Una de ellas es la porcina, que está en alerta máxima por las implicancias que podría tener para el sector el ingreso masivo de cortes de cerdo desde el exterior, especialmente de Brasil, la gran amenaza.
Primero fueron los productores y sus cámaras, luego llegaron los frigoríficos y la industria en general y finalmente se manifestó el ala académica, a través del Centro de Información de Actividades Porcinas (Ciap), integrado por representantes de las universidades nacionales de Río Cuarto, Córdoba, La Pampa, Rosario, Río Negro y Lomas de Zamora, el Inta y la Universidad Nacional de Uruguay. Se trata de una organización sin fines de lucro administrada por representantes de instituciones académicas, científicas y de desarrollo enfocada en la producción porcina. Ante la oficialización de la medida que suspende por 120 días corridos la percepción del impuesto a las Ganancias y del IVA para mercaderías importadas, el Ciap emitió un comunicado alertando sobre las consecuencias nocivas de la medida: “Esta medida no solo afectará a los productores argentinos, desde hace tiempo golpeados por los distintos acontecimientos que se han sucedido: guerra y aumento de los granos, devaluación y aumento de insumos en dólares, disminución de las ventas y consecuente caída del precio pagado en pie; sino que de acuerdo con nuestro análisis profundizará la situación distorsionando el mercado interno, ya atestado de carne ante la pérdida del poder adquisitivo y la recesión”, indicaron.
En ese sentido, el escrito destacó que “las bajas rentabilidades, de centavos por kilos, solo pueden ser soportadas por las grandes unidades de producción, desapareciendo sistemáticamente productores pequeños y medianos, familias que se afincan en el interior de las provincias productoras, fundamentalmente Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que abandonan el medio rural migrando a las ciudades, en un proceso de vaciamiento muy difícilmente reversible. En el anuario 2022 de la Secretaría de Agricultura y Ganadería se informa la disminución del 3,4% de los establecimientos con respecto al 2021, lo que significa la pérdida de 2.720 productores”, detalló el Ciap.
Competencia desleal
Y luego focalizó en la medida del Gobierno: “La competencia desleal de la importación de carne de cerdo que implica el ingreso desde países donde no solo los costos de producción son menores por la escala (Brasil, 4° productor y exportador mundial), donde además se acepta el uso de estimulantes del crecimiento prohibidos en Argentina, sino que además lo harán con exenciones de impuestos que nuestros productores sí pagan”, cuestionaron.
En el documento del Ciap se destaca además que la carne de cerdo producida en nuestro país tiene excelente calidad y su precio es siempre menor al de la carne bovina, a la cual reemplaza. Su precio está en relación con lo que se paga en pie al productor, un rendimiento de alrededor del 80% a la faena y el resto son rentabilidades que le agregan “por lo menos 3 actores más de la cadena (matarife, abastecedor y carnicero) o el supermercadismo que a veces asume más de uno de esos roles, que por supuesto ganan más que el productor mismo, que es quien asume los mayores costos (económicos y financieros) y los riesgos. Según informes publicados, se estima que el precio pagado al productor por kilo en pie se multiplica por 2,5 veces cuando llega a la góndola”, apuntó, haciendo hincapié también en el rol de los distintos eslabones de la cadena.
En esa línea se explica que “el productor recibe en el mejor de los casos hoy 1.150 pesos por kilo vivo, vale decir que un kilo de cerdo faenado salido de frigorífico tiene un costo aproximado de 2.000 pesos el kilo, con un desperdicio del 8% (cabeza, patas, manos, cuero y grasa, que podría recuperarse) para ser vendido fresco en carnicerías. El promedio de cortes tiene un valor de 4.500 pesos al público”.
Como se sabe, la porcina es una cadena de gran crecimiento en el país basado en el incremento exponencial del consumo de carne, que pasó de los históricos 8 kilos por habitante al año de comienzo de la década del 2000 a los 17 kilos actuales, lo que significó un aumento del 110%.
“Esta cadena hoy con 400 mil madres en producción y más de 8 millones de cerdos faenados, con una distribución federal de su stock, genera en su cadena más de 90 mil puestos de trabajo. Es por esto que desde el Ciap alertamos sobre el impacto negativo que tendría la apertura indiscriminada sobre esta actividad, que como expresamos genera valor agregado en origen, inversiones, puestos de trabajo, arraigo rural y desarrollo de los territorios”. Y concluyó: “Reclamamos al gobierno nacional que implemente las acciones necesarias para mitigar las consecuencias de la decisión tomada, con el fin de evitar que los pequeños y medianos productores desaparezcan del sector productivo.