En el estudio del doctor Samuel cuelgan diplomas de Harvard y la Universidad de Washington, las casas de altos estudios donde se perfeccionó en Derecho Laboral. Sin embargo, está muy lejos de ser un admirador incondicional de los Estados Unidos.
“Es un país que hace muchas cosas mal y otras, muy bien. Ojalá pudiéramos copiar las que hace muy bien”.
-¿Como por ejemplo?
-Como por ejemplo el modo en que respetan al trabajador. Allá te pueden echar cuando quieren pero te pagan todo lo que te deben, el sueldo estipulado y la indemnización que te corresponde. Y si el gobierno ve que vos tenés un inmigrante en negro, te meten una multa que no te la olvidás más. Y si no pagás, vas preso.
-¿Y acá?
-Acá es otra historia. Vivimos en la cultura del incumplimiento y en la falta de solidaridad para con el prójimo. Sobre todo para con el trabajador.
Trabajar en la Argentina del dos mil
-¿Se han ido perdiendo derechos del trabajador en los últimos años?
-Hasta ahora, no. El régimen laboral argentino todavía presenta muchas garantías. En el país hay una protección muy fuerte hacia el trabajo, la remuneración y las indemnizaciones. Lo que sí se está pretendiendo es desregular la estabilidad del trabajador.
-¿Cómo es esto?
-Me refiero a la protección contra el despido arbitrario. Se está debatiendo contratar por un un año sin obligación indemnizatoria mediante la figura de “contrato aprendizaje”. Ya tuvimos algo así en los años ´90 pero se dejó de lado.
-¿Y cómo ve ese tipo de contrato?
-No estoy en desacuerdo que existan contratos de aprendizaje pero con un plazo máximo de tres meses; de seis como mucho. Me parece que en un año se llega a una desnaturalización de la misma figura. Y en este sentido no estoy de acuerdo.
-¿Y el fondo de desempleo?
-Tampoco lo estoy con el fondo de desempleo que se pretende lo pague el propio trabajador. Me parece que es un paso atrás al sistema de estabilidad y a toda la cultura jurídica laboral en la Argentina.
-¿Y cómo se deben regular los despidos?
-En el país no es caro despedir a un trabajador. El problema que tienen los empleadores es que incumplen con las normas de registración y entonces tienen que afrontar un montón de multas. Hoy, un trabajador registrado en caso de despido, recibe un mes de sueldo por cada año que trabajó. Lo que encarece el llamado “costo laboral” es omitir las registraciones del vínculo laboral.
Flexibilización y después
-¿Por qué se intenta aprobar la ley de flexibilización laboral?
-Hay que entenderla en un contexto internacional. Si Brasil, que es el principal socio del Mercosur, flexibilizó los vínculos laborales, se entiende que Argentina debería hacerlo para no quedar descontextualizada. Eso haría que las empresas vengan a invertir a la Argentina porque, supuestamente, los costos laborales serían menores.
-O sea que se favorecería la explotación...
-Si viene una empresa y toma cien empleados con contrato de aprendizaje y flexibilización en los aportes, quizás le salga barato. pero habría algo de eso que decís.
-¿Y eso sería bueno para las “inversiones”, según el gobierno?
-Sí, pero nadie te garantiza que esa inversión vaya a permanecer en el tiempo. Y menos que sea positiva para el mercado laboral local, ya que esos trabajadores no tendrán las destrezas necesarias para crecer en el mercado.
-¿Ese es el riesgo de la felxibilización?
-Claro, el de tener trabajadores contratados eternamente por seis meses para luego ser despedidos e incorporar a otros. Así no se mejora la calidad del empleo de un país, sino mediante la especialización ¿Qué cosa mejor puede haber para una empresa que tener empleados calificados que te hagan un trabajo de calidad?
-Entonces, ¿hay que flexibilizar?
-Yo creo que hay que aggiornar el derecho laboral argentino al siglo veintiuno. Hay cosas que deben ser revisadas con un amplio debate entre Estado, sindicatos y cámaras empresariales.
-¿Cómo es esto?
-Quiero decir que hay convenios que vienen del año ´75. O sea que se impone una actualización. Pero empezar por quitar la protección frente al despido arbitrario no me parece la mejor forma de modernizar los vínculos laborales.
Los gremios y el trabajo en negro
-¿Cómo se explica la cantidad de trabajo en negro existente?
-Sobre esa cuestión ya he opinado a través de la sentencia. Hay que ver cada caso puntual. Y no tiene nada que ver el ámbito privado con el público. El ámbito privado tiene muchísima más irregularidades laborales, pero no están visibilizadas. Es propio de la cultura del incumplimiento. Pero ojo, hay empresarios honestos e inteligentes que lo primero que hacen es registrar al trabajador porque es lo que más conviene.
-¿Cuál es el papel que están jugando los gremios?
-Yo todavía no he visto ningún paro general en función de las medidas que se intentan aprobar en el Congreso. La peor flexibilización que vivió el pa{is no fue esta sino la de los ´90. En el gobierno de Menem se avasallaron los derechos de los trabajadores, se modificó un régimen indemnizatorio y se avanzó en la jubilación privada. Pero que yo recuerde, los sindicatos no hicieron ninguna manifestación o paro.
-¿Y entonces?
-Creo que el movimiento sindical argentino deberá rendirle cuentas a la historia de lo que hizo y no hizo. Y, sobre todo, explicar por qué permitió la banalización de los derechos de los trabajadores argentinos.
Iván Wielikosielek. Redacción Puntal
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-¿Como por ejemplo?
-Como por ejemplo el modo en que respetan al trabajador. Allá te pueden echar cuando quieren pero te pagan todo lo que te deben, el sueldo estipulado y la indemnización que te corresponde. Y si el gobierno ve que vos tenés un inmigrante en negro, te meten una multa que no te la olvidás más. Y si no pagás, vas preso.
-¿Y acá?
-Acá es otra historia. Vivimos en la cultura del incumplimiento y en la falta de solidaridad para con el prójimo. Sobre todo para con el trabajador.
Trabajar en la Argentina del dos mil
-¿Se han ido perdiendo derechos del trabajador en los últimos años?
-Hasta ahora, no. El régimen laboral argentino todavía presenta muchas garantías. En el país hay una protección muy fuerte hacia el trabajo, la remuneración y las indemnizaciones. Lo que sí se está pretendiendo es desregular la estabilidad del trabajador.
-¿Cómo es esto?
-Me refiero a la protección contra el despido arbitrario. Se está debatiendo contratar por un un año sin obligación indemnizatoria mediante la figura de “contrato aprendizaje”. Ya tuvimos algo así en los años ´90 pero se dejó de lado.
-¿Y cómo ve ese tipo de contrato?
-No estoy en desacuerdo que existan contratos de aprendizaje pero con un plazo máximo de tres meses; de seis como mucho. Me parece que en un año se llega a una desnaturalización de la misma figura. Y en este sentido no estoy de acuerdo.
-¿Y el fondo de desempleo?
-Tampoco lo estoy con el fondo de desempleo que se pretende lo pague el propio trabajador. Me parece que es un paso atrás al sistema de estabilidad y a toda la cultura jurídica laboral en la Argentina.
-¿Y cómo se deben regular los despidos?
-En el país no es caro despedir a un trabajador. El problema que tienen los empleadores es que incumplen con las normas de registración y entonces tienen que afrontar un montón de multas. Hoy, un trabajador registrado en caso de despido, recibe un mes de sueldo por cada año que trabajó. Lo que encarece el llamado “costo laboral” es omitir las registraciones del vínculo laboral.
Flexibilización y después
-¿Por qué se intenta aprobar la ley de flexibilización laboral?
-Hay que entenderla en un contexto internacional. Si Brasil, que es el principal socio del Mercosur, flexibilizó los vínculos laborales, se entiende que Argentina debería hacerlo para no quedar descontextualizada. Eso haría que las empresas vengan a invertir a la Argentina porque, supuestamente, los costos laborales serían menores.
-O sea que se favorecería la explotación...
-Si viene una empresa y toma cien empleados con contrato de aprendizaje y flexibilización en los aportes, quizás le salga barato. pero habría algo de eso que decís.
-¿Y eso sería bueno para las “inversiones”, según el gobierno?
-Sí, pero nadie te garantiza que esa inversión vaya a permanecer en el tiempo. Y menos que sea positiva para el mercado laboral local, ya que esos trabajadores no tendrán las destrezas necesarias para crecer en el mercado.
-¿Ese es el riesgo de la felxibilización?
-Claro, el de tener trabajadores contratados eternamente por seis meses para luego ser despedidos e incorporar a otros. Así no se mejora la calidad del empleo de un país, sino mediante la especialización ¿Qué cosa mejor puede haber para una empresa que tener empleados calificados que te hagan un trabajo de calidad?
-Entonces, ¿hay que flexibilizar?
-Yo creo que hay que aggiornar el derecho laboral argentino al siglo veintiuno. Hay cosas que deben ser revisadas con un amplio debate entre Estado, sindicatos y cámaras empresariales.
-¿Cómo es esto?
-Quiero decir que hay convenios que vienen del año ´75. O sea que se impone una actualización. Pero empezar por quitar la protección frente al despido arbitrario no me parece la mejor forma de modernizar los vínculos laborales.
Los gremios y el trabajo en negro
-¿Cómo se explica la cantidad de trabajo en negro existente?
-Sobre esa cuestión ya he opinado a través de la sentencia. Hay que ver cada caso puntual. Y no tiene nada que ver el ámbito privado con el público. El ámbito privado tiene muchísima más irregularidades laborales, pero no están visibilizadas. Es propio de la cultura del incumplimiento. Pero ojo, hay empresarios honestos e inteligentes que lo primero que hacen es registrar al trabajador porque es lo que más conviene.
-¿Cuál es el papel que están jugando los gremios?
-Yo todavía no he visto ningún paro general en función de las medidas que se intentan aprobar en el Congreso. La peor flexibilización que vivió el pa{is no fue esta sino la de los ´90. En el gobierno de Menem se avasallaron los derechos de los trabajadores, se modificó un régimen indemnizatorio y se avanzó en la jubilación privada. Pero que yo recuerde, los sindicatos no hicieron ninguna manifestación o paro.
-¿Y entonces?
-Creo que el movimiento sindical argentino deberá rendirle cuentas a la historia de lo que hizo y no hizo. Y, sobre todo, explicar por qué permitió la banalización de los derechos de los trabajadores argentinos.
Iván Wielikosielek. Redacción Puntal