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Pintora local, galardonada a nivel internacional

La villamariense Pamela Piedecasas fue nombrada por la revista ART E$TATE como “ícono cultural”. Este sábado recibe la distinción en Beverly Hills. “Este premio es como un broche de oro”, aseguró

Este fin de semana, en la ciudad de Beverly Hills, en el condado de Los Angeles, California, la artista villamariense Pamela Piedecasas será nombrada “ícono cultural”, distinción que recibirá en el marco de los premios que entrega la mundialmente conocida revista ART E$TATE.

En vísperas de su viaje a Estados Unidos, donde será galardonada por primera vez a nivel internacional, Piedecasas visitó la redacción de Puntal Villa María y habló de todo.

Premio en EE.UU, trayectoria, su formación y más

- ¿Cómo te llega la noticia del premio?

- Hace desde enero que estoy trabajando para una galería en Estados Unidos, que se llama ART E$TATE y que tiene una revista que es enviada a coleccionistas y en la cual aparecí en el mes de abril. Ese fue el ‘boom’. Más adelante me avisan que estaba nominada como “artista del año” y como “ícono cultural”. Después me confirmaron que había ganado el premio de ícono cultural. Es como un reconocimiento por llevar a muchos lugares del mundo la enseñanza de la pintura y hacer un semillero con distintas técnicas, en diferentes lugares.

- ¿Cómo tomaste estas nominaciones y el premio?

- Feliz. Es como un broche de oro después de tanto trabajo. Hace 42 años que soy maestra. Me capacité en Nueva York, donde también trabajé. Tuve la posibilidad de dar clases en Miami, México y Chile. No sabía de este tipo de reconocimientos. Por razones de salud de mi hija, ya no salgo tanto de Villa María. Sigo con el taller en mi casa y pinto de lunes a domingo. El 28 de junio voy a estar en Hollywood, en la alfombra roja. Los premios se entregan en el marco de un desfile de modas, en el cierre del MS Nationality.

- Además de tu trayectoria, también debe gustar tu estilo.

- Sí. Yo pinto en vivo. En Carlos Paz, por ejemplo, hice 9 años Pinta-Tango. Mientras tengo al cantante que me canta, yo voy pintando. A ellos les gusta mucho la interacción que hago en cada actividad. Hago body painting en desfiles de moda, pinto en cuadros, pinto ropa en vivo, les gusta ese show. Ahora la galería quiere generar un grupo de 15 artistas trabajando de esta manera.

-Estuve viendo tu agenda y figura una participación con dictado de clases en Qatar.

- Sí. Esta misma revista me invitó a una feria internacional de arte. Primero me convocan para exponer dos cuadros, pero ahora son tres los cuadros que presento, de 70x90. Además, voy a dar dos Masterclass, con cupos de 20 alumnos por cada clase. También voy a participar pintando vestidos en vivo sobre el escenario. Esa actividad se va a realizar el 4 de noviembre. Son 6 días de feria. El evento es organizado por la esposa de un jeque, entonces se generan conexiones muy grandes en el ámbito de las artes, la moda y la gastronomía.

- Tengo entendido que te quedan más viajes por delante.

- Sí. El año que viene voy a estar en la Bienal de Venecia. La estancia dura siete meses, pero yo voy los primeros y últimos 15 días. Las obras se quedan ahí. Yo abro con tres Masterclass y cierro con otras tres al final. Ahora en septiembre, del 11 al 14, voy a estar en Reno, Estados Unidos. Después en Houston, del 18 al 21 de septiembre. En octubre, del 16 al 19, viajo a Londres.

- ¿Qué maestros tuviste en este camino?

- Acá en Argentina me formé con Silvia Mongelos. Es de Paraguay pero vivió mucho tiempo en Buenos Aires. Era la editora de la revista Bienvenida. Ella ahora está en Paraguay enferma, pero quiere venir a tomar clases conmigo. Tuve muchos maestros, la gran mayoría en Estados Unidos. Mi familia vivía en Nueva York y tuve esa posibilidad.

- Pero naciste en Villa María, ¿cierto?

- Sí, nací acá. Yo me casé a los 15 años, tuve a mi hija más grande a los 18. Cuando mis hijos crecieron, durante 27 años fui a Estados Unidos a capacitarme. A su vez, daba clases o pintaba en compañías de seguros, que me pagaban 50 dólares por hora. Pintaba en barrios como el Bronx. Eso me servía para pagar mis clases. Allá estudié con Bob Ross, Margaritte Cerillo (paisajes), Joshep Castelano (animales) y Annette kowalski (flores sobre óleo). En Argentina aprendí con maestros que después fueron compañeros de trabajo. Me formé con Ana Gjurinovich (animales en acrílico y miradas) y Atilio German De Laforé (impresionismo). Durante siete años trabajé en Brasil, e hice un máster de 200 horas con Bia Moreira. Hoy, en Estados Unidos, pinto lo que es impresionismo pero con colores del pop, vibrantes.

- ¿Cuándo empieza esta pasión?

- A los 4 años, cuando arranco en la academia de Rubén Darío. Me recibí a los 12. Después seguí estudiando en la escuela Bellas Artes y en Estados Unidos. En Filadelfia revalidé mi título. Hoy soy artista plástica acá y allá. Yo me recibí de todo, pero me quedé con la pintura. Era un problema en la escuela, porque en lugar de escribir en clase, dibujaba los cuadernos. Mi mamá me entendíó y me apoyó siempre en mi carrera.

- Mientras tanto, seguís con tu taller de arte.

- Sigo trabajando. Soy de la idea de sacar a los niños de las pantallas y ponerlos a jugar con un pincel. Sé que se puede salir de la tecnología que hoy vemos y que no es tan buena. Intento hacer hincapié en otras cosas que son bellas y que desconectan la cabeza de las pantallas. Quiero que mis alumnos se sientan orgullosos de ellos mismos, que sean libres. Mi taller queda en La Rioja 1353. Ahora tengo sala nueva con techo transparente y paredes de vidrio. Eso nos da luz natural todo el tiempo.