Rosa Romero y su esposo Walter Racca, son dos vecinos de barrio Nicolás Avellaneda. Tras sufrir dos robos en 2016, se decidieron a instalar una cámara de seguridad en la vereda de su casa. Sin embargo, ayer alrededor de las 15 y cuando ambos volvían del trabajo, descubrieron que el aparato que monitoreaba el garaje y la entrada principal a la vivienda, había sido robado.

La mujer presume que los autores serían muchachos que juegan al fútbol con sus hijos en las inmediaciones de su propiedad. 

“A veces me han amenazado con prenderle fuego a la casa y a mi auto”, aclaró la señora. “Estoy cansada por lo que me sucede. Ya no sé más a quién recurrir”.  Romero, además, comentó que de acuerdo a la última grabación registrada “la cámara fue arrancada de cuajo ya que se ve la mano cuando la desactivan y se la llevan”. 

Tras este hecho, la mujer realizó la denuncia correspondiente y su esposo Walter Racca concluyó que “nos sentimos encarcelados en nuestra propia casa”.

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