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Aquel viaje a Chile y la visita pendiente a la Argentina

Un equipo de Puntal estuvo en la última recorrida que hizo Francisco a la región y que tuvo a Chile y Perú como destinos. Miles de fieles se volcaron a las calles durante 4 jornadas históricas para el país trasandino

Al Papa Francisco le quedó una cuenta pendiente: la visita a su Argentina. Una agenda global plagada de demandas urgentes y las realidades políticas del país, de las cuales nunca estuvo ajeno, fueron postergando el viaje del que siempre se le preguntaba: cuándo visitaría el Fin del Mundo, ese del que surgió cuando casi nadie lo imaginaba, en aquel 2013. Fue entonces cuando partió con lo puesto y apenas una maleta hacia Roma para participar del cónclave donde se elegiría al nuevo jefe de la Iglesia. Cuando era Bergoglio y contaba con un peso específico relevante en el país. Pero ya no volvió, a pesar de que siempre estuvo presente. Una fumata blanca y su imagen en el balcón anunciaban que sería el primer Papa sudamericano.

Ya en la cúspide de la iglesia católica mundial hizo varias visitas a la región: la primera, la recordada a Río de Janeiro, donde reunió a miles de jóvenes y les dejó una de sus primeras frases globales: “Hagan lío”, que quedó como grito de rebeldía. La última, a comienzos de 2018, cuando pasó por el espacio aéreo argentino. Fue lo más cerca que estuvo de volver al país. Ocurrió durante su viaje a Santiago de Chile, a donde un equipo de Puntal llegó especialmente para compartir la visita de Francisco. Fue entre el 15 y el 18 de enero de aquel año, donde la fisonomía habitual de la capital trasandina se transformó rápidamente. En las calles, la imagen de Francisco se multiplicaba en banderas de El Vaticano, flameando con el fondo blanco y amarillo. Los diarios ocupaban las portadas con la bienvenida y las actividades programadas para cada una de las jornadas. Revistas, remeras, fotos, todo evocaba a la figura máxima de la iglesia católica.

No fue una visita sencilla para Francisco. El contexto de escándalos en la iglesia chinela por los curas pedófilos le daban una atmósfera densa. Pero la decisión de desembarcar allí y dejar en claro cuál era su posición, y la de la Iglesia, mostró uno de sus principales atributos: no tenerle miedo al barro y abandonar posiciones cómodas o alejadas. Predicó y practicó aquello de contar con “pastores con olor a oveja”. Fue un Papa humanista, con fuerte atención sobre los problemas sociales que atravesaban amplias zonas del mundo. Siempre bajó un discurso claro sobre la desigualdad, sobre las guerras y sobre el medio ambiente. Siempre estuvo del mismo lado. Y eso hizo que en aquella visita de enero de 2018 recibiera un inconmensurable cariño en las calles. Llegaron fieles de todo el continente para ser parte de la visita papal. En las calles convivían brasileños, colombianos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos y miles de argentinos que cruzaron la frontera para verlo. Tal vez suponiendo que no tendrían otra oportunidad más cercana.

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En Sudamérica el papa Francisco visitó Brasil en 2013; Ecuador, Bolivia y Paraguay en 2015; Colombia en 2017, y Perú y Chile en 2018.