El anuncio de las medidas que buscan compensar el efecto negativo de la devaluación en el bolsillo de los argentinos con ingresos fijos no significaría necesariamente un aumento del gasto en términos del PBI, según remarcó ayer un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Algunos cálculos previos señalaron que el costo fiscal rondaría el equivalente a medio punto del PBI, tomando los 700 mil millones de pesos que se inyectarían en el conjunto de medidas anunciadas.
Ese conjunto de anuncios incluyeron un bono de $37.000 en septiembre, octubre y noviembre para los jubilados que cobren el haber mínimo; un bono de $30.000 en septiembre y octubre a trabajadores estatales y privados, refuerzo de $10.000 en septiembre y octubre a beneficiarios del Potenciar de Trabajo, refuerzo a beneficiarios de la Tarjeta Alimentar y créditos a tasa subsidiada para monotributistas y para la compra de fertilizantes en las zonas más afectadas por la sequía.
“No es correcto concluir que este es un gasto extra y que directamente implica un mayor déficit en términos del PIB. Para poder evaluar esa posibilidad se requiere comparar los siguientes escenarios: el gasto en términos del PIB en el escenario sin medidas y el gasto en términos del PIB en el escenario con medidas”, aclaró el trabajo del Iaraf.
Y agrega: “Como conclusión se tiene que no es directa la afirmación de que el paquete de medidas implica un mayor gasto anual en términos del PIB y por ende un mayor déficit primario. Depende del traslado a precios de la devaluación, siendo lo más probable que el gasto del segundo semestre se mantenga con igual relación que antes de las medidas”, indicó el Iaraf que conduce el economista cordobés Nadim Argañaraz.