El papa Francisco renovó ayer sus críticas a los "brutales ataques" lanzados sobre Ucrania desde el inicio de la invasión rusa a fines de febrero y pidió "paz" para Sri Lanka y Libia, donde se registraron tensiones políticas y sociales.
"Renuevo mi cercanía al pueblo ucraniano, cotidianamente atormentado por los brutales ataques que caen sobre la gente común", dijo el pontífice al rezar el angelus desde el Palacio Apostólico del Vaticano.
"Rezo por todas las familias, especialmente por las víctimas, los heridos y los enfermos. Que Dios muestre el camino para poner fin a esta guerra insensata" en Ucrania, pidió Jorge Bergoglio, en un nuevo reclamo para que cese el conflicto.
En su mensaje a los fieles, el Papa se unió también "al dolor del pueblo de Sri Lanka, que continúa sufriendo los efectos de la inestabilidad política y económica", tras las revueltas que incluyeron en las últimas horas la toma de la residencia presidencial del país.
"Junto a los obispos del país, renuevo el pedido por la paz e imploro a los que tienen autoridad que no ignoren el grito de los pobres y las necesidades de la gente", agregó el Papa sobre la nación asiática.
Francisco planteó, por otro lado, su recuerdo "del pueblo de Libia, de todos los que sufren a causa de graves problemas sociales y económicos" en el país africano.
En ese marco, se mostró a favor de "soluciones convincentes con ayuda de la comunidad internacional".