Sus autoridades actuales organizaron para este 18 de octubre un acto protocolar, actividad que se realizará a las 20.30 horas en su gimnasio de calle Müller, allí donde también descansan sus aulas, su patio, su internado, su historia.
Teniendo presente la proximidad de tan importante fecha, la institución hizo pública una carta que rememora con sentimiento su paso por esta ciudad, escrito que se denomina “95 años forjando historia” y que gentilmente le hizo llegar a esta redacción una de sus docentes.
95 años forjando historias
La carta abierta de la Escuela del Trabajo expresa lo siguiente:“El barrio Güemes, desde hace 95 años, es el vigía de una de las instituciones más apreciadas por la comunidad de Villa María. A lo largo de este tiempo, sus habitantes se acostumbraron a despertar cada mañana con los sonidos de Aurora, del timbre, y con una bandera que cobija la manzana”.
“En este mes de octubre, el IPET Nro 49 “Domingo Faustino Sarmiento”, conocido por tradición como la Escuela del Trabajo (aunque tuvo muchos nombres), conmemora sus primeros 95 fructíferos años de existencia. Así, albergó en sus aulas y talleres a miles de jóvenes con vocación de técnicos, que hoy se desempeñan en diferentes industrias y profesiones en la ciudad, la región y el mundo”, añade el escrito.
Y sigue:“Cada vez que el nombre de esta escuela se menciona en el ámbito público, genera todo tipo de evocaciones y sentimientos en la sociedad, en sus ex alumnos, en las familias de los estudiantes, en los docentes activos y jubilados, en las personas que formaron parte de esta gran familia o desearon hacerlo”.
“Una escuela pública que, desde sus inicios, apuntó a formar ciudadanos trabajadores, nobles, capaces de crear y arreglar una porción de mundo”, se menciona.
Y evoca: “El internado de la calle Jujuy, por el que pasaron tantos estudiantes de la región, contribuyó siempre a establecer los lazos fuertes, esos que perduran durante toda la vida. Toda vez que los ex alumnos son convocados, afloran las emociones, los afectos, los recuerdos”.
“La Escuela del Trabajo es una pequeña comunidad, con códigos que se mantienen en el tiempo. Con integrantes que sienten como propios cada uno de los logros y avances de la institución. Una cofradía que se reúne físicamente, cada vez que es posible, cuando las puertas de la calle Müller se abren para darles la bienvenida. Ser parte de esta comunidad es un privilegio tanto para maestros, docentes como para estudiantes, porque el 49 tiene en su esencia algo que hace que los hilos que se anudan sean únicos y eternos. Cuando se ingresa por primera vez por el pasillo de palmeras, uno se pone el color caqui para siempre, la mística que a cada uno lo embarga es indescriptible. Cuando sos parte del 49, sos parte de sus pasillos, de sus luces, de sus sombras y quedaste atrapado para siempre”, concluye la carta.