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En promedio, cada cordobés recortó un 15% del gasto en el supermercado

Cada uno destinó en diciembre $ 52.617, cuando debió invertir $ 60.502 para comprar lo mismo que adquirió un año antes. La estadística se desprende del último relevamiento que realizó el Indec y el cruce con el IPC oficial

Cada cordobés gastó en diciembre del año pasado $ 52.617 en el supermercado, lo que implica un aumento del 89,4% respecto a lo que destinó el mismo mes de 2023. Esto implica que en esos 12 meses hubo un recorte real del 15% en el presupuesto destinado al supermercado, que concentra mayormente alimentos, pero que allí también se computan otros productos vinculados a limpieza, cosmética, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, entre otros.

En diciembre de 2023 el promedio de gasto arrojaba una cifra de $ 27.779 y si se tiene en cuenta que la inflación interanual publicada por el Indec fue del 117%, esa cifra debería haber alcanzado los $ 60.502 para que el cordobés promedio pueda comprar lo mismo. Los datos de gastos en supermercados también son oficiales y corresponden al Indec.

Si en cambio, sólo se toma lo que pasó con la inflación en el rubro de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, que tuvo un alza del 95,6% en la Región Pampeana entre diciembre de 2023 y el mismo mes del año pasado, el recorte real en el supermercado sería de 3,26%. Sin embargo, allí quedarían al margen todos los productos que no son alimenticios o bebidas sin alcohol.

Si en lugar del las cifras del Indec, se computaran las publicadas por la Dirección de Estadísticas de Córdoba, el recorte sería algo mayor, tanto tomando la inflación general (121% interanual), como la del rubro Alimentos y Bebidas (97,8%).

En la comparación entre provincias, los mayores gastos en supermerado por habitante se encuentran en la Patagonia, donde los precios son generalmente más caros y las opciones de compra, menores. Por eso se observa un contraste importante con respecto a los presupuestos del resto de las provincias. Mientras un santiagueño destinó en diciembre unos 12.461 pesos, un neuquino desembolsó en el supermercado poco más de $ 145 mil.Los que más gastan son los fueguinos, con $ 153 mil. Además de los santiagueños, completan el podio de los que menos gastan, chaqueños y formoseños, con 15 mil y 17 mil pesos respectivamente.

En el otro extremo, los santacruceños gastan en promedio 142 mil mensuales y se ubican en el tercer lugar.

De la franja central, los porteños se ubican lejos de todo el resto de las jurisdicciones con 111 mil pesos mensuales gastados en el súper. Siguen los pampeanos con casi 60 mil mensuales. Le siguen Córdoba y Mendoza, con gastos muy similares.

Con toda esa dispersión de presupuestos de acuerdo a las distintas provincias, el promedio nacional del gasto en supermercados ascendió a los $ 47.339. Por lo que Córdoba está unos 5 mil pesos por encima del promedio nacional.

Más dinero para afrontar el costo de los servicios y menos para alimentos

La caída en las ventas de supermercados, lógicamente no tiene una sola explicación, pero sí algunas razones que pueden echar luz sobre los motivos del declive. Uno central es que, más allá de que se hayan recuperado algunos ingresos, particularmente de trabajadores asalariados formales, el peso de las boletas de luz, gas, prepagas, telefonía, Internet y tasas, crecieron muy por encima de la inflación, que es la línea que se utiliza para cotejar el poder adquisitivo. Es decir, ese segmento de salarios comenzó a recuperar terreno respecto al promedio de los precios de la economía, pero no de todos. A algunos todavía los miran de atrás. Eso obliga a que los presupuestos familiares muestren una reasignación de recursos. Actualmente los servicios se llevan una mayor porción de los ingresos que hace dos años. Por lo tanto, otros gastos necesariamente deben recortarse. Allí podrían ubicarse los supermercados. Pero hay otro elemento a tener en cuenta: hasta 2023 los programas como Precios Cuidados intentaban contener la inflación, pero sólo tenían presencia en las grandes superficies comerciales, lo que ayudaba a concentrar la demanda allí. Eso ahora ya no existe, por lo que la importante ventaja de precios que los supermercados tenían respecto a comercios de cercanía se redujo.