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Los vinilos no pasan de moda y la ciudad tiene muchos aficionados

Los coleccionistas y fanáticos de lo retro hacen que los discos de vinilo sigan teniendo un gran atractivo para los amantes de la música y en ese sentido Villa María no es la excepción. Dónde se consiguen y el porqué de la pasión

Más vigente que nunca. Los discos de vinilo están teniendo un sorprendente auge y las ventas son cada vez más grandes. Más allá de las nuevas tendencias y alternativas que tienen a la música por streaming liderando la escena, los discos matienen su fuerte presencia entre los amantes del buen sonido.

En ese sentido, Villa María no es la excepción.

Impulsado por coleccionistas y aficionados nostálgicos, el furor por los discos va creciendo. Los ingresos de los discos físicos ya habían empezado a superar a los de los CD en el año 2020.

según el último informe de la Recording Industry Association of America, los consumidores compraron 41 millones de unidades de vinilo el año pasado, frente a 33 millones de CD.

Puntal Villa María recorrió una disquería icónica de la ciudad y también dialogó con aficionados locales que explicaron el porqué de esta pasión.

Lucas Vizueta está a cargo de FM Musical, ubicada en calle General Paz 31, frente a Plaza Centenario. En 2023 la disquería cumplió 52 años. Alberto, su papá, es el dueño original de la misma.

“La movida no para de crecer en todo el mundo y Villa María no es la excepción. Hay mucha gente que consume el vinilo con distintos objetivos, algunos para redescubrir la música y volver a poner como prioridad la idea del álbum como lo piensa el artista, otros por una cuestión de nostalgia y otros porque realmente aprecian la calidad sonora que tiene el formato físico cuando uno tiene un buen equipo para escucharlos.

-¿Cómo se adaptó la disquería a este renacer musical?

- Al principio no fue fácil, ya que la clientela era poca y no se conseguía tanto material, pero con el tiempo, cuando la gente empezó a mostrar entusiasmo y que no era solo una moda pasajera, el formato se empezó a fabricar otra vez en el país y la importación de discos se hizo más grande, por lo que la oferta creció mucho más. En mi caso, empecé invirtiendo de a poco, con unos 10 o 15 discos pero después la misma demanda de la gente me fue llevando a traer cada vez material y hoy en día hay más de 300 discos en las bateas y todas las semanas llegan más.

“Este mes, como todo, hubo un aumento grande de precios, pero promedio están entre $15.000 los simples y $25.000 los dobles. Igual hay algunos más baratos y otros más caros”, cuenta Lucas.

-¿Qué es lo que más se vende?

- Principalmente todo lo que es rock, tanto nacional como internacional. Y sobre todo las bandas clásicas que nunca pasan de moda. Aunque es cierto que hoy en día los artistas nuevos también sacan sus discos en vinilo y a muchos les va muy bien también.

“Así como el vinilo revivió un poco esta idea de escuchar los álbumes como fueron concebidos, los CD también se vieron beneficiados con esta movida, porque la gente volvió a revalorizar el formato físico como tal y en algunos casos, al ser más baratos que el vinilo, el que colecciona discos no tiene problemas en tener un mix de ambos formatos. Sin ir más lejos, ahora también empezaron a reeditarse cassettes, aunque todavia son pocos, pero ahí están también porque tienen su público.

-¿Qué creés que busca el aficionado al vinilo?

-El ritual de sacar el vinilo, ponerlo en la bandeja y sentarse a escuchar "ese" disco, no lo cambia por nada. Tener el disco en la mano, ver el arte de tapa. Es una experiencia en sí misma, un cable a tierra. Después, si tenés una buena bandeja y unos buenos parlantes, el sonido es otro. Tiene más fidelidad: vas a apreciar cada instrumento que está sonando y la diferencia entre los graves y los agudos es mucho mayor.

“En el local todas las semanas hacemos entre uno y tres pedidos. Traemos discos nuevos tanto en vinilo como en CD y reponemos mercadería. Trabajamos con todas las grandes distribuidoras del país y también con algunas más pequeñas. En general conseguimos material de todo lo que nos piden, aunque como no somos importadores directos, hay cosas que se nos complica más conseguir.

- ¿Creés que es algo que va a seguir creciendo o no?

-Creo que hay margen para que siga creciendo porque hay un entusiasmo que va más allá de las edades. Al local vienen tanto pibes como gente más grande a comprar. Hay chicos que no vivieron la época de oro del formato y así y todo lo adoptaron como hobby y compran discos. La cuestión obviamente pasa por la economía de la gente, ya que no deja de ser un producto que no es esencial para vivir el día a día, pero creo, que mientras se pueda mantener una cierta lógica de precios, hay un público muy fiel y deseoso de tener una colección de discos en casa.

Aficionados locales

Matías, de barrio Lamadrid, tiene su espacio como santuario musical. “Hace unos 15 años empezaron a aparecer en algunos mercados sobre todo de compra y venta “como mercancía desechable”. Compré varios en función a un futuro acceder nuevamente a una bandeja, pasó el tiempo y hace unos 10 años que se volvió a fabricar, que sobre todo las bandas de rock volvieron a largar sus álbumes en formato vinilo y ahí comenzó toda la locura de comprar”. Además contó: “La mayoría de los consumidores de discos en vinilo compramos por internet; si bien en la ciudad hay varias disquerías que trabajan muy bien, el uso de las redes cada día hay más sellos, páginas, disquerías virtuales que venden a todo el país y el mundo los discos”.

Este fanático también puntualizó: “Lo mismo está pasando con el cassette, muchas bandas y hasta sellos se dedican a sacar música en cassette nuevamente. Dato de color: hasta hicimos un grupo de WhatsApp, ‘Vinilos Villa María’, donde compartimos los discos que compramos y ofertas (risas)”.

Sobre la pieza más preciada de su colección, dijo: “Tengo discos de los Redondos que, al no ser reditados desde esa época, cada uno en un mercado de vinilos debe estar unos $30.000, pero la gran parte de mi colección son discos de punk y metal y no sé si rareza pero por ejemplo tengo 2 ediciones del segundo disco de Violadores, una, de época cuando salió y la nueva, tengo 2 ediciones de ‘Dulce Navidad’ de Ataque 77 de época, que solo cambia la tapa de disco”.

En el mismo sentido, Marcos, de barrio Ameghino, expresó: “Empecé a fines de 2017, de todos modos en mi casa de niño había pero se rescataban pocos. Con el tiempo me motivó mucho cuando empezaba con mi colección heredar muchos vinilos de época, de rock, de un compañero de trabajo que era de Buenos Aires, ‘Ricardito’, fana de los Stones, me dio Led Zeppelin, Charly García y Kiss”.

Sobre su álbum más preciado, Marcos mencionó: “Alguno de Charly García, edición original, que suenan rebién, ‘Yendo de la cama al living’, puede ser”.

Gustavo “Tuta” Torres también contó su pasión por los discos. “Desde toda la vida en mi casa hubo Tocadisco Combinado el famoso ‘Winco’, vivíamos con mi abuelo, que era músico; los vinilos, siempre presentes”.

“En Villa María contamos con varias disquerías. Hoy conseguimos todo lo que buscás y si no cuentan con el material te lo consiguen (a finales de los 80 íbamos hasta Córdoba a la disquería Del Perro) para poder bucar lo que nos gustaba”.

Además agregó: “Hay bastante gente melómana en la ciudad y no solo coleccionista de vinilos, también muchos CD y cassettes y lo que me gusta es que hay muchos pibes, eso está bueno”.

Para finalizar, contó: “Uno de mis vinilos más valorados es el primer disco de Bowie, es una edición rara, es tapa ‘gatefold’, doble con un vinilo grabación mono y el otro en estéreo (regalo de mi hija)”.

Villa María, vinilo. A conocerla.