Ingresar al cerebro para tratar diversos problemas hoy es más sencillo y mucho menos invasivo con técnicas como la neuronavegación, la estereotaxia y las intervenciones funcionales.
El desarrollo tecnológico permite abordar, de manera mucho menos compleja, la columna, las arterias del cerebro, la médula y el cuello, y acceder al sitio de enfermedades que eran muy difíciles de tratar.
“Recientemente, hicimos una intervención en un paciente de 70 años que tenía una lesión en el hipotálamo (el centro del cerebro), y mediante neuronavegación y endoscopia, en tres horas terminamos, el señor se despertó, pasó a una habitación común y al otro día se fue a su casa”, describe Iván Aznar, integrante del Servicio de Neurocirugía de Neoclínica.
Agrega que tienen “todo el equipamiento tecnológico como robótica, imágenes y otros, para realizar neurocirugías menos invasivas y con mayor seguridad para el paciente”.
Consultado sobre los procedimientos neuroquirúrigicos, explica que “la estereotaxia y neuronavegación consisten en la planificación de intervenciones guiadas con equipos robóticos, como ojos ópticos o con navegación simulada. Nos apoyamos mucho en las imágenes y en la planificación tridimensional en las computadoras. Esto se hace previamente, y en el quirófano se toman referencias en el paciente que surgen de la planificación y de ese modo tenemos una precisión milimétrica y no es necesario hacer abordajes tan extensos para tratar enfermedades”.
Asimismo, la neuronavagación se puede combinar con la endoscopia para lograr mucha más seguridad y precisión en el paciente.
Alivio de síntomas
Otro campo de gran avance es el tratamiento funcional de problemas neurológicos, donde se emplean técnicas para resolver síntomas y no enfermedades.
“Por ejemplo –ilustra Aznar-, para la neuralgia del trigémino, con técnicas como radiofrecuencia, tratamos el dolor y no la causa, porque a veces no se sabe cuál es su origen”.
Otra posibilidad es la infusión de drogas en la columna utilizando catéteres y bombas para el tratamiento del dolor crónico o refractario.
Mediante la neuromodulación utilizan catéteres con electrodos que estimulan algunas áreas del cerebro o de la médula para el control de síntomas como dolor o temblor en la enfermedad de Parkinson.
También aplican algunas técnicas que son quirúrgicas directas –ablativas- para tratar problemas como la espasticidad. En estos casos, el músculo está muy tenso como consecuencia de un accidente cerebrovascular (ACV) o por esclerosis múltiple y con una intervención ablativa se logra que el músculo esté más relajado, que el paciente tenga mejor movilidad en la articulación y que disminuyan los dolores para que el kinesiólogo pueda trabajar mejor los procesos de rehabilitación.
Un capítulo fundamental es el tratamiento sobre la columna con técnicas mínimamente invasivas, ya sea para hernias de disco, fracturas y algunas enfermedades degenerativas como la artrosis cuando invalida al paciente desde lo neurológico.
Por último, desde su creación, el Servicio de Neurocirugía de Neoclínica está especializado en pediatría, donde tratan malformaciones congénitas e hidrocefalia, entre otros problemas.