones de toneladas pero ayer corrigió fuerte esa cifra y afirmó que serían 4,7 los millones de toneladas de la oleaginosa (20% menos de producción calculó la Bolsa en apenas 20 días de diferencia), en un escenario en el que todos los granos importantes mostrarán recortes frente a sus volúmenes históricos y en particular a la última campaña. El único que romperá la tendencia, aunque con menor peso específico, es el girasol, cuya recolección ya finalizó y sumó 165 mil toneladas.
Con respecto a la soja, las campañas más pobres habían sido la de 2011/12 y la de 2017/18 pero ambas se ubicaron en torno de los 7 millones de toneladas. Además, las cifras de esta campaña empiezan a ser muy ajustadas a la realidad porque hay ya un avance de cosecha del 68% de la superficie según el trabajo de la Bolsa de Cereales.
Lo que ocurrió con la soja a su vez empeoró la caída en el valor de la cosecha gruesa provincial. En este punto, hace dos semanas se publicó un cálculo realizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba en el que se estimaba una pérdida de 8.250 millones de dólares, lo que representaba el 20% del Producto Bruto Geográfico (PBG), pero allí se tomó como parámetro el anterior relevamiento de la Bolsa de Cereales, ahora corregido. Por eso, con este nuevo cálculo de producción se estima que habrá 9.100 millones de dólares menos que el año pasado debido a los efectos de la severa sequía que atravesó todo el período de desarrollo de los cultivos, sumado a 9 olas de calor que se registraron entre noviembre y marzo, más una sequía que sorprendió de forma anticipada a los agricultores el 18 de febrero. Ese combo fue explosivo para las plantas que se vieron muy afectadas y comprometieron su capacidad de producción de granos.
Por eso permanentemente los cálculos de las bolsas del país fueron ajustando las cifras siempre a la baja a medida que transcurrieron los meses y la situación no mejoraba; por el contrario.
Incluso había expectativas de que Córdoba fuera la provincia que permitiera poner un piso a esa caída nacional porque había zonas que prometían mejores rindes. Sin embargo, esa situación también fue mutando y terminaron arrastradas hacia abajo, lo mismo ocurrió con las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos especialmente.
Por otra parte, en el informe de ayer de la Bolsa cordobesa se estimó también un nuevo ajuste a la baja para el maíz, ya que pasó de 12,183 millones de toneladas a 11,983 millones entre el 21 de abril y ayer. Fue un recorte de 200 mil toneladas. Si bien la cosecha de maíz viene más retrasada, como es habitual que ocurra, y apenas alcanzó un 19% de la superficie en toda la provincia, los cálculos siguen en declive. Con respecto al año pasado se estima una merma del 41% en la producción del cereal más relevante de Córdoba, ya que la provincia es la principal productora y en particular el departamento Río Cuarto es el que más aporta para eso.
La economía regional por excelencia de la provincia, como es el maní, también tuvo un fuerte impacto y no logró esquivar los efectos de la sequía. Allí se espera una producción total de 401 mil toneladas de grano limpio y seco, lo que representa una merma del 39% interanual. En caja sucio y húmedo se calcula una cosecha de 650 mil toneladas, lejos de las últimas dos campañas que superaron cómodamente el millón de toneladas. Esta será la menor de las últimas 8 campañas.
El informe de la Bolsa concluye con los otros dos granos de menor peso como son el sorgo y el girasol. En el primero, que hace dos campañas había logrado una producción de 700 mil toneladas, para este año se esperan apenas 278 mil.
Por su parte, el girasol fue el cultivo del contraste, ya que fue el único que rompió con la tendencia a la baja y logró una vez más escalar en producción. Es la cuarta campaña en ascenso, aunque todavía de manera marginal en los lotes de Córdoba. Su producción fue de 165 mil toneladas y su cosecha ya finalizó, al igual que en el resto del país. Su mayor resistencia a la sequía le permitió tolerar con más eficacia la falta de humedad en los suelos y las altas temperaturas. Además, no sólo crece en producción sino que se viene ampliando la superficie destinada a este cultivo que este año cubrió más de 90 mil hectáreas cuando el año pasado habían sido poco más de 70 mil y en la 2020/21 apenas fueron 35 mil.