El coordinador de la Tecnoteca, Ariel Vottero, contó que hasta el momento llevan entregadas siete prótesis de manos y brazo en total: cuatro a personas de Villa María y la zona y otras tres para gente de Córdoba. Explicó que trabajaron en proyectos de manos y brazos prostéticos, pero que están analizando e investigando si es factible hacer otro tipo de prótesis.
Comentó además que a fines de 2014 recibieron la primer impresora 3D, y que no fue hasta varios meses después de adquirida que el equipo técnico comenzó con los proyectos de impresión de prótesis de manos.
A principios de 2017 incorporaron una nueva impresora, más grande, con la que pudieron comenzar a trabajar con brazos prostéticos.
El coordinador del espacio hizo hincapié en la importancia del equipo técnico que trabaja en los proyectos sobre impresiones en 3D, y que además están encargados de todos los talleres de robótica de la Tecnoteca, de la parte de informática y preparan y organizan toda la actividad de la sala.
Al equipo lo conforman Gustavo Cierra, que realiza la investigación; Emanuel Alasia, que desarrolla el diseño en computadora; y Marcelo Ghezzi que se encarga del ensamblado de todas las partes, y además todo el proyecto.
“Todo lo que sea prótesis no tiene ningún costo porque el Municipio se hace cargo de todo”, dijo Vottero, y aclaró que para cualquier otro proyecto particular que pese más de 200 gramos se pide que lleven un rollo de filamento con el que funciona la impresora, el cual no es muy costoso.
Además, puntualizó que si bien el costo de los materiales es bajo (el kilo de filamento dijo estar cerca de los $500), el tiempo que lleva trabajar en el proyecto desde el primer momento hasta la entrega del mismo es mucho (puede durar meses). Y aquí resaltó el trabajo en conjunto del equipo técnico y la persona beneficiaria: quien vaya a usar la prótesis tiene voz y voto, opinará sobre todo por el diseño, el tamaño y los colores de su prótesis. En primera instancia, sin embargo, se le explica al beneficiario para qué le servirá la prótesis, y esto es porque no quieren “generar falsas expectativas a la persona, porque la mano le va a permitir muchas cosas pero no le va a solucionar todo”, indicó Vottero.
Las impresoras 3D tienen una gran demanda porque se hacen desde prótesis, hasta algún repuesto de lavarropa, un llavero como producto de los talleres que dictan en Tecnoteca, o hasta elementos como tesis final de alumnos terminando sus estudios.
Cómo empezó todo
Vottero recordó el inicio de la impresión de prótesis: la máquina llegó en un principio como herramienta educativa para los talleres de robótica, a finales de 2014. Mientras que el equipo técnico investigaba qué otras cosas podrían hacerse con ella, en medios nacionales se publicó que en Buenos Aires alguien había hecho la primera prótesis impresa en 3D.
Un vecino de la ciudad vio la noticia y se enteró que hacía poco la Tecnoteca había adquirido una de esas máquinas. El vecino, quien había perdido la mano en un accidente de campo a los dos años, incentivó al equipo de la Tecnoteca y ayudó a acelerar el proceso.
Fue la primer mano prostética que entregó la Tecnoteca. Luego de este primer caso, recibieron cerca de 80 pedidos de prótesis de todo el país, las que pudieron responder sólo algunas ya que contaban con una impresora y por el tiempo que demanda.
A su vez, a principios del año pasado la Tecnoteca recibió una máquina nueva y más grande, lo que les permitió poder imprimir brazos prostéticos, ya que hasta el momento sólo podían hacer solo manos.
Lara Martínez Bollo. Redacción Puntal Villa María.
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A principios de 2017 incorporaron una nueva impresora, más grande, con la que pudieron comenzar a trabajar con brazos prostéticos.
El coordinador del espacio hizo hincapié en la importancia del equipo técnico que trabaja en los proyectos sobre impresiones en 3D, y que además están encargados de todos los talleres de robótica de la Tecnoteca, de la parte de informática y preparan y organizan toda la actividad de la sala.
Al equipo lo conforman Gustavo Cierra, que realiza la investigación; Emanuel Alasia, que desarrolla el diseño en computadora; y Marcelo Ghezzi que se encarga del ensamblado de todas las partes, y además todo el proyecto.
“Todo lo que sea prótesis no tiene ningún costo porque el Municipio se hace cargo de todo”, dijo Vottero, y aclaró que para cualquier otro proyecto particular que pese más de 200 gramos se pide que lleven un rollo de filamento con el que funciona la impresora, el cual no es muy costoso.
Además, puntualizó que si bien el costo de los materiales es bajo (el kilo de filamento dijo estar cerca de los $500), el tiempo que lleva trabajar en el proyecto desde el primer momento hasta la entrega del mismo es mucho (puede durar meses). Y aquí resaltó el trabajo en conjunto del equipo técnico y la persona beneficiaria: quien vaya a usar la prótesis tiene voz y voto, opinará sobre todo por el diseño, el tamaño y los colores de su prótesis. En primera instancia, sin embargo, se le explica al beneficiario para qué le servirá la prótesis, y esto es porque no quieren “generar falsas expectativas a la persona, porque la mano le va a permitir muchas cosas pero no le va a solucionar todo”, indicó Vottero.
Las impresoras 3D tienen una gran demanda porque se hacen desde prótesis, hasta algún repuesto de lavarropa, un llavero como producto de los talleres que dictan en Tecnoteca, o hasta elementos como tesis final de alumnos terminando sus estudios.
Cómo empezó todo
Vottero recordó el inicio de la impresión de prótesis: la máquina llegó en un principio como herramienta educativa para los talleres de robótica, a finales de 2014. Mientras que el equipo técnico investigaba qué otras cosas podrían hacerse con ella, en medios nacionales se publicó que en Buenos Aires alguien había hecho la primera prótesis impresa en 3D.
Un vecino de la ciudad vio la noticia y se enteró que hacía poco la Tecnoteca había adquirido una de esas máquinas. El vecino, quien había perdido la mano en un accidente de campo a los dos años, incentivó al equipo de la Tecnoteca y ayudó a acelerar el proceso.
Fue la primer mano prostética que entregó la Tecnoteca. Luego de este primer caso, recibieron cerca de 80 pedidos de prótesis de todo el país, las que pudieron responder sólo algunas ya que contaban con una impresora y por el tiempo que demanda.
A su vez, a principios del año pasado la Tecnoteca recibió una máquina nueva y más grande, lo que les permitió poder imprimir brazos prostéticos, ya que hasta el momento sólo podían hacer solo manos.
Lara Martínez Bollo. Redacción Puntal Villa María.