El acampe frente al Municipio lleva 21 días. El grupo, denominado “Familias villamarienses luchando por un sueño”, asegura que “no se levantará hasta que haya respuestas” de las autoridades comunales.
A 21 días del inicio de la protesta, las familias convocaron a los medios de la ciudad para exponer la situación.
“No queremos que nos regalen nada, sino que nos faciliten las cosas”, afirmó María Soledad Araujo, una de las integrantes.
Dijo que ellas representan a 40 familias, todas de clase media-baja que no pueden acceder a un terreno o un crédito hipotecario.
“Estábamos cansadas de venir a la dirección de Viviendas y que siempre nos tuvieran con vueltas. Hay compañeras que hace del 2000 que están anotadas y nunca acceden a una casa por distintos motivos. Nosotros no queremos que nos regalen nada, ni el acampe es una extorsión, sino que se nos tenga en consideración. Queremos llegar a un acuerdo por las tierras que el Municipio tiene”, aseveró Araujo.
En este marco, la mujer opinó que el PASU III, una de las propuestas que formularon las autoridades comunales, “no sirve para personas de clase media-baja”.
“Les pedimos terrenos o tierras a un precio accesible de acuerdo a la economía de cada una de las familias. Nosotros somos todos trabajadores, hay gente que tiene comercios, otros son colegiadas, diseñadores gráficos, albañiles, pintores, tapiceros. Somos todos trabajadores, una clase media que quizás no tiene recibo de sueldo o tiene un monotributo que no le permite acceder un crédito bancario”, explicó.
El presidente del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV), Pablo González, dijo semanas atrás que las mujeres rompieron el diálogo y sin mediar comunicación instalaron las carpas.
“Tres meses antes de acampar veníamos prácticamente todos los días -le respondió Araujo-. Yo hace 14 años que estoy anotada en el área de Vivienda y siempre dicen mentiras. Lo último que nos manifestaron fue que nos pondrían en un padrón diferenciado, en el cual queremos pagar pero no cumplimos con el requisito de la entrega del 40% del valor del terreno. Y eso tampoco cumplieron”.
Y agregó: “Yo sé que es muy desgastante, pero hay que luchar. La tierra es un derecho. Nosotros queremos un terreno, nada más. No queremos que nos regalen nada, sino que nos faciliten las cosas”.
Por su parte, Eliana Galfione recordó que en las dos reuniones con el Municipio no se alcanzó un acuerdo y, en efecto, sostendrán el acampe “hasta que sea necesario”.
“No vamos a levantar el acampe hasta que nos den un respuesta, así tengamos que estar hasta el verano. El frío es muy duro y con los pequeños mucho más”.
Galfione descartó nuevos cortes de calles. “Nuestra idea no es molestar a los vecinos que están trabajando, sino que el Municipio nos escuche. Ahora hemos hecho volantes y los vamos a repartir”, concluyó.
Martín Alanís
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“No queremos que nos regalen nada, sino que nos faciliten las cosas”, afirmó María Soledad Araujo, una de las integrantes.
Dijo que ellas representan a 40 familias, todas de clase media-baja que no pueden acceder a un terreno o un crédito hipotecario.
“Estábamos cansadas de venir a la dirección de Viviendas y que siempre nos tuvieran con vueltas. Hay compañeras que hace del 2000 que están anotadas y nunca acceden a una casa por distintos motivos. Nosotros no queremos que nos regalen nada, ni el acampe es una extorsión, sino que se nos tenga en consideración. Queremos llegar a un acuerdo por las tierras que el Municipio tiene”, aseveró Araujo.
En este marco, la mujer opinó que el PASU III, una de las propuestas que formularon las autoridades comunales, “no sirve para personas de clase media-baja”.
“Les pedimos terrenos o tierras a un precio accesible de acuerdo a la economía de cada una de las familias. Nosotros somos todos trabajadores, hay gente que tiene comercios, otros son colegiadas, diseñadores gráficos, albañiles, pintores, tapiceros. Somos todos trabajadores, una clase media que quizás no tiene recibo de sueldo o tiene un monotributo que no le permite acceder un crédito bancario”, explicó.
El presidente del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV), Pablo González, dijo semanas atrás que las mujeres rompieron el diálogo y sin mediar comunicación instalaron las carpas.
“Tres meses antes de acampar veníamos prácticamente todos los días -le respondió Araujo-. Yo hace 14 años que estoy anotada en el área de Vivienda y siempre dicen mentiras. Lo último que nos manifestaron fue que nos pondrían en un padrón diferenciado, en el cual queremos pagar pero no cumplimos con el requisito de la entrega del 40% del valor del terreno. Y eso tampoco cumplieron”.
Y agregó: “Yo sé que es muy desgastante, pero hay que luchar. La tierra es un derecho. Nosotros queremos un terreno, nada más. No queremos que nos regalen nada, sino que nos faciliten las cosas”.
Por su parte, Eliana Galfione recordó que en las dos reuniones con el Municipio no se alcanzó un acuerdo y, en efecto, sostendrán el acampe “hasta que sea necesario”.
“No vamos a levantar el acampe hasta que nos den un respuesta, así tengamos que estar hasta el verano. El frío es muy duro y con los pequeños mucho más”.
Galfione descartó nuevos cortes de calles. “Nuestra idea no es molestar a los vecinos que están trabajando, sino que el Municipio nos escuche. Ahora hemos hecho volantes y los vamos a repartir”, concluyó.
Martín Alanís