Frente a los jurados expone el abogado Joaquín González, defensor del único imputado que tiene la causa, Franco Sosa, a quien se le acusa la autoría del supuesto delito de homicidio calificado por el vínculo. Ya pasaron tres días de debate y unos 19 testigos comparecieron ante los jueces y los jurados populares.
Es el momento de los alegatos y el joven jurista juega una carta que tenía guardada bajo siete llaves. González mira a los jurados y les advierte que “la verdad siempre sale a la luz”. Luego, manifiesta:“Les voy a contar esta historia. No hay que irse muy lejos, es de Río Cuarto”. En ese instante, exhibe una cartulina con una nota que publicó el medio La Voz del Interior, que se titula “Río Cuarto: el fiscal pidió prisión perpetua para Gonzalo Gambero, el papá del bebé que murió por zamarreos”. Dando continuidad a su alegato, procede a leer la bajada de la nota, que dice: “El bebé, de nombre Pedro, tenía tres meses cuando falleció en 2017. Hoy se espera el veredicto”.
Tras la lectura, se dirige a los nueve jurados que se encuentran sentados a pocos metros de distancia y les pregunta: “¿Les suena parecido?” y suma: “El fiscal pidió perpetua, el bebé murió por zamarreos y tenía tres meses”.
González cuenta que Pedro Gambero murió una tarde de agosto del 2017. También dice que el acusado despertó de una siesta y descubrió que su hijo estaba descompuesto. Menciona que el pequeño es trasladado al Hospital, donde los médicos detectaron indicios de maltrato. “¿Les suena parecido?”, vuelve a preguntar.
Siguiendo el hilo, relata que las pericias forenses dieron que el niño sufrió hematoma subdural, hemorragia de retina y edema cerebral.
Vistiendo camisa blanca, corbata negra, saco y pantalón azul, el letrado procede a agarrar la última cartulina, donde también se divisa un artículo periodístico que dice lo siguiente: “Absolvieron al padre que acusaban de zamarrear y matar a su bebé de tres meses. Gonzalo Gambero fue declarado inocente por la muerte de su hijo. La Fiscalía había solicitado prisión perpetua y la decisión fue efectuada por los jurados populares”.
Y completa: “Ahí se pudo ver la verdad, y ustedes la acaban de ver, el jurado resolvió en base a eso, fue exactamente lo mismo, lo llevan al hospital descompuesto, le diagnostican los mismos síntomas, dicen que fue maltrato, lo llevan a juicio y se le pide perpetua, la abogada de esa causa (Rosa Sabena) fue quien más me ayudó para poder hacerles ver a ustedes todo lo que les dije, desde el día que iniciamos este juicio”.
Esa fue la última impresión que se llevó el jurado, que luego tuvo que deliberar si Franco Sosa era culpable o inocente. El final es el que este medio dio a conocer en la edición de ayer: absolución y libertad para quien pasó los últimos dos años de su vida en prisión.