La solicitud fue realizada por las concejalas Evelyn Acevedo y Natalia González. Dicen que el lugar representa un serio riesgo sanitario para los vecinos
Las concejales Evelyn Acevedo y Natalia González expresaron su preocupación por la situación de la Laguna Smitarello, ubicada en barrio Nicolás Avellaneda, la cual -según afirmaron- representa un serio riesgo sanitario y ambiental para los vecinos de la zona.
Ambas ediles sostienen que la permanencia de la laguna en medio del área urbana no es sostenible ni segura, y que su eliminación y traslado definitivo son
una necesidad impostergable.
El cuerpo de agua, que originalmente fue concebido como una laguna de retardo pluvial, hoy se encuentra en un estado de deterioro que preocupa a los vecinos y a los representantes locales. Acevedo y González recordaron que la Ordenanza Nº 7.638, aprobada en 2020, ya declaró de utilidad pública y expropió un terreno de 15,8 hectáreas destinado a la construcción de una nueva laguna moderna y eficiente, que reemplace a la actual Smitarello.
El proyecto original incluía un sistema hídrico de última generación, con control de caudales, filtros biológicos, vegetación de ribera y monitoreo permanente.
Sin embargo, aseguran que la obra nunca se concretó y que las autoridades actuales tienen la oportunidad de ejecutar lo ya legislado, priorizando la salud pública y el cuidado ambiental.
En el año 2022, el Municipio avanzó con un Convenio de Avenimiento que formalizó la expropiación del terreno para la nueva laguna, estableciendo un valor de
casi $190 millones y compensaciones al propietario con lotes urbanizados.
El acuerdo obligaba al Municipio a dotar de infraestructura esos terrenos en un plazo de cuatro años, bajo riesgo de pagar multas por incumplimiento.
“Sin embargo, a un año de vencer ese plazo, aún no se observan avances concretos en la zona donde debería construirse la nueva obra hidráulica”, precisaron las funcionarias.
Fue allí cuando advirtieron que el agua estancada de la Laguna Smitarello, especialmente durante el verano, favorece la proliferación del mosquito Aedes
aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya.
“Esta situación, sumada a los olores nauseabundos, larvas y microorganismos, representa un riesgo sanitario real y una carga adicional para el sistema de salud local”, afirmaron.
Acevedo remarcó que niños y jóvenes suelen jugar en el interior de la laguna, sin dimensionar los peligros que implica el contacto con agua contaminada.
“Esto es una problemática de salud pública que requiere acciones inmediatas”, subrayó.
Según González, las lagunas mal gestionadas pierden su función hidráulica y se convierten en focos de contaminación.
Su ubicación en plena zona urbana agrava el problema: anegamientos, daños en viviendas, deterioro del espacio público y
aislamiento de vecinos en períodos de lluvias intensas son algunas de las consecuencias señaladas.
Las concejalas dijeron que los vecinos del barrio Nicolás Avellaneda llevan bastante tiempo presentando pedidos de informes y
reclamos formales sobre el estado de la laguna, solicitando limpieza, mantenimiento e información sobre las obras proyectadas.
Aun así, precisaron que, hasta el momento, no han obtenido respuestas satisfactorias del Ejecutivo municipal.
“Este no es un planteo aislado, sino un reclamo histórico que refleja la falta de soluciones concretas”, afirmaron.
