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La importancia de la estimulación temprana

La estimulación temprana promueve las capacidades físicas, mentales y sociales del niño. Previene las alteraciones motoras, psicológicas y cognoscitivas y detecta más rápidamente problemas de aprendizaje futuros o trastornos del desarrollo. Hoy te contamos la importancia de su aplicación.

POR JULIETA VARRONI

La estimulación temprana es una técnica que motiva el desarrollo psicomotor de los niños, así como su desarrollo cognitivo. Esto se logra a través de actividades didácticas, sobre todo mediante juego físicos y sensoriales, en donde además de divertirse, fomentan su proceso de aprendizaje.

“La atención o estimulación temprana se debe hacer desde que nace el niño hasta la edad de 7 años. Esto es así porque durante esta etapa, los pequeños desarrollan su personalidad y la estructura del pensamiento. Por esta razón es que se utilizan actividades estimulantes, mediante el juego, como método principal de acción. Dichas actividades tienen el objetivo principal de que el niño se desarrolle de forma autónoma e independiente. Además, de que pueda desenvolver correctamente sus habilidades sensoriales, sociales y el lenguaje”, nos comentó la Lic. En Terapia Ocupacional Leide Vagliente (M.P: 14066 - @ambitosalud).

¿En qué consiste estimular tempranamente a los niños?

Consiste en aplicar diferentes técnicas y herramientas en pos de facilitar el óptimo desarrollo de los más pequeños.

“Podemos decir que con la estimulación temprana se pueden trabajar varias áreas. Estas pueden ser la cognitiva, motriz, el lenguaje y el área socio-emocional. Cada una permiten al niño manejar diferentes aspectos a partir de la aplicación de diferentes juegos, técnicas y herramientas que permitirán el correcto desarrollo del niño a medida que este va creciendo.”

Estimulación en el primer año de vida

“En la primera infancia es importante brindar diversas actividades y juegos que faciliten y estimulen el desarrollo de las habilidades básicas de los niños. Hay que destacar que los niños van a avanzando en diferentes etapas, a medida que van creciendo. En el primer año de vida las estimulaciones van a ser las que más van a impactar en su desarrollo ya que van a ser la guía de aprendizaje de futuras habilidades. Es importante aclarar que aquellos niños que tengan dificultades en su desarrollo van a necesitar un mayor desarrollo para adquirir habilidades y necesitara de un equipo terapéutico que los acompañe.

Lo primero que él bebe debe aprender, es a levantar y sostener su cabeza. Una opción es poner él bebe boca abajo y estimularlo con algún juguete para que pueda levantar su cabeza. Luego, el niño debe aprender a girar y torcer el cuerpo, antes de gatear para fortalecer su cuerpo. Lo siguiente es presentarle actividades para desarrollar la coordinación entre manos y ojos, es decir que pueda ver un objeto y agarrarlo. Todos los bebes nacen con el reflejo del agarre. La estimulación radica en brindarle juegos para que estos puedan agarrar y soltar diversos objetos.

Balancearse y sentarse. Cuando él bebe controla la cabeza necesita sostener su cuerpo para poder sentarse. El sostén será sirviéndose de sus manos y la seguridad y sostén se la brindará el padre que lo acompañe en este proceso.

Por último, pararse y caminar. En el caso de niños con dificultad en el desarrollo, se buscará trabajar en esa área puntual para que logre desarrollar esa habilidad. Un ejercicio es que pueda pararse sosteniéndose de una silla y darle juguetes para que este se sostenga mientras toma esos objetos.

En cuanto a la comunicación, al comienzo se comunica a través de las muecas y el llanto. Si tiene hambre lo manifestara llorando. Luego comienza con los ruidos, balbuceos e intenta imitar los sonidos que escucha y finalmente empieza a juntar palabras e ideas hasta construir una frase”.

Áreas de trabajo con la estimulación

Motricidad gruesa y fina: su objetivo es que el niño logre el control de sus músculos para que pueda coordinar sus movimientos libremente. Por ejemplo: saltar con un solo pie, alternándolos y que salte con ambos pies siguiendo un camino, tirar y atrapar una pelota, juegos para que baile, camine, corra o se pare de repente. En cuanto a la motricidad fina, pueden armar rompecabezas, vestir a un muñeco, podes darle una hoja de papel y lápiz para que dibuje objetos o personas. Podés hacerle preguntas. Por ejemplo, ¿dónde van los ojos?, ¿cómo los dibujarías?, etc.

Lenguaje: ayuda en la comprensión de su lenguaje para poder expresarse a través de él. Por ejemplo, preguntarle que hizo en la escuela. Inventa juegos para clasificar objetos por color, tamaño o figura. Mientras juegan, pregúntale por qué lo hace de tal o cual forma.

Cognición: trabaja el intelecto del bebé y niño. Puede ejercitarse a través de juegos de mesa, cartas, juegos de memoria, sopa de letras, etc.

Personal y emocional: trabaja la independencia del niño en actividades cotidianas como alimentarse y vestirse. Podes enseñarle cómo debe vestirse y desvestirse. También frente a algún enojo podes preguntarle cómo se siente o que le pasó, para que logre identificar lo que le produjo ese estado.

Social: le facilita al niño los elementos necesarios para desarrollarse en su entorno. Según la edad que tenga, podes decirle que te ayude con algunos oficios del hogar. Juntos pueden guardar los juguetes, doblar la ropa, o ayudar a poner la mesa, entre otros.

“Las diferentes actividades y técnicas que podemos emplear son muy importantes para los niños con alguna discapacidad que les dificulten su desarrollo físico y mental, ya que mediante ellas mejoramos su calidad de vida. También es bueno aclarar que la estimulación temprana puede aplicarse a todos los niños del rango etario expresado anteriormente, tengan o no alguna discapacidad”.

Importancia de su aplicación

La TO Leide Vagliente explicó, además, “los primeros años de vida son los más importantes para el desarrollo del cerebro, especialmente los tres primeros. Los estímulos que reciben los niños en ese periodo son fundamentales para desarrollar sus sentidos, movimientos, pensamiento y aprendizaje, pero también es fundamental que los padres estimulen a sus hijos en sus casas y controlen su evolución”.

Manifestó también, “que la estimulación temprana es más importante para los prematuros porque ayuda a detectar rápidamente algún problema motriz o de aprendizaje, realizando actividades adecuadas con objetivos específicos para facilitar su óptimo desarrollo y mejorar su calidad de vida. La mejor manera que los niños aprendan, es jugando. Por eso es importante que cada actividad de estimulación que trabajemos con los niños lo hagamos a través del juego”, concluyó.

La estimulación temprana genera cambios positivos, gracias a la plasticidad neuronal ocurrida en dicha etapa. Sin duda, su correcto aprovechamiento convertirá a ese niño en un adulto con cualidades cognitivas que favorecerán su calidad de vida.