“Me di cuenta en el acto que algo grave había sucedido cuando sentí el impacto. Está claro que el golpe fue fuerte, porque me rompió todo”, relató Braian, quien permanece bajo controles médicos a la espera de una cirugía. “Creo que me van a operar la semana que viene y la recuperación tardaría como seis meses”, agregó.
El propio jugador recordó cómo ocurrió la desafortunada acción: “Gonzalo Bertola tira de taco, yo la recibo, quiero darme vuelta, tiro un caño y dejo el pie zurdo de apoyo. Lo dejo duro, y el hombre ese me llevó con pelota y todo. Ahí, cuando me golpea, al toque me di cuenta que me quebró, porque no sentí más el pie, sentí como hormigas, y no podía moverlo”.
El médico que lo atendió en primera instancia confirmó la gravedad del cuadro. Según explicó Braian, “me dijo que fue una patada de mala leche, porque no me puede pegar de esa forma y menos de atrás; fue muy alevosa”. Sin embargo, el propio jugador prefirió no juzgar: “Yo no sé si fue de mala leche, te digo la verdad, estaba muy nervioso cuando me golpeé y no me acuerdo muy bien de las cosas”.
Soto, que se desempeña como delantero, tenía planificado incorporarse en diciembre a las divisiones juveniles de Belgrano de Córdoba, con la ilusión de comenzar una nueva etapa profesional en 2026. “En diciembre tenía todo acordado para jugar en Belgrano, pero bueno, son momentos que uno pasa y hay que ser fuerte, tener mente positiva y darle para adelante”, expresó con madurez y esperanza.
El joven futbolista reconoció que las horas posteriores al accidente fueron difíciles: “Lloré mucho, me calmaron en Cabral, pero de noche no puedo dormir ni nada”. Sin embargo, no se deja vencer por la adversidad: “Como dice el dicho, Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros. Hay que darle para adelante, volver con todo y con fe”.
La lesión de Braian Soto dejó un sabor amargo en la victoria de Atlético Ticino por 3 a 1 sobre Unión Social de Alto Alegre. El club y sus compañeros acompañan de cerca su evolución, mientras la comunidad futbolera regional expresa su apoyo al joven que sueña con volver a las canchas y cumplir el anhelo que, aunque postergado, sigue intacto: vestir la camiseta celeste de Belgrano.
