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“El Nonino ha sido importante para la vida cultural de la ciudad”

Se cumplen 20 años de la formación del coro de la Universidad Nacional de Villa María y su directora, Cristina Gallo, hizo un recorrido desde aquellos días hasta el presente.

Veinte años ininterrumpidos y más de 350 actuaciones. Un buen millar de cantantes y una buena veintena de espectáculos propios. Miles de canciones de tango y folclore, clásico y rock, jazz y latino. Y, sobre todas las cosas, una canción que sigue siendo la misma: la voz coral de toda una ciudad. 

Toda esta multiplicad bajo la batuta de una única directora, Cristina Gallo, podrían sintetizar de modo cuantitativo el historial del Coro Nonino de la UNVM. Pero acaso esta definición numerológica dejaría afuera la esencia misma; es decir, el espíritu. Y al decir de su directora de toda la vida, la licenciada Cristina Gallo, “esa esencia permanente es la búsqueda continua de un modo coral para la música popular”.

La construcción del sonido

Estamos, precisamente, en los altos de Extensión en calle Santiago del Estero. Y ante este nuevo aniversario que, según la contabilidad gardeliana “no es nada”, le pregunto a Cristina por la génesis del coro.

“En realidad nacimos casi al unísono con la licenciatura en Composición Musical. De hecho nos conformamos un año después, en el ´98 -comenta- O sea que desde los inicios de la carrera hubo un fuerte interés por la música coral en la universidad. Y fueron los propios estudiantes quienes pidieron por la formación. Digamos que el coro se dio de modo natural. No lo propuse yo ni Juan Carlos Chalela, que fue uno de los primeros profesores. Y el coro empezó haciendo un repertorio que no era el de las clases de Práctica Coral. Digamos que nació con plena independencia de la currícula; aunque al principio sólo había 15 participantes, contra los 40 que somos hoy”.

-Sin embargo, la parte fuerte arranca en el siglo veintiuno, ¿no?

-Sí, porque desde el 2001 propiciamos la visita de grandes maestros de la dirección coral. Organizamos trabajos de formación con gente como Néstor Andrenacci, de Buenos Aires. Pero vinieron directores de todas las provincias. Al no tener una carrera específica de dirección coral, trabajamos con cursos intensivos.

-¿Cómo definirías al “Coro Nonino” en lo humano y en lo académico? 

-En lo académico  te diría que es un espacio de formación y aprendizaje permanente, con gente de la universidad o de otros ámbitos que  se especializan como cantantes o directores, jefes de cuerda o asistentes de dirección. En lo humano, como un grupo de jóvenes muy comprometidos con la música que llevan en cada actuación a flor de piel la alegría de cantar.

De Bach a Charly 

-¿Qué me podés decir sobre la  evolución del repertorio?


-Al principio teníamos un repertorio muy ecléctico, con música coral universal que iba desde el Renacimiento hasta lo clásico y moderno. Pero luego, con la presencia de las distintas camadas de cantantes, se fue definiendo un repertorio distinto, volcado hacia la música popular latinoamericana y argentina, que es el que hoy nos identifica. La marca de la casa.

-¿Ese fue el mayor desafío, haber encontrado un repertorio?

-Ese fue uno de los desafíos. Pero el mayor de todos es esta búsqueda continua de un sonido coral para la música popular. La construcción de ese sonido es algo que no acaba nunca. Por suerte hay mucha gente trabajando; y tanto graduados como docentes hacen arreglos y sugerencias. El coro es siempre una elaboración colectiva.

-En todo este tiempo no estuviste sola ¿no?

-¡Para nada! Además del apoyo incondicional del Instituto de Extensión y de su director, Omar Barberis, fue decisiva la presencia de Fernanda Quintás, con quien estamos desde la fundación. Ella es la preparadora vocal oficial. Y tiene mucho crédito en las mejores participaciones del Nonino.

Que veinte años es mucho...

-Ya que lo mencionás, ¿Cuál es la participación del coro que te dejó más contenta?

-Se hace difícil elegir una; pero te podría decir que el estreno del espectáculo “Gracias, Charly” del año pasado, fue un momento muy lindo. Y eso fue por el compromiso de los participantes y por los arreglos depurados que hicieron entre todos y coordinados por David Rodríguez. Fue sentir la satisfacción del coro haciendo su música; un recital a Medioteca llena con 200 personas que se quedaron afuera.

-¿Cómo es apostar por el formato acústico en medio del “boom” cibernético ?

-Es muy desafiante. Pero tiene que ver con una filosofía de nuestra carrera, ya que desde el área de canto con la profesora Manuela Reyes o en Práctica Coral con Gustavo Espada siempre primamos el “en vivo” por encima de la grabación y el acústico por sobre el sonido amplificado. 

-¿Qué balance hacés de estos 20 años del coro tanto en lo institucional como en lo personal?

-En lo institucional te diría que el “Nonino” ha sido muy importante para la vida cultural de la ciudad. Y como Villa María no ha tenido un coro municipal, muchas veces hemos suplido esa falta. Desde lo personal fue un período muy importante de mi vida, la mitad o casi (risas); un proyecto que me demanda mucha energía y trabajo pero es la energía y el trabajo que yo quiero poner. De lo contrario, no estaría cumpliendo 20 años como directora ¿no?.

Iván Wielikosielek

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