A nivel diplomático, lidiará con el recrudecimiento del bloqueo que Estados Unidos le aplica desde 1962. Este se endureció con la llegada de Donald Trump al poder, quien dio marcha atrás al acercamiento de finales de 2014.
Para Díaz-Canel, con la continuidad de la revolución "deberemos ver cómo enfrentaremos las amenazas del poderoso vecino imperialista; aquí no hay espacio para una transición que desconozca o destruya el legado de tantos años de lucha".
En el plano económico, la tarea más urgente es la unificación de las dos monedas nacionales que circulan en el mercado, además de la eliminación de tasas de cambio preferenciales para empresas estatales, que son la mayoría en la isla. El tema "sigue siendo un dolor de cabeza", en palabras de Raúl.
Construir legitimidad
Según explicaron analistas, los principales retos que enfrentará el próximo gobierno post Castro serán la reforma económica, en un país con una fuerte impronta igualitaria que el capitalismo va absorbiendo, y la necesidad de construir legitimidad en la sociedad y prepararse para una eventual transición en Venezuela.
El politólogo y sociólogo Atilio Borón explicó a Télam que "el principal reto para cualquier líder que no nació al calor de la revolución es la construcción de legitimidad que tenía la dirigencia tradicional, que se había nutrido con la guerra contra Fulgencio Batista, el Granma y el asalto al cuartel Moncada".
"Van a tener que demostrar la legitimidad en acciones y resultados concretos", sentenció Borón, quien destacó la dificultad del momento debido a "las condiciones de bloqueo económico integral hacia Cuba que se profundizó con Trump".
En esa línea argumental, el analista colombiano Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, señaló que el próximo gobierno cubano "va a enfrentarse al hecho de ser a la sombra de los Castro, de Fidel y Raúl", aludiendo a las dificultades que el futuro jefe político de la isla encontrará para "construir una imagen de él mismo" sin referencias y contrastes, y al riesgo incorporado en este hecho de "terminar siendo un presidente de transición, que sea reemplazado en 6-7 años por otro".
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Raúl Castro entregó el poder al flamante presidente, quien prometió avanzar en la actualización del modelo económico, durante un acto en el Parlamento. Nueva era en Cuba.