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Feedlots en rojo: "Producimos más novillos que los que pide la demanda"

La cámara sectorial destaca que hay un desfasaje prolongado entre el valor del ternero y el del gordo que se profundiza

Desde que el proceso inflacionario se intensificó y las restricciones del mercado cambiario se profundizaron, el negocio de los feedlots comenzó a transitar un camino sinuoso por el sostenido precio de la invernada, que para muchos productores fue una opción para preservar el valor de su dinero, y un novillo terminado que encontró al final de la cadena una demanda impactada cada vez más por la constante suba de precios de la economía. Eso llevó a que “la materia prima” del feedlot se mantuviera firme en precios mientras el producto final encontró un techo del cual es difícil moverlo salvo cuando hay más tracción en la góndola.

“En definitiva hoy producimos más novillos que los que pide la demanda”, sintetiza Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot.

En diálogo con Tranquera Abierta, el directivo recordó que “hace ya varios años que la actividad viene complicada sobre todo por la relación compra-venta, es decir lo que vale el ternero y lo que se paga el gordo. En algunos momentos del año el gordo hace un ajuste de precios y se acomoda para ese período pero en gran parte del año nos encuentra con esa relación negativa, especialmente por el sostenido precio de la invernada”, remarcó.

¿Cómo están hoy?

Cuando en marzo o abril estábamos con un buen precio para mantener un margen de rentabilidad comenzó a correr el tiempo y el valor de la invernada se mantuvo muy firme porque el productor que accede a pesos por venta de gordos o de granos encuentra en los terneros un refugio de valor, convalidando precios que no tienen relación directa con la situación del negocio.

¿Y a partir de marzo-abril?

De marzo a esta parte el valor de la hacienda terminada se mantuvo estable o bajó en una situación económica de inflación cada vez mayor, con lo cual el resto de los costos de la actividad vinculados a paritarias, combustibles, mantenimiento de maquinaria, reparaciones, alimentos, corrió como el resto de los precios del país. En definitiva el gordo perdió valor, frente a la invernada que tiene un precio muy bueno.

¿Qué pasa en los corrales frente a esta situación?

Este año nos encontramos con una ocupación importante que llegó al 71% vinculada no al negocio sino a lo climático, por la sequía y un invierno fuerte en muchas zonas que obligó a sacar hacienda de los campos y encerrarla para mantenerla. Esa ocupación, durante julio comenzó un retroceso que volvió a repetirse en los meses siguientes. Se consolida la tendencia a una caída en la ocupación de los corrales. Es una dinámica que se da todos los años pero que se acentuó algo más en esta situación.

Se vacían...

El Índice de Reposición ahora nos da 0,73, lo que quiere decir que salen más animales de los que entran a los feedlots. Eso nos va a generar a futuro una tensión entre oferta y demanda que va a existir, pero no sabemos cuándo.

Y eso va a ajustar el precio del gordo...

Debería darse en algún momento una recomposición del precio del gordo, pero que de todos modos tiene un atraso tal que debería tener un ajuste para recomponer negocio directamente. Pensemos qué bien perdió valor de marzo a esta parte en Argentina.

¿Esa situación del gordo explica que desde hace varios meses la carne en góndola casi no aumenta?

Sí, claro. Por eso tenemos la estabilidad de precios en la góndola que venimos viendo en los últimos meses.

¿Por qué pasa eso con el novillo terminado?

Es una dinámica del mercado que claramente se encuentra sobreofertado en el país, porque el consumo interno es nuestro principal motor, y se encuentra con una restricción por una pérdida de poder adquisitivo constante e importante de la gente y eso lleva a una menor demanda. Por suerte Argentina tiene carnes alternativas para sus dietas.Sumemos también una situación de mercado externo que tiene momentos de tracción importantes y otros no tanto. Especialmente China, que por ahí cierra alguna ciudad y la demanda cae, o cierra un poco la importación; también Europa o nuestra cuota 481 que se complica cada vez más y se llena el cupo en los primeros días de cada trimestre. Eso hace que haya una retracción.

En los dos mercados hay restricciones...

Claramente hay restricciones tanto internas como externas. Estamos produciendo más novillos que los que la demanda necesita hoy. Por eso es importante que la situación económica del país pueda revertirse y mejorarse. Mientras, en el largo plazo hay que ver no sólo a China en el comercio internacional sino fortalecer mercados de alta calidad también. Hay que fortalecer la producción a partir de la demanda. Si está esa demanda, vamos a poder pensar en producir novillos pesados, en tener cada vez más carne de calidad y agregar más valor a nuestros granos.

Hoy la inflación les afecta en los costos, pero por el otro lado les quita consumo, una doble llave...

La inflación claramente nos afecta en los costos y nos limita la demanda porque daña el poder adquisitivo de la gente. Pero son también momentos del año y acabamos de pasar el bache más crítico. Ahora empieza a mejorar el clima y eso mejora la demanda. Pero claramente nuestro principal comprador, que es el consumidor local, atraviesa un momento difícil.

¿Qué pasó en la ecuación económica del feedlot con el dólar soja?

Creó un diferencial para septiembre a quienes liquidan soja este mes; generó un aumento en el valor de pizarra de ese grano. De un día para el otro provocó un corrimiento de esa pizarra. Por más que la normativa establece que para el mercado interno no debería aplicarse, al igual que para los alquileres, lo que pasa en la realidad es que la pizarra marca un valor y es el usado. Los subproductos de la soja que son fuente proteica de las dietas de feedlots se vieron afectados y tuvieron subas. Entendemos perfectamente los motivos de las decisión y la necesidad de dólares, pero son medida que impactan en otros lados. Tal vez para cerdos y aves es más complejo porque son dietas más estandarizadas y no es fácil reemplazar ingredientes.Hoy hablamos de un impacto de entre 6 y 8 por ciento en el costo del alimento para nuestro sector según las cuentas que estamos haciendo con los asociados.

Los cortes de carne vacuna siguen sin mayores cambios en la góndola

En los últimos meses el precio de los cortes de carne vacuna se mantuvieron prácticamente sin cambios en el precio al consumidor y eso es parte de lo que observan desde la Cámara Argentina de Feedlot con respecto a la relación entre oferta y demanda, y a pesar de la suba constante de los costos de producción. Sin embargo, la inflación generó tanto impacto en el poder adquisitivo de los consumidores que uno de los recortes de consumo masivo más destacado fue el de la carne vacuna. Esa caída de demanda en parte explica el freno de precios.

Y no fue una excepción el mes de agosto, cuya inflación dio a conocer el Indec este miércoles y que alcanzó el 7%, marcando nuevamente un valor incluso más alto que el esperado por el mercado.

Pero además, con el rubro alimentos y bebidas subiendo algo por encima de ese promedio. En ese contexto los cortes vacunos se mantuvieron estables. De acuerdo a la base de datos del Indec, el kilo de asado se incrementó 0,3% con respecto a julio, lo mismo que la carne picada. Mientras, el kilo de paleta tuvo un alza del 0,5% y el cuadril subió 1,7%. En cambio la nalga trepó 0,8%. Dentro del mismo rubro, uno de los incrementos más notorios del mes fue el de la hamburguesa congelada que aumentó 10,4%. El pollo, en cambio, subió 3,5%; el filet de merluza fresco un 3,3% y la salchicha tipo viena, un 8,4%. Es decir, fueron excepcionales las subas por encima del índice inflacionario de las proteínas de origen animal y en ningún caso contempla a cortes vacunos frescos.

Siempre dentro del rubro alimentos, el alza más destacada de agosto fue de la cebolla con el 60% de incremento con respecto a julio. De hecho, en las verdulerías el kilo ya cuesta la mitad que el kilo de carne, una relación nunca antes vista.

Pero también la papa y la batata tuvieron un incremento superior al 30% el mes pasado, mientras el tomate redondo subió un 19,4%. Apenas por debajo de esas cifras se incrementó el aceite de girasol, en un mercado mundial muy convulsionado por la invasión rusa a Ucrania, que nuevamente dio un salto con el 18% de suba en agosto. Cómo se sabe, Ucrania es un jugador central en el mercado mundial del aceite de girasol y el impacto de la guerra con Rusia disparó los precios internacionales del grano y del aceite de girasol. Eso hizo que la superficie sembrada en Argentina crezca, aunque limitada por la disponibilidad de semillas y el clima que por ahora no acompaña.

Lo cierto es que la relación de los cortes vacunos con el resto de los alimentos se distorsionó en los últimos meses, aunque en la cadena cárnica advierten que las correcciones en esa producción se da de a saltos y no paulatinamente. Por eso, después de meses de estabilidad, habría aumentos.