Quien reflexiona respecto de la foto tomada por estos días en la cárcel de barrio San Martín, de la capital provincial, es el actual diputado nacional Carlos Gutiérrez, quien en los tiempos de la dictadura estuvo preso en ese mismo lugar que hoy está próximo a convertirse en un espacio público.
Y aclara que cuando se refiere a “revancha” no habla de “revanchismos”, ni de “venganza”, sino de la posibilidad de poder decir hoy: “éso que estaba tan mal, lo pudimos revertir con la democracia”.
“Y también la posibilidad de poder decir que ésa cárcel, que era literalmente un campo de concentración, hoy se transforma en un espacio público”, sostiene Gutiérrez en diálogo con Puntal.com.ar.
“Esos muros representaban la diferencia entre la vida y la muerte, nada más ni nada menos”
Gutiérrez trae a colación escalofriantes recuerdos que tuvieron por protagonistas a vecinos de esta ciudad que en aquellos tiempos se encontraban presos de la dictadura.
“En ese patio lo mataron al flaco (Enrique) Bauducco, de Río Cuarto. En ese patio lo estaquearon al turco (René) Moukarzel, le tiraron agua helada en pleno invierno hasta que se murió. A ese patio lo sacaron al “Pato” (José) Svagusa y lo mataron, lo fusilaron en un puente”, enumera entre lo crudos episodios que se suscitaron en ese recinto.
Gutiérrez estuvo en la cárcel de barrio San Martín desde inicio de 1978 hasta el 27 de octubre de ese año, justo el día de su cumpleaños, para ser trasladado ese día a la ciudad de La Plata. “Nos trasladaron a La Plata con las manos atadas con alambre de púa y encapuchados. Son cosas muy fuertes y hoy, ver esa imagen, dice mucho más que mil palabras”, expresa.
“Nosotros estuvimos en esa cárcel con toda la causa mía hasta el período en el que nos hicieron el Consejo de Guerra a mí y a muchos otros riocuartenses. Allí me condenaron a 18 años de prisión y luego la Corte Suprema, de la mano del abogado Reinaldo Vanosi (de extracción radical) e instado por el senador Maun (también radical), tuvieron el valor de defendernos en plena dictadura”, reconoce el diputado.
Y agrega: “En ese período nos llevaron a Córdoba desde la cárcel de Río Cuarto para iniciarnos el Consejo de Guerra que terminó en las condenas, y en mi caso, apelamos. Mi caso fue el primer Consejo de Guerra, allá por fines de 1981, cuando la dictadura estaba en retroceso, y el fallo en contra de los militares ordenó que la causa tiene que ser llevada adelante por la Justicia federal. Ahí me vuelven a traer, me juzga la Justicia Federal y salgo libre de culpa y cargo”.
“Esa fue la razón por la que estuvimos todos esos meses, prácticamente un año, en esa cárcel de San Martín. Ahí convivimos nosotros en un pabellón de máxima seguridad con el grupo de rehenes que (Luciano Benjamín) Menéndez llevó a Córdoba porque se venía el Mundial de fútbol, entre los que estaba el ahora ministro Ricardo Sosa. Él (Sosa) había pasado por la cárcel de San Martín, lo habían llevado a Sierra Chica y de Sierra Chica lo seleccionaron como uno de los señalados de las organizaciones. Por eso a Sosa lo llevaron al ala del pabellón justo enfrente del pabellón que estábamos nosotros esperando el juicio del tribunal militar (Consejo de Guerra) y fue ahí que me reencontré con Sosa”.
Gutiérrez comenta que salió de La Plata a principios del ’82, con el fallo de la Corte Suprema de Justicia, pasó a Coordinación Federal y desde allí a Río Cuarto, con la orden del Juzgado Federal, quedando libre de culpa y cargo.
Volviendo a las fotografías que muestran a Ricardo Sosa derrumbando con un mazazo los muros de la cárcel donde atravesaron durísimos episodios, reflexiona: “Viendo esas imágenes, justo en el marco de la Semana de la Memoria, me genera que en el túnel del tiempo lo importante termina siendo siempre tratar de reconstruir el sentido de humanidad. La vida, como muchas veces te pone en situaciones límites, también a veces te da revancha, y vuelvo a decir que no se trata de venganza”.