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Corazón y corona para el "Rey León"

Alem venció 4-2 por penales a Alumni y se consagró campeón. Ante más de 6 mil especatadores, el clásico finalizó 2-2. Hazaña del “tricolor”, que fue perdiendo desde el arranque y lo igualó en el final

Pasarán más de mil años, muchos más... Nadie podrá olvidar la Superfinal 2024, que tuvo sabor a Alem, que se llevó la corona.

No busque explicaciones desde el análisis, porque Alumni lo fue ganando desde el arranque, y lo tuvo hasta el final en sus manos, pero el “Rey León” impuso condiciones con su enorme corazón, y con dos zarpazos con su tradicional garra en un par de tiros de esquina le cambió el final a la historia.

¡Campeón! Gritaban los furiosos felinos, que festejaban a lo bestia, vestidas de “tricolor” con el orgullo de haber ganado “a lo Alem”, y en una interminable caravana cruzaban los puentes desde la Plaza Ocampo rumbo a la Plaza Capitán de los Andes, donde se desató el festejo más grande de la historia de Villa Nueva.

Alem había ganado contra todos los pronósticos, con 6 jugadores titulares suspendidos, con un manojo de cachorros de “leones” acompañando a un “Indio” (Martínez, que fue capaz de empatar a la hora del entierro, por creer.

Como no creer en Dios, si la historia de Alem está llena de milagros. Y si no me creen, pregúntenle al “Lungo” Héctor Abate Daga, quien junto a Henry Rapetti fueron los ídolos que bautizaron la tercera final.

Una decisiva Superfinal con más de 6 mil espectadores, que explotaron ambas tribunas, y las tubulares que se agregaron.

La primera final del superclásico, fue para Alem por las razones del corazón, esas que la razón no entiende.

Alumni fue al frente convencido en que era más. Stablum (venía de convertir el gil del triunfo) elevó el primer bombazo, y la hinchada de Alem le contestó con la primera bomba de estruendo que explotó en el campo de juego a los 2’.

Hauer hacía estragos por derecha, y Stablum se conectó con el proyectado Salort, para enviar un centro medido a la cabeza de Trepat, que falló el frentazo desde l punto penal (5’).

Era más Alumni. Montiel le tapó un centro potente a Hauer (9’), pero a los 12’ llegó el gol que rondaba el arco del “león”. Trepat recibió de Hauer, escapó en velocidad a los centrales, y definió con clase ante Montiel, pero el palo le negó el gol. Trepat se quedó con el rebote y su centro a duras penas fue despejado por Pajón, pero le quedó servido el balón a Francisco Monetto, que lo envió a la red. 1-0 (12’).

Había un duelo desigual desde lo futbolístico, pero Alem sabe sufrir. Montiel le tapó otro centro - gol a Monetto (26’), y en dos tiempo el arquero controló un zurdazo de Hauer (31’). Berterame perdió el balón, y Hauer inició una contra letal, pero se conectaron con Trepat, y el balón nunca le llegó a Stablum que esta solo para definir.

Entonces Alem quedó vivo. Garra y lucha no le faltan. Huevos y corazón le sobran, y aunque el fútbol es un juego, sólo tuvo 1, y avisó. Bertoldo asistió a Delsole, quien mano a mano definió, pero Scalzo le puso el pecho a la bala (43’).

El complemento fue otra historia. Alem hizo pie y fue al frente a puro corazón. Ahora fue Heredia quien le cedió el balón a Lautaro Pereyra, quien desvió el primer intento.

Alem era otro, porque adelantó sus filas, pero seguía sufriendo en defensa. A los 5’, Hauer asaltó las espaldas de Pajón, y aunque Montiel le impidió definir, su pase gol a Stablum, terminó con el “9” elevando el disparo.

Agosto no dudó en cambiar, metió un golpe de timón, y acertó el “gran capitán”, aunque se trató de recurrir a los pibes de clase 2006 como Androvetto y Montenegro, que se conectaron, pero le taparon el disparo en el área a Androvetto, aquel del gol del triunfo en la primera final en “La Leonera”. No alcanzaba.

Nervioso, Alem se llenó de amarillas (fueron 8). Agosto salvó a Lautaro Pereyra y Delsole al excluirlos, y puso a Sánchez y Candellero.

Le faltaba explosión a Alem. Por ello su hinchada hizo estallar otra bomba, y Salort cayó aturdido al piso (21’). Pero decidió continuar, tras 4’ de interrupción y dudas.

Androvetto envió un centro, y la pelota le terminó quedando al recién ingresado Jeremías Pereyra (clase 2008), quien hizo volar a Scalzo (30’).

Suescun entendió el mensaje. Ya necesitaba piernas su mediocampo. Adelantó a Rey, para incorporar a la defensa a Cufré, y al excluir a sus dos delanteros, dispuso que Pusetto fuera el destinatario de los pases de Monetto y Hauer.

Pero un Alem jugado, tuvo un córner y empató con una buena ejecución de sánchez y un frentazo inmortal de Berterame, que se clavó en el ángulo superior izquierdo. 1-1 (36’).

Sin embargo, sólo duró 2’ el empate, porque Monetto reapareció con un tiro libre venenoso, que tras picarle adelante a Montiel, se le metió contra el segundo palo. 2-1 (38’).

En Alumni ya decidían hacerle una estatua a Monetto, y cómo iban a dar la vuelta, pero la historia se dio vuelta. Es que a los 41’, con otro córner de Sánchez, la peinaron y Montenegro le cedió el balón a Fava, que lo estrelló contra el poste izquierdo, pero en el rebote Fabián Martínez le envió a la red en el área chica. 2-2.

No tiene explicación, ni análisis. A su manera, Alem lo había empatado, con sabor a hazaña. Con ese envión anímico, los penales fueron un trámite.

Montiel le tapó con el pie izquierdo el primer disparo a Maldonado, y Cufré elevó el cuarto. Alem convirtió los cuatro tiros (Berterame, Rodríguez, Heredia y Androvetto) al corazón del “fortinero”.

Con sabor a Alem... pasarán más de mil años, muchos más, y nadie olvidará la histórica conquista del “Rey León”, a puro corazón, “a lo Alem”. En 2024 hubo una inolvidable y espectacular Superfinal ante más de 6 mil personas en la Plaza, y Villa Nueva desató un festejo eterno e inmortal.