Campeón de la Copa Confederaciones del año pasado, en la que además jugó sin sus principales figuras, el conjunto teutón llegó a esta Copa del Mundo con el mote de gran candidato y, más allá de algunos escasos pasajes de juego, nunca estuvo a la altura de esa consideración.
Pero la caída alemana va mucho más allá de la de una de las selecciones con más historia en la competencia (es la primera vez que bajo esta modalidad de disputa se queda afuera de la primera fase) o del último campeón que se vuelve de forma prematura (Francia en el 2002, Italia en el 2010 o España en 2014), es la demostración de que los procesos ordenados y los trabajos a largo plazo también (obviamente en menor medida que los que están en su antítesis) se tienen que enfrentar a los imponderables que tiene el fútbol.
Hace apenas semanas, el DT germano, Joachim Löw, había renovado su contrato para dirigir su selección hasta el Mundial de Qatar 2022, para extender de esta manera un proceso que comenzó en 2006 y tuvo en el 2014 su punto máximo levantando la Copa.
Esta eliminación será una prueba de fuego para ver cómo reacciona toda la estructura del fútbol alemán y si en definitiva un resultado termina de condicionar una planificación a largo plazo o condiciona un proceso que hasta hace algunas horas parecía ser el modelo a seguir para todos.a
Se fue Alemania, nos quedamos con las ganas de ver el cruce de octavos con Brasil; pero, si bien nosotros estamos pensando en Francia, siempre es bueno que queden candidatos en el camino.
Tristán Amado Comentá esta nota Noticias Relacionadas