La cúpula de la Iglesia Católica se volvió a pronunciar ayer en contra de una ley de despenalización del aborto al sostener que "una nación democrática, moderna y progresista, debe tener la capacidad, el ingenio y la creatividad" de buscar soluciones "sin necesidad de matar o interrumpir vidas de seres humanos".
Los obispos abogaron por la búsqueda de "soluciones nuevas que resuelvan los problemas", al alentar "a nuestros legisladores a que se atrevan a soñar una Argentina más grande, superadora de recetas de cuarenta años atrás y a que sean capaces de proponer leyes innovadoras que tutelen tanto la vida y los derechos de la madre como la vida y la dignidad del hijo".
Al cierre de su asamblea plenaria en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera en Pilar, los prelados señalaron que les "duele" que "algo tan grande y esencial como defender la vida pueda enfrentar o dividir todavía más" a los argentinos y agregaron: "Este momento histórico nos exige luchar codo a codo por los más frágiles de nuestra querida Argentina".
"En esta preocupación nos unimos a todos los argentinos, sean o no creyentes, que defienden la vida humana desde la concepción. Agradecemos de corazón a tantas ciudadanas y ciudadanos que con sus testimonios, argumentos y acciones se han destacado en estas últimas semanas como apasionados defensores de toda vida humana. Ellos son los grandes protagonistas", indicaron a través del Episcopado.
Y, luego de cinco días de deliberaciones, pidieron que en este debate que se lleva adelante en el Congreso se les permita "dirigir la mirada de manera amplia" a diversas situaciones, entre las que mencionaron "la defensa del niño por nacer, el respeto a la mujer y el cuidado de su vida, el inmenso valor de la familia y la vida amenazada de tantos argentinos que se debaten en la pobreza y la miseria".
"Tanto la Iglesia como la sociedad no hemos hecho lo suficiente al respecto. Tampoco hemos acompañado de la mejor manera a las mujeres que han abortado en medio de sufrimientos y límites, y padecen en soledad las consecuencias de esta decisión", apuntaron.
Y mencionaron especialmente que "aún hay mucho por hacer para acompañar y ayudar a las mujeres que viven un embarazo inesperado, en malas condiciones", como "desnutrición y dificultades obstétricas no controladas debidamente o situaciones de violencia" y advirtieron que "muchas de estas realidades tienen que ver con la pobreza no resuelta".
Además, citaron palabras pronunciadas por el papa Francisco, en el sentido de que "la defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo".
"¡Ojalá podamos defender hasta tal punto los derechos humanos, que no se los neguemos a los más débiles y vulnerables! Vale toda vida", completaron en el texto en común, difundido al término de la 115ª asamblea plenaria que reunió a unos 80 obispos de todo el país.
Gran oportunidad
Por su parte, el presidente de la CEA y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, dijo que todos pensamos además que existe "una oportunidad extraordinaria en nuestro país para poder mejorar leyes que tienen que ver con la adopción y que tienen que ver con el cuidado de nuestras mujeres en zonas vulnerables".
"Aquellos que decimos que defendemos la vida tenemos que revisar nuestro compromiso con los hermanos más necesitados. Tenemos que pensar qué hacemos con aquellas mujeres que están con un embarazo con muchísimo riesgo social. Tenemos que pensar también que no excluimos, ya que queremos la vida del más débil, pero también la vida de la madre débil", apuntó.
Comentá esta nota
Al cierre de su asamblea plenaria en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera en Pilar, los prelados señalaron que les "duele" que "algo tan grande y esencial como defender la vida pueda enfrentar o dividir todavía más" a los argentinos y agregaron: "Este momento histórico nos exige luchar codo a codo por los más frágiles de nuestra querida Argentina".
"En esta preocupación nos unimos a todos los argentinos, sean o no creyentes, que defienden la vida humana desde la concepción. Agradecemos de corazón a tantas ciudadanas y ciudadanos que con sus testimonios, argumentos y acciones se han destacado en estas últimas semanas como apasionados defensores de toda vida humana. Ellos son los grandes protagonistas", indicaron a través del Episcopado.
Y, luego de cinco días de deliberaciones, pidieron que en este debate que se lleva adelante en el Congreso se les permita "dirigir la mirada de manera amplia" a diversas situaciones, entre las que mencionaron "la defensa del niño por nacer, el respeto a la mujer y el cuidado de su vida, el inmenso valor de la familia y la vida amenazada de tantos argentinos que se debaten en la pobreza y la miseria".
"Tanto la Iglesia como la sociedad no hemos hecho lo suficiente al respecto. Tampoco hemos acompañado de la mejor manera a las mujeres que han abortado en medio de sufrimientos y límites, y padecen en soledad las consecuencias de esta decisión", apuntaron.
Y mencionaron especialmente que "aún hay mucho por hacer para acompañar y ayudar a las mujeres que viven un embarazo inesperado, en malas condiciones", como "desnutrición y dificultades obstétricas no controladas debidamente o situaciones de violencia" y advirtieron que "muchas de estas realidades tienen que ver con la pobreza no resuelta".
Además, citaron palabras pronunciadas por el papa Francisco, en el sentido de que "la defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo".
"¡Ojalá podamos defender hasta tal punto los derechos humanos, que no se los neguemos a los más débiles y vulnerables! Vale toda vida", completaron en el texto en común, difundido al término de la 115ª asamblea plenaria que reunió a unos 80 obispos de todo el país.
Gran oportunidad
Por su parte, el presidente de la CEA y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, dijo que todos pensamos además que existe "una oportunidad extraordinaria en nuestro país para poder mejorar leyes que tienen que ver con la adopción y que tienen que ver con el cuidado de nuestras mujeres en zonas vulnerables".
"Aquellos que decimos que defendemos la vida tenemos que revisar nuestro compromiso con los hermanos más necesitados. Tenemos que pensar qué hacemos con aquellas mujeres que están con un embarazo con muchísimo riesgo social. Tenemos que pensar también que no excluimos, ya que queremos la vida del más débil, pero también la vida de la madre débil", apuntó.