La empresa Pauny SA presentó en los últimos días un plan preventivo de crisis, situación que puso en alerta a los más de 570 trabajadores, quienes temen la pérdida de fuentes laborales, aunque desde la firma se descartó el despido de obreros entendiendo que son el capital más importante que tiene la histórica industria (ex-Zanello) con sede en Las Varillas.
Ante un contexto económico adverso para el sector metalmecánico, con ventas que no se concretan y disminuyen en comparación a 2018 y años anteriores, la firma tomó la decisión el último viernes de realizar la presentación. Carlos Feilberg, gerente de Recurso Humanos, confirmó a PUNTAL VILLA MARÍA la resolución tomada, aunque aclaró que no se trata “de un concurso preventivo ni nada que se parezca. Simplemente se hizo un plan preventivo de crisis, que es una herramienta que da la ley para las empresas que están en una situación incómoda en un pequeño lapso de tiempo”.
“Hubo una caída notoria de las ventas, como lo puede apreciar cualquiera en cualquier orden. La nuestra es una fábrica integral ya que salvo motores, neumáticos y vidrio, el resto se hace acá”, sostuvo, y graficó el impacto negativo que genera “la locura de tasas y la falta de crédito”.
Igualmente, insistió en “seguir manteniendo el plantel de empleados, y por eso hicimos la presentación ante la eventualidad de que esto empeore; pero no es un concurso ni mucho menos, está muy alejado de la realidad”.
Consultado sobre la caída en las operaciones, Feilberg aclaró que si bien no es su área, tiene estimaciones. “En el año 2018, con respecto a 2017, la caída en las ventas superó el 20%. En el arranque de este año, con respecto a 2018, la cifra llega al 60%. Es una comparación de febrero a febrero, entre lo que teníamos programado para fabricar en el segundo mes de 2018 con lo que tenemos comprometido para producir este mes”.
Y recordó que desde junio del año pasado “nos manejamos con una capacidad ociosa de casi el 30%. De 575 personas que componen la totalidad del plantel de la fábrica, hubo un excedente de 120 personas. Es feo decir excedente porque estamos hablando de personas, pero no hay otro término”.
Remarcó que para amortiguar el impacto que genera esa cifra “redujimos horas extras, de hecho prácticamente las eliminamos y nos manejamos como pudimos hasta llegar al mes de diciembre”.
El directorio de la empresa decidió en diciembre “afrontar el inicio del año, que veíamos que venía bastante mal, con un plan de suspensiones para poder mantener la fábrica cerrada 28 días, que es lo máximo en cuanto a cantidad de días de licencia que tienen los empleados. Aquel que tenía 14 días de vacaciones se lo suspendió con una remuneración mínima, pero remuneración al fin, por los 14 días restante. Y el que tenía 21 días, se lo suspendió por 7, y así sucesivamente”.
Daniel Brusa. Redacción Puntal Villa María
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“Hubo una caída notoria de las ventas, como lo puede apreciar cualquiera en cualquier orden. La nuestra es una fábrica integral ya que salvo motores, neumáticos y vidrio, el resto se hace acá”, sostuvo, y graficó el impacto negativo que genera “la locura de tasas y la falta de crédito”.
Igualmente, insistió en “seguir manteniendo el plantel de empleados, y por eso hicimos la presentación ante la eventualidad de que esto empeore; pero no es un concurso ni mucho menos, está muy alejado de la realidad”.
Consultado sobre la caída en las operaciones, Feilberg aclaró que si bien no es su área, tiene estimaciones. “En el año 2018, con respecto a 2017, la caída en las ventas superó el 20%. En el arranque de este año, con respecto a 2018, la cifra llega al 60%. Es una comparación de febrero a febrero, entre lo que teníamos programado para fabricar en el segundo mes de 2018 con lo que tenemos comprometido para producir este mes”.
Y recordó que desde junio del año pasado “nos manejamos con una capacidad ociosa de casi el 30%. De 575 personas que componen la totalidad del plantel de la fábrica, hubo un excedente de 120 personas. Es feo decir excedente porque estamos hablando de personas, pero no hay otro término”.
Remarcó que para amortiguar el impacto que genera esa cifra “redujimos horas extras, de hecho prácticamente las eliminamos y nos manejamos como pudimos hasta llegar al mes de diciembre”.
El directorio de la empresa decidió en diciembre “afrontar el inicio del año, que veíamos que venía bastante mal, con un plan de suspensiones para poder mantener la fábrica cerrada 28 días, que es lo máximo en cuanto a cantidad de días de licencia que tienen los empleados. Aquel que tenía 14 días de vacaciones se lo suspendió con una remuneración mínima, pero remuneración al fin, por los 14 días restante. Y el que tenía 21 días, se lo suspendió por 7, y así sucesivamente”.
Daniel Brusa. Redacción Puntal Villa María