El dolor y la conmoción por este suceso seguían latentes durante la jornada de ayer, al igual que los interrogantes y el desconcierto por lo ocurrido.
“¿Habrá habido indicios antes? ¿Algo que hiciera pensar que la violencia se había adueñado de ese hogar? Se preguntaba ayer la exdefensora del Pueblo Alicia Peressutti, en un escrito que le hizo llegar a esta redacción, en el cual también llamó a la sociedad a reflexionar. “Tenemos que ser capaces de cambiar la cultura, de humanizar este mundo nuestro para que no enterremos más a nuestras niñas y mujeres por femicidios que quizás podríamos haber evitado”, aseveró.
Y agregó: “Las leyes están, las militamos y las conseguimos. Las cárceles están desbordadas de acusados de hechos de violencia, pero seguimos teniendo a una niña o a una mujer asesinada, ¿cada cuántas horas? Ya no quiero contarlas, es atroz”.
Las preguntas que muchos y muchas se hacían ayer también eran interrogantes que se planteaban desde la Justicia, que, conmovida por lo sucedido, seguía avanzando en el esclarecimiento de esta lamentable tragedia que dejó a dos niños de 5 y 9 años sin padres.
Fuentes judiciales señalaron ayer que Ferreras y Ermácora tenían un vínculo que ya estaba dañado y que llevaban entre 10 y 15 días separados.
Si bien no estaban legalmente casados, pasaron muchos años en pareja y hasta lograron formar una familia.
Ella se recibió de maestra jardinera, pero no ejercía, y en la actualidad era ama de casa. Él tenía un negocio donde vendía artículos de electricidad y además era instructor de tiro (los investigadores hallaron en la vivienda de Ferreras unas 10 armas con sus respectivos proyectiles).
Según pudo saberse, tras la ruptura de la relación, Cecilia se marchó de la vivienda familiar y comenzó a vivir con su hermana, quien vive al lado del domicilio donde se dieron los hechos. Aún así, por los hijos que tenían en común, el trato entre ella y él seguía existiendo. “Se veían de vez en cuando”, le dijeron a este medio.
Bosio dijo que la mujer estaba en la vivienda cuando se apersonó Ferreras. “Él llega al lugar, saca a los chicos para el lado de la vereda, hacia un pasillo, se mete adentro y la mata”, comentó.
El informe policial dice que un gendarme que pasó por el lugar escuchó las detonaciones y el pedido de auxilio de los niños que habían sido retirados. Ante esa situación, el uniformado pateó la puerta, ingresó y se dio con el brutal escenario.
Ahora la Justicia aguarda por el informe de la autopsia para determinar cuál fue la causa eficiente de la muerte de Cecilia, quien recibió dos disparos de escopeta en la espalda y uno de pistola en la frente.
Acompañamiento
Tras el femicidio seguido de suicidio, el Municipio hizo saber que su gabinete psicológico y todo el equipo de infancias se encontraban a disposición de los hijos de las personas fallecidas, todo a los fines de brindarles la contención y el acompañamiento que necesitan en este momento.