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“Nunca habrá en Villa María una suficiente cantidad de pediatras”

Con 38 años como médica de niños, la doctora Alicia Caparrós habló de su profesión en la parte pública, de las patologías típicas de invierno y dejó un conmovedor mensaje sobre la legalización del aborto que busca ser ley

“No hay nada más hermoso que caminar por la calle y que te saluden los chicos que atendiste alguna vez. Y que esos chicos “sean cada vez más grandes” dice la doctora Alicia Caparrós en su ya clásico consultorio 11 de la Asistencia Pública. “Imaginate que a veces me saludan muchachos de 25 años, y caigo en la cuenta de que ya tengo 65, y 38 como pediatra... Más de la mitad de mi vida”.

-De hecho ya te hubieras podido jubilar, ¿no?

-De hecho estoy jubilada pero sigo viniendo a la Asistencia. Esto es algo que no lo podés dejar. No sólo por la satisfacción personal sino, y sobre todo, porque te necesitan. En la ciudad están haciendo falta muchos pediatras. De hecho, nunca habrá suficiente cantidad de pediatras en Villa María. Dónde sea que vaya, hay muchísima gente haciendo cola. Fuera de eso, estamos muy bien organizados.

-¿Los médicos jóvenes priorizan la parte privada?

-Muchas veces, sí. Y no los juzgo. Ellos tienen sus prioridades y necesitan ganar plata. Pero yo vengo de otra generación. Trabajé 22 años en el Hospital de Niños de Córdoba, en el Hospital de Bell Ville con mi esposo, el doctor Gregorio Mendoza; después en el Hospital de Posse y en el Hospitalito de Villa Nueva, que es un gran hospital, a pesar de que le digan así.

-¿Y en Villa María?

-Además de la Asistencia Pública donde estoy hace doce años, trabajé en el ex Pasteur e hice reemplazos en los dispensarios de Las Playas, Los Olmos, el Rivadavia y el San Nicolás. Y muchos años en Las Acacias. A pesar de que también hice la parte privada en el Cruz Azul, nunca pude dejar lo público. Ahí está la esencia de la pediatría.

La pediatría, vocación de servicio

-¿Pensás que falta vocación de servicio?


-Sí, porque para nuestra generación, ser pediatra es como ser bombero o policía. Es una vocación de servicio las 24 horas. Y nos vamos a morir siendo eso. Hay mucho de vocacional, de algo que elegiste desde chico y que no te lo paga la plata sino el reconocimiento de la gente, el hecho de haber ayudado a una mamá y un papá a que su hijo creciera sano. Los pediatras de vocación no estamos donde nos conviene sino donde más nos necesitan. Yo he trabajado en la parte privada pero nunca he dejado la pública, que por cierto te da menos rédito.

-Hay padres que “se casan” con un pediatra ¿Cómo lo ves?

-Te diría que los entiendo pero a la vez hay que romper ese esquema. Porque los pediatras no damos a basto y muchas veces tu médico de cabecera te da un turno dentro de tres días. Y no podés esperar tres días. Necesitás que a tu hijo lo vean ahora. Además, en Villa María hay excelentes pediatras en todos lados, en las clínicas y en el hospital, en los dispensarios y en la Asistencia, tanto en la parte pública como privada.

-Pero hay pediatras de la vieja usanza como vos ¿No es así?

-Yo tengo la suerte de disponer de tiempo para quedarme un poco más con las mamás. Pero hay otros médicos que tienen demasiadas responsabilidades. No es que no lo quieran hacer pero saben que llegan al hospital y tienen que controlar un respirador o tienen reunión con los médicos. Y entonces te atienden un poco más rápido. Y los pobres terminan agotados. No es mala voluntad en absoluto. Como te digo, yo tengo suerte de disponer de más tiempo.

Vacunación y después

-¿Cuáles son las consultas más frecuentes en invierno?


-En los dos últimos meses hubo muchos casos de bronquiolitis en menores de un año. Hubo muchas derivaciones al hospital e internaciones. Ahora han disminuido las consultas por temas respiratorios pero fueron la mayoría. También hubo algunas varicelas, anginas y faringitis, sobre todo por los fríos en el pasaje del aula al patio. También hubo bebés con tos, es decir con rinitis. Y enfermedades virales que las manejamos más controlando que medicando.

-¿Cuál es la preocupación más frecuente de los padres?

-La fiebre del nene. Los virus dan mucha fiebre y tenemos que hacer docencia. Muchas veces pasa que el nene tiene temperatura a las tres de la mañana y salen corriendo al médico. Y a esa hora es muy difícil encontrar pediatra en el hospital. 

-¿Qué hay que hacer en estos casos?

-Lo mejor es que el propio papá o mamá intenten bajarle la fiebre del nene. Ya sea mediante un bañito y paños fríos en la cabeza o con un antitérmico que siempre hay en casa; ibuprofeno o paracetamol, para decir las marcas que más se mueven. Por supuesto que si además de la fiebre el bebé no se alimenta, tiene vómitos, se pone pálido o tiene síntomas más complejos, hay que ir al hospital.

-¿Qué me podés decir del plan de vacunación?

-Que este año se ha llevado a cabo de manera ejemplar y se ha hecho un seguimiento. Eso ha sido clave para que las patologías disminuyeran. Tanto en los dispensarios de los barrios como en la Asistencia. Pusimos la obligatoria BCG y Hepatitis B. A los dos meses la Quíntuple, la Sabín, la Prevenal 13 y la Rotavirus. Y al mes siguiente la Menveo contra el Meningococo. Luego la Antigripal y la Triple Viral. Esto se ha estado cumpliendo muy bien en Villa María. Por suerte el Ministerio de Salud ha incorporado al programa las vacunas contra el Meningococo y contra la Varicela. Digamos que ya son política de Estado. 

-¿Qué hay de las mamás que cobran planes por maternidad?

-Es interesante que Anses exija el certificado de vacunación para que las mamás cobren el plan por hijos. Al principio a las mamás les costaba, pero ahora vienen y cumplen. Es un requisito controlar al niño y que las vacunas estén al día, para que le firmen en la escuela y en la parte pública.

Despenalización del aborto

-¿Qué es lo que se viene en vacunación en la ciudad?


-Vamos a tener una campaña muy importante en septiembre vacunando contra el Sarampión y la Rubiola. Esperamos que la gente asista como hasta ahora.

-La pregunta más difícil de todas, Alicia ¿qué pensás del debate por la despenalización del aborto?

-Escucho a mis colegas pero me guardo mi opinión. Me da un poco de miedo decir lo que pienso en mi corazón. Siento que te caen encima. Yo creo que la vida, cuando empieza, ya no tiene vuelta atrás. Y que siempre hay una solución antes de quitar la vida. 

-¿Cómo es esto?

-He escuchado a colegas obstetras hablar de bebés no deseados, de chicas embarazadas por violaciones. Y es algo muy duro y comprensible. Pero después de 38 años de médica y de haber visto a tantas mujeres que no pueden quedar embarazadas y hacen cola durante años para recibir un niño, o después de ver una mamá de Villa María que adoptó cinco chicos en el norte, cuesta muchísimo analizar lo otro. 

-¿Cuál es la solución?

-Yo creo que Dios siempre pone una solución para toda mamá que no quiere a su bebé. Pero bueno, yo soy creyente... Por suerte no soy obstetra y no me van a poder obligar a que haga un aborto. Hay amenazas para que lo hagan si se aprueba la ley, por más que contravenga el juramento hipocrático. Pero en esto hay un tremendo contrasentido...

-¿Cuál es?

-Que viene de aprobarse una ley de género donde dos personas del mismo sexo se pueden casar. Y esas personas no van a poder tener hijos biológicos. ¿No sería mejor dar en adopción a esas parejas los niños no deseados? ¡Qué mejor que los críen con amor! Pero esta es mi opinión y no me la enseñó la ciencia, me lo enseñó mi madre.

Iván Wielikosielek. Redacción Puntal Villa María.

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