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Si por sequía la soja rinde 20% menos, el productor pierde la renta pero el Estado se lleva US$ 560

Es el valor calculado sobre una hectárea. El año pasado el rinde promedio se ubicó en 28 quintales, que hoy le dejarían casi 96 dólares de renta al agricultor. La Niña, clave en la ecuación

¿Qué probabilidad hay de que la Niña continúe dominando el contexto climático y los efectos negativos que ya dañaron las expectativas productivas del trigo comiencen a ser defiitivos también en la gruesa, que por la sequía sigue demorada?

Luego de dos ciclos de déficit hídrico, el tercero podría ser letal para los productores y las arcas del país, sin embargo los primeros la tendrían aún más difícil. Según un informe realizado por el exvicepresidente de CRA y exsecretario de Valor Agregado de la Nación, Néstor Roulet, si en soja hay una merma del 20% sobre el rinde por hectárea de la campaña pasada -un pronóstico posible dado el contexto climático- el productor perdería toda la renta, sin embargo el Estado se llevaría unos 560 dólares por cada hectárea debido al cobro de las retenciones que se aplican sobre el valor bruto de la producción y no sobre la rentabilidad.

“¿Y si por la sequía rinde un 20 % menos?: Suponiendo un rinde de un 20% menor al promedio de la campaña anterior (22 quintales por hectárea), a causa de la sequía pronosticada por el evento climático de la “Niña”, mientras el Estado va recaudar alrededor de US$ 560 por hectárea al productor no le queda nada”, explicó en su trabajo el productor de la zona de Canals.

En esa misma línea agregó que en ese caso quedaría “plata solo para los gastos y el Estado: en este año con alta probabilidad de sequía, donde el productor invierte US$ 542 por hectárea entre costos directos e indirectos (sin contar el costo oportunidad de la tierra, que a un valor de US$ 12.000 la hectárea sería otros US$ 360 por cada una) el resultado final es negativo, mientras el Estado se lleva el 50% de dólares que ingresan al país por una hectárea de soja”, explicó.

Y sumó: “Si al análisis lo hacemos a nivel país donde la intención de siembra es de 16,7 millones de hectáreas, el Estado se queda con U$S 9.362 millones de los U$S 18.737 millones que ingresarán al país por el cultivo de la soja”.

Pero el informe plantea también el escenario que seguramente muchos querrían alcanzar en este contexto, que es igualar la performance de la campaña 2021/22.

En ese caso, Roulet indicó que “teniendo en cuenta un rinde promedio para la próxima campaña igual al de la campaña anterior (28 quintales por hectárea), el Estado (nacional, provincial y municipal), se quedaría con US$ 723 por hectárea, mientras al productor en campo propio sumaría 95,94 dólares.

En cuanto a la participación según el ingreso de dólares al país por hectárea, Roulet remarcó que “en este caso, el Estado (nacional, provincial y municipal), se queda con la mitad del mismo (50,63 %) mientras que al productor en campo propio tan solo con el 6,73 %. Si al cálculo lo hacemos en 100 hectáreas, mientras el Estado se queda con U$S 72.302, al productor después de invertir y arriesgar le quedan U$S 9.594”, indicó.

A modo de conclusión, el exdirigente agropecuario destacó que “si se cumplen los pronósticos climáticos de menores precipitaciones por el fenómeno de la Niña para fines del 2022 y principio de 2023, con seguridad la producción en la nueva campaña 2022/23 sufrirá una merma considerable si la comparamos con el rendimiento promedio de 28 quintales por hectárea de la campaña 2021/22. En este caso y suponiendo un 20 % de merma del rendimiento promedio, la inversión hecha por la producción por hectárea (524,81 U$S/ha) se la queda prácticamente el Estado mediante la presión impositiva (560 U$S/ha)”, señaló el productor de Canals.

Por último, al cierre del trabajo, el exfuncionario nacional destacó que “esto se debe básicamente a que la mayor parte de esta presión impositiva (66 % del total), se debe a un tributo sobre los ingresos brutos (retenciones) distorsivo, que genera que a pesar de que el productor no tenga rentabilidad, el Estado se queda con el 50% de los ingresos”, concluyó.