El hecho se produjo el 24 de marzo de este mismo año, en momentos en los que el joven ingresó a la vivienda de una mujer de 85 años.
El fiscal Nicolás Gambini consideró que el uso de un repasador para provocar asfixia a la víctima convierte el caso en un robo calificado por el uso de arma impropia, lo que implica una pena más grave.
El repasador, considerado arma en el violento robo
La reconstrucción que hizo el fiscal de esa jornada sostiene que escaló una tapia para entrar al domicilio de la víctima y que en el interior sujetó a la mujer del cuello y le dio dos vueltas con un repasador en la boca y garganta, diciéndole: “Dame la plata o te voy a matar”.
Acto seguido, la arrastró a una habitación, la arrojó sobre la cama y la cubrió con una frazada para luego sustraer una cadenita de oro y darse a la fuga.
Para el magistrado, el repasador utilizado de esa manera se transforma en un arma impropia.
Su uso no fue accidental, sino deliberado para asfixiar e intimidar a la víctima, lo que eleva la peligrosidad del hecho y justifica la figura de robo calificado.
Tras la denuncia, se activó un operativo cerrojo en Noetinger.
Testimonios de vecinos que vieron a un joven escapar permitieron que la policía lo detuviera en la terminal, cuando intentaba huir.
Durante la requisa, los agentes encontraron una remera roja húmeda, que coincidía con la descripción dada por la víctima, y la cadena de oro robada, que fue reconocida por la mujer.
Además, se confirmó que Mamondes vivía en la casa contigua, lo que le habría permitido conocer las rutinas de la víctima.
Como consecuencia del ataque, la mujer sufrió la fractura de cuatro costillas y múltiples hematomas, por lo que requirió atención médica prolongada, permaneciendo en la actualidad en proceso de recuperación.
Por otro lado, Facundo Mamondes se encuentra detenido y a la espera de que el Tribunal de juicio de Bell Ville decida qué pena le corresponde.