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"El Presidente es el que decide, pero hay funcionarios que no funcionan"

Cristina Kirchner lo aseguró en una carta pública en la que opinó "que nadie te quiera convencer de lo contrario. Si alguien intentara hacerlo, preguntale qué intereses lo o la mueven" al evitar dar nombres de los cuestionados.

La vicepresidenta Cristina Kirchner sostuvo ayer que "en la Argentina el que decide es el presidente" Alberto Fernández, al tiempo que advirtió que dentro del Gobierno hay "funcionarios y funcionarias que no funcionan".

De esta manera, salió al cruce de las versiones que le atribuyen injerencia sobre el jefe de Estado por haber sido quien lo nominó como candidato presidencial el año pasado.

"Si algo tengo claro es que el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno. Es el que saca, pone o mantiene funcionarios. Es el que fija las políticas públicas. Puede ser (Carlos) Menem, (Fernando) De La Rúa, (Eduardo) Duhalde o (Néstor) Kirchner. Pero no es fácticamente posible que prime la opinión de cualquier otra persona que no sea la del Presidente a la hora de las decisiones", escribió.

“Puede gustarte o no”

"En la Argentina el que decide es el Presidente. Puede gustarte o no lo que decida, pero el que decide es él. Que nadie te quiera convencer de lo contrario. Si alguien intentara hacerlo, preguntale qué intereses lo o la mueven", completó en la carta.

Bajo el rótulo de "sentimientos y certezas", la vicepresidenta señaló: "Como se han quedado sin la excusa de las formas, tuvieron que pasar a un segundo guión: `Alberto no gobierna`, la que decide todo es Cristina`, `rencorosa y vengativa`, que sólo quiere solucionar sus `problemas judiciales`".

Al recordar que el 27 de octubre se cumple un año exacto del triunfo del Frente de Todos que le permitió al peronismo volver al poder político, la vicepresidenta dio detalles de las razones que la llevaron a distinguir en Alberto Fernández el perfil adecuado para encabezar el proyecto, con ella acompañando en la fórmula electoral.

A propósito de esa decisión, destacó las críticas a sus "formas", en referencia a su carácter fuerte y su retórica encendida, que no sólo partían del antiperonismo sino también de sectores del propio peronismo.

"No pocos dirigentes en el peronismo pensaban que efectivamente el problema eran las formas y no el fondo. Es más, muchos también le agregaban las cadenas nacionales y las características de mi retórica (por decirlo de un modo elegante). Y la verdad es que ese fue también uno de los motivos que culminó en mi decisión del 18 de mayo de 2019", explicó, sobre la decisión de proclamar a Alberto Fernández como candidato, en vez de aspirar ella a un tercer mandato presidencial.

En este marco, resaltó que Alberto Fernández tenía la virtud, que ella carecía, de mantener diálogo fluido con distintos sectores del oficialismo, lo que permitía imaginar un frente político y social más amplio, y además no tenía ninguno de los "defectos" vinculados a las "formas" que a ella le atribuían.

"En este marco de derrumbe macrista más pandemia, quienes idearon, impulsaron y apoyaron aquellas políticas, hoy maltratan a un Presidente que, más allá de funcionarios o funcionarias que no funcionan y más allá de aciertos o desaciertos, no tiene ninguno de los ‘defectos’ que me atribuían y que según no pocos, eran los problemas centrales de mi gestión", recriminó, y puso como ejemplo el coloquio de Idea en el que empresarios agredieron a Fernández mientras éste tomaba la palabra.

En medio de este último párrafo en el que arremete contra empresarios y críticos del Gobierno, la expresidenta deja entrever posibles reparos respecto de "funcionarios o funcionarias" de la gestión nacional que "no funcionan", aunque no menciona ningún nombre en particular.

"Primera certeza: castigan al Presidente como si tuviera las mismas formas que tanto me criticaron durante años. A esta altura ya resulta inocultable que, en realidad, el problema nunca fueron las formas. En realidad, lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó. Es notable, sobre todo en el empresariado argentino, el prejuicio antiperonista".