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“Las empresas privadas nos censuran y nos espían”

El fundador del software libre habló de formar ciudadanos que puedan ejercer un control de su propia informática y criticó a plataformas como Spotify por vigilar a todos sus usuarios

El impulsor del movimiento de software libre a nivel mundial, Richard Stallman, disertó ayer en la ciudad sobre la temática “Sociedad digital libre”. Habló del papel que debe asumir el Estado en el control de la informática, calificó a los dispositivos tecnológicos inteligentes (smarts) de ser espías y explicó de qué manera las empresas privadas pueden controlar a todos los usuarios desde algún lugar remoto en el mundo. Además, expresó que “ninguna agencia pública debe dejar el control de la informática de pueblo a manos privadas”. 

Stallman lidera el Movimiento Software libre desde su creación en 1984. “El software libre se ha vuelto uno de los derechos esenciales para defender los otros derechos”, definió el especialista. 

-¿Qué implica la noción de sociedad digital libre?

-Una sociedad digital libre significa una sociedad libre en el uso de las tecnologías digitales que ponen en peligro varias libertades esenciales. Por ejemplo, el software privativo está bajo el control de un dueño que opera como instrumento de su poder sobre los usuarios del mismo programa. Si usás Windows, te somete al poder de Microsoft; si usás Macintosh, te sometés al poder injusto de Apple; y si usás Android, te someten al poder de Google, igualmente injusto. Luego tienen funcionalidades malévolas, por ejemplo de espiar al usuario y transmitir datos personales que deberían guardar privados. También fueron concebidos para restringir al usuario para asegurar que no pueda hacer las cosas que quiere hacer. 

“Desde el Movimiento Software libre luchamos por la libertad de los usuarios, como un asunto ético y de justicia. Desde el código abierto no plantean un asunto ético, están interesados en la licencia del código fuente, eso nos diferencia”, define Stallman. 

-¿Cuáles son los riesgos para la ciudadanía?

-Los softwares privativos tienen puertas traseras que escuchan siempre y detectan comandos para mandar a la computadora a hacer algo sucio al usuario. Windows y Android contienen puertas traseras conocidas. También el sistema de los iPhones contiene puertas traseras. Yo lo denomino “iMonstruo” porque ejercen censura. Por ejemplo, Apple impide al usuario la instalación de las aplicaciones que quiera, la empresa determina cuáles se pueden instalar. Por lo tanto ya se volvió vulnerable: China le ordena a Apple que censure ciertas aplicaciones y la empresa no puede resistirse de emplear su poder al servicio de la tiranía China.

-¿Qué ventajas tendría el uso de software libre?

-La palabra ventaja es demasiado débil. Es necesario que el software que uses sea libre para que tengas el control de tu propia informática, es tu derecho. Pero la sociedad de hoy en día presiona a la gente a usar software privativo. Sin embargo, cuando el Estado hace informática lo hace por el pueblo. Tiene la responsabilidad  ante el pueblo de mantener su control de la informática para asegurarse que se haga correctamente. Ninguna agencia pública debe dejar el control de la informática de pueblo a manos privadas. Es decir, debe rechazar totalmente el software privativo. Justamente se llama así porque priva de la libertad a quienes lo usen. Si es una agencia pública, priva al país de la soberanía informática del país, y el Estado tiene la responsabilidad de acabar con eso. Cuando se trata del ejército, de la policía, de los bomberos, de las telecomunicaciones, de los transportes de cualquier agencia de funcion crítica, el uso de un programa privativo perjudica la seguridad nacional. Y sabemos que Windows contiene una puerta trasera universal. Se llama “autoactualización”. Microsoft tiene el poder de imponer cambios a distancia, cualquier cambio para esa computadora. Tanto para el Estado como para una empresa doméstica sería muy malo. 

-¿Por qué es importante introducir el tema en educación?

-Toda escuela debe enseñar únicamente software libre por su misión social, que es de educar a ciudadanos de una sociedad capaz, fuerte, independiente, solidaria y libre. En la informática eso significa enseñar el uso de software libre, únicamente, para graduar a ciudadanos habituados a esto, listos para participar en dicha sociedad, pero cuando digo enseñar no se limita a la instrucción formal, en cómo usar un programa, sino en cualquier actividad que la escuela haga, que lleve a los estudiantes a usar un programa. Ese programa debe ser libre porque enseñar un programa privativo es una forma de implantar dependencia en el futuro. Es como enseñar a fumar tabaco.

Hay también una educación moral. Hay que habituar a los chicos a cooperar con los demás. La escuela debe imponer una regla a los alumnos: “Si traés un programa a clase, debés compartirlo con todos, por si acaso alguien quiera aprender, porque esta clase es un lugar para compartir los conocimientos”. Sería igual con los libros educativos, deberían ser libres para fomentar la práctica de compartirlos. 

-¿Quién debe desarrollar software libre?

-No hay respuesta, está abierto a  quien quiera. Y también pueden pagar su desarrollo. El Estado paga el desarrollo de mucho software, debería insistir en que sea libre. Las universidades tienen que enseñar retroingeniería -o ingeniería inversa, que enseña a conocer el funcionamiento de un sistema, cómo se fabricó- y los estudiantes tienen que aprender a leer y a escribir código, pero no privativo. 

Rol del Estado 

Stallman apuntó con dureza al papel del Estado: “No debe nunca ceder el control a manos privadas”, dijo.

“El Estado no debe usar software privativo porque se hace esclavo de una empresa extranjera”, añadió.

Además, señaló que hay que exigir que las ciudades inteligentes o “smart” no apunten a monitorear las actividades personales de nadie. “Hay que legislar en contra”, sostuvo.

“Los proveedores de internet espían y debería estar prohibido tomar datos personales de los clientes. Pero los Estados no respetan esos derechos”, afirmó. De acuerdo a su postura, los teléfonos y las cámaras de vigilancia no deberían tomar nota de conversaciones ni de los movimientos que realizan las personas, salvo que interceda una orden judicial. 

Anónimos y sin historial

El creador del software libre considera que las compras por internet “deberían ser anónimas”. En este punto, hizo promoción de su último desarrollo, GNU Taler, un programa para poder comprar online sin dejar huella y hacerlo en forma anónima. “No buscamos la evasión fiscal, porque para la tienda no sería anónima la compra, pero buscamos que el usuario tenga anonimato”, precisó. 

Del mismo modo apuntó a empresas como Spotify y Netflix porque “espían”. “Saben qué música has escuchado, qué has mirado. No deberían existir historiales porque perjudican la libertad”, subrayó. “Prefiero mantener mi libertad, a mirar todas las películas del mundo”, agregó.

Stallman prefiere no utilizar teléfono celular, redes sociales ni plataformas on demand como las que critica. “Uber también es peligroso. Si el Estado sabe dónde va la persona y quién se comunica con quién, está en condición de reprimir. Me llamó la atención viajando en colectivo en Argentina que hay que identificarse. Esto le da al Estado mayor capacidad para reprimir porque sabe dónde está cada ciudadano”.

“Todos los smart son espías. Cuando una tecnología dice smart, tenés que entender que dice espía”, concluyó.

No al voto electrónico

La postura de Richard Stallman en contra del voto electrónico es ampliamente difundida. “Es peligroso el voto electrónico. De ninguna manera se debe confiar en una computadora para votar. No hay límite al tamaño del fraude. Tampoco debe haber voto por internet, hace falta votar en papel”, sostuvo.

-¿Cuál es el peligro del voto electrónico?

-Es tonto. Invita alguien a cometer fraude centralizado indetectable. Porque elimina la posibilidad de analizar el resultado. Si votás en papel, todavía puede haber fraude, pero es más dificil de esconder. Con el voto electrónico, el fraude es más grande. El folleto de la Fundación Vía Libre es muy claro, presenta injusticias y peligros del voto electrónico. Hay que rechazarlo totalmente.

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