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Crónica de un mediodía trágico en la penitenciaría villamariense

De acuerdo con el resultado de la autopsia, en principio Carlos Otín habría muerto a causa de lesiones producidas por palos y ladrillos. Por su parte, su hermano sufrió una herida cortopunzante en la mano

Carlos Alberto Otín, de 37 años, murió. Su deceso se produjo apenas pasada la medianoche del lunes en el Hospital Pasteur, después de que fuera víctima, en el Establecimiento Penitenciario N°5 de Villa María, de un episodio que dejó, ante todo, interrogantes.

Él interno se encontraba con un coma irreversible en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del nosocomio de barrio Ramón Carrillo, y debido a la gravedad de sus lesiones —traumatismo de cráneo con doble hematoma subdural— no pudo ser intervenido quirúrgicamente.

En tanto, su hermano Juan Javier, como consecuencia de la gresca, solamente sufrió heridas leves y fue asistido en la misma cárcel. Asimismo, fue trasladado a la cárcel de Bouwer.

Esbozo de una muerte que debió ser evitada

El penal local se caracteriza, principalmente por poseer un diseño antiguo que contrasta, por ejemplo, con el del Complejo Carcelario “Reverendo Francisco Luchesse”, más conocido como Bouwer.

Los pabellones son espacios que, a sus costados, tienen las respectivas celdas. Éstas pueden ser para uno o dos internos y, en otros casos, para cuatro. Las mismas cierran sus puertas a las 22 y vuelven a ser abiertas a las 6 para el recuento.

El pabellón 6. Ése fue el lugar que, el mediodía del lunes, se convirtió en un escenario donde la violencia fue un grito confuso que terminó, horas después, con la muerte de Carlos.

En principio, el pabellón 6 pertenece a aquellos que fueron diseñados en los inicios. Y es por eso que, al parecer y de acuerdo a los datos recolectados por PUNTAL VILLA MARÍA, hay aproximadamente 20 celdas en las que entrarían 2 reclusos en cada una.

40. La cifra representa el total de internos que habría en el pabellón. Y, a la vez, en correspondencia con lo manifestado por fuentes con las que dialogó este matutino, una parte importante de los 40 habría atacado a los hermanos Otín.

Hay cámaras de seguridad pero aún no se pudieron conocer las identidades de todas las personas involucradas en el hecho. Sin embargo, los dispositivos, según se supo, muestran a una considerable cantidad de sujetos en la riña.

Y las dudas continúan. El mismo lunes, al quedar la condena firme —aspecto que se explicará a continuación—, los hermanos Otín fueron trasladados desde el sector de los procesados hacia la zona donde están los condenados. Es aquí cuando aparecen versiones encontradas. Mientras desde algunos sectores se indicó que, al momento de ejercer el traslado se les preguntó a los Otín si tenían problemas o conflictos con algún individuo de ese pabellón, otros, en contrapartida, manifiestan que estos dichos son falsos.

Avanza la investigación

“Homicidio en riña” sería la calificación legal del acontecimiento. Además ya hay cinco identificados y podrían ser 10 más los sujetos que faltan reconocer y que también, de acuerdo a las filmaciones,  forman parte del contingente que intervino en la contienda fatal que se desarrolló en la cárcel. En este punto es adecuado recordar que la investigación está siendo llevada a cabo por la Fiscalía de Instrucción de Segundo Turno, que está a cargo de Juliana Companys.

Los elementos utilizados en la pelea

Este diario también pudo saber qué elementos fueron utilizados en el suceso a partir de los resultados que figuran en la autopsia.

Dos golpes en el cráneo y una cantidad innumerable de contusiones en el cuerpo constituirían la causa eficiente de la muerte de Carlos. Y no sólo eso, sino que esas lesiones fueron producidas por el uso de palos y ladrillos —que son empleados por los internos para calentarse—. En este sentido es importante resaltar que no fue lastimado  con ningún tipo de arma blanca.

Por otra parte, un objeto cortopunzante fue el elemento con el que hirieron en la mano a Juan Javier quien, según trascendió, dijo que no se trató de un cuchillo común, sino de un arma tumbera.

¿Quién es Carlos Alberto Otín?

Cuando se habla de los Otín, en el pasado reciente es inevitable retrotraerse a lo que ocurrió en los Tribunales locales, en marzo del corriente, en una audiencia que se realizó por jurado popular y en la que se conocieron 21 hechos delictivos como “homicidio en grado de tentativa”, “abuso de arma de fuego”, “amenazas calificadas”, “coacción”, “robo”, “lesiones graves” y “encubrimiento”, que se encontraban distribuidos en ocho piezas acusatorias.

Maximiliano Mercado. Tan sólo mencionar ese nombre nos lleva a lo ocurrido en febrero de 2016, cuando él (Maximiliano) fue baleado.

Mauro Leonel Sandoval, Darío Eloy Ruiz, Juan Otín, Carlos Otín, Brian Cáceres y Pablo Mercado son también otros nombres de quienes, en ese momento, estuvieron presentes en la Cámara del Crimen.

De todos ellos —quienes confesaron y recibieron sus respectivas sentencias—, a partir de lo relatado, es importante detenerse en los hermanos. 

Mientras Juan fue condenado a 6 años de prisión por dispararle al exboxeador Diego “Rocky” Giménez, Carlos recibió una sentencia de 3 años por un enfrentamiento en el que utilizó armas de fuego.

En 2015, tres años atrás, Carlos también estuvo involucrado en otro hecho que es pertinente recordar. En el barrio San Nicolás, en calle Concejal Pierantonelli, debió ser asistido por Bomberos Voluntarios de la ciudad porque recibió un disparo y sufrió heridas en el hemitórax derecho.

Antecedente

Lucas Ariel Otín. Hermano de Carlos. 31 años. Mayo de 2017. Cárcel de Cruz del Eje. Esos datos sirven para recordar lo que sucedió en otro violento episodio que se registró en el penal del norte cordobés, cuando fue asesinado.

En 2011, Lucas recibió una condena por ilícitos cometidos en 2010. Estaba cumpliendo su sentencia en la cárcel villamariense pero por problemas de conducta fue trasladado al penal de Cruz del Eje. 

Fue allí que, lamentablemente, encontró la muerte a mano de otros presos, quienes le dieron siete puñaladas.

Incógnitas

Resta esperar y estar atentos a los avances que se registren en la investigación para que las incógnitas terminen de despejarse. Pero urge, por el contrario y mientras tanto, preguntar. Preguntar.



Franco Gerarduzzi.  Redacción Puntal Villa María

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